Pregunta: Realmente, “¿las piernas no son del cuerpo?”
Respuesta: Por supuesto. Lo dicen las madres cuando te visten con abrigo y pantalón corto.

Estoy con Juan Luis Cano, que no se harta de que digan que es “la mitad de Gomaespuma” entre otras muchas cosas y todas lindas, en una preciosa jaima gaditana y frente al mar. Eso de las piernas es el surrealista título del programa de radio que, una vez más, nos hizo compañeros durante años.

P.- … pero no iba a llamarse así.

R.- El nombre original era “A que voy yo y lo encuentro”.

P.- Muy de madre, también.

R.- Lo que no sepan ellas…

P.- Y ahora te lo has llevado a Movistar.

R.- Estamos haciendo el videopodcast que a mí me gustaría ver. Lo estrenamos hace unos días, y todos encantados. Lo de la radio se está poniendo complicado.

P.- Sin duda. Volviendo a tu proyecto, digo yo que será un programa serio y sesudo de esos que haces.

R.- Veo que conoces a fondo mi trayectoria. La idea es reírse, así de sencillo.

P.- Sencillo para el que escucha.

R.- Claro, el curro (y la Curra) que hay detrás lo sabemos los que lo hacemos, pero tiene que parecer que sale natural, como cuando empezamos.

Juan Luis comenzó en 1982 junto a su gran compañero de vida profesional Guillermo Fesser y otro par de locos por la radio llamados Santi Alcanda y Jaime Barella haciendo una gamberrada gratis llamada “El Flexo” a deshoras en Radio Madrid. Así es como comenzaban las grandes ideas en la radio de entonces, con nocturnidad y sin directivos. La idea era sencilla: hacer lo mismo que convocaba corrillos en el bar de la Universidad. Y lo conseguían. A los dos meses tenían lo que ahora llamamos “comunidad”. O sea, fans.

P.- En este nuevo proyecto no habrá gamberradas como la última de simular en antena que había un tigre por la radio, ¿no?

R.- Pues se lo tragó hasta alguno de los jefes.

P.- Es que lo hicisteis muy bien, sin efectos, con la complicidad de los invitados… ¿Ya no se hace radio así?

R.- Mucha gente hace programas y podcast basándose en una entrevista, sin aportar mucho. Vamos a lo fácil.

P.- Claro, como con un móvil puedes mandar un mensaje al mundo…

R.- Recuerdo cuando dije en la radio hace veinte años que íbamos a hacer el programa desde Los Ángeles. No sabían cómo lo haríamos. ¿Satélite? Qué va. El sistema de transmisión era irnos con una caja llena de cintas al aeropuerto y dársela a cualquier pasajero que la trajera a Madrid para que Marcos, nuestro técnico, las editara y emitiera. Ahora sería impensable, nos detendrían por intentarlo.

P.- En la radio al menos os darían los equipos para grabar, ¿no?

R.- ¡Qué va! Nos los compramos allí. Por cierto, estábamos en la tienda y de repente nos dejaron de atender. Apareció con toda su escolta Michael Jackson y se llevó varias cosas. Luego nos contaron que solía hacerlo.

P.- Mucho estar en Estados Unidos, pero a ti lo que te tira es el flamenco. Te viene de familia. La cosa empieza con tu abuelo, no el que tenía una funeraria en Carabanchel, el otro.

R.- Parece que le estoy viendo con su tinto, tocando y cantando. Siendo un crío se te pega eso en la memoria.

P.- Tienes el privilegio de ser el único que ha conseguido que grandes figuras del cante se arranquen a las siete de la mañana en directo.

R.- Y los mánagers no se lo creían. El flamenco es, de verdad, lo único realmente nuestro que se exporta al mundo. De todo lo demás, hay, hasta jamón. Ahora se valora mucho al que te habla del bajista de un grupo americano, pero poco al que resalta lo nuestro. Nos creemos que vivimos en Knoxville.

P.- O en una burbuja en la que no vemos cómo se vive en algunas partes del mundo. Siempre habéis hecho acciones humanitarias en la radio. Y ahora, con la Fundación Gomaespuma, con proyectos estables en todo el mundo. ¿La gente sigue siendo solidaria, a pesar de todo?

R.- Cuesta un poco más, pero también hay más conciencia. Ahora mismo tenemos proyectos para ayudar a niños huérfanos en Sri Lanka, escuelas en Nicaragua y Senegal, y algo muy interesante llamado Think Equal para ayudar a que los profesores enseñen en igualdad y a erradicar la violencia. Todo gracias a los socios, y los eventos que organizamos, aunque ahora no podamos hacer muchos.

Tendrá su premio Ondas, y será el único que en antena ha sido capaz de poner a Jackson Browne y a Manolo El Portugués en el mismo programa, pero se nota que lo que le llena es comunicar, lo que valora de verdad, y hacer reír como hacía aquel chico en la Facultad de Periodismo.