El arzobispo de Burgos, Mario Iceta, ha encargado a Antonio López que adapte las polémicas puertas de la Catedral que diseñó por su octavo centenario a los criterios establecidos por la Unesco y le ha expresado su deseo de cambiarlas antes de que acabe la efeméride, a mediados de 2022.

Las nuevas puertas de bronce, para sustituir a las actuales de madera, se iban a instalar antes del día central del centenario, el pasado 20 de julio, pero el proceso se retrasó ante las advertencias de la Unesco, que llegó a indicar que se podría poner en riesgo la catalogación de la Catedral de Burgos como Patrimonio de la Humanidad.

A preguntas de los periodistas en una rueda de prensa tras la firma de un convenio de financiación de la Fundación VIII Centenario de la Catedral de Burgos, el arzobispo ha asegurado que ya ha transmitido a Antonio López las indicaciones de Icomos, organismo consultor de la Unesco en materia de patrimonio, para que adapte las puertas a esas condiciones.

“Entiendo que es difícil poner tiempos a un artista, porque la creación no se puede realizar a destajo, aunque le he pedido que intente que las puertas estén listas antes de que acabe el centenario”, ha explicado el arzobispo.

No obstante, ha reconocido que para el cambio de las puertas es preceptiva la autorización de las autoridades de patrimonio de la Junta de Castilla y León, por lo que las puertas llegarían a Burgos y se exhibirían hasta el momento en que estuviera lista la autorización para poder cambiar las actuales puertas de madera por las de bronce.

La oposición al cambio de las puertas de la Catedral se ha traducido en una campaña de recogida de firmas en la plataforma Change.org, que ya está a punto de llegar a los 80.000 apoyos.