El jueves al medio día, Casa Real anunciaba que el rey Felipe VI había dado positivo por Coronavirus después de que, la noche anterior, hubiese presentado síntomas leves. A día de hoy se cree que su estado de salud es bueno aunque, siguiendo el protocolo, tendrá que aislarse una semana. Lo que, en términos prácticos, significa que trabajará desde casa o, en su caso, desde el llamado Pabellón del Príncipe.

Nos hemos quedado, por tanto, sin verlo con el presidente de Bosnia, Zeljko Komsic, y sin escucharlo en el XVIII Premio de Economía Rey de España. Una lástima, precisamente ahora que parecía que Felipe estaba mejorando mucho en los discursos. El que pronunció en los Premios CODESPA el 1 de febrero estuvo realmente bien, al menos en cuanto a puesta en escena se refiere. Consiguió parecer relajado, sonriente y próximo, el lenguaje gestual era bueno (¡por fin ha dejado atrás los gestos mecánicos y acartonados!) y las frases eran cortas, directas y estaban bien construidas (¡aleluya!). Por solo ponerle dos peros: Felipe miró demasiado rato al texto y la corbata era horrorosa (hacía efecto moiré si veías el vídeo en Twitter).

Más allá de en CODESPA, en los últimos días habíamos visto al Rey unas cuantas veces, sobre todo en presentaciones de credenciales de embajadores y en actos con el ejército. Letizia, por su parte, ha participado en unos cuantos actos sobre ciencia. El jueves pasado asistió al XI Foro sobre el Cáncer, un acto donde normalmente suele pronunciar un discurso, aunque este año no lo ha hecho (error). Estamos a 12 de febrero y Letizia aún no ha hablado en público. Perdón: ayer por la mañana dijo que el Rey se encontraba bien de salud. Algo es algo.

Letizia se encuentra con científicas

Pero vayamos paso por paso. Aprovechando que el día 11 de febrero es el Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia, Letizia participó el día 8 en un encuentro con científicas y emprendedoras. Es el típico acto adonde Letizia acude repleta de buenas intenciones, pero donde no acaba de funcionar. No hay duda de que está muy comprometida con los derechos de las mujeres y que cada vez en su agenda hay más actos sobre este tema, lo que está muy bien, pero no luce. No consigue poner el foco en los datos y, al final, en vez de dar visibilidad al tema en cuestión, sólo se habla de su ropa.

Empecemos por lo bueno: el acto estaba bien pensado. Primero un encuentro con científicas destacadas y emprendedoras que han sacado proyectos difíciles adelante en circunstancias adversas. Se les ha dado el protagonismo a ellas (¡muy bien!) y a Letizia se le ha visto charlar con ellas (¡bien!) e interesarse por sus proyectos (¡muy bien!).

El problema es que, si sólo ves el vídeo que ha distribuido Casa Real o las noticias que han aparecido en los medios, sólo ves a Letizia hablando con un grupo de mujeres. Sin más. No se escucha ni lo que ella dice ni lo que le cuentan. ¿Por qué no les han hecho decir a las científicas unas palabras a cámara? ¿Por qué Casa Real no ha colgado un twit explicando quiénes son y cuáles son sus méritos? La Reina estuvo rodeada de mujeres excepcionales y con trayectorias espectaculares. La extremeña Guadalupe Sabio, por ejemplo, que dirige un grupo de investigación en el Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) del Instituto Carlos III de Madrid y está haciendo trabajos más que relevantes a nivel mundial sobre la obesidad y el cáncer hepático.

Y ni hablemos de Elena García Armada, una ingeniera industrial de prestigio internacional que ha desarrollado el primer exoesqueleto biónico del mundo para niños con atrofia muscular espinal. García Armada, doctora en Robótica, empezó especializándose en el diseño de robots industriales hasta que, en el 2009, conoció a Daniela, una niña que se había quedado en un estado severo de tetraplejía después de sufrir un accidente de tráfico. A partir de ahí, la doctora García centró sus esfuerzos en diseñar dispositivos que mejorasen la movilidad de niños con enfermedades neuromusculares degenerativas. Gracias a su exoesqueleto biónico, unos 17 millones de niños y niñas en el mundo que sufren enfermedades neuromusculares podrían volver a andar. Ahí es nada. Si esta científica fuese estadounidense, su descubrimiento habría dado la vuelta al mundo y habría protagonizado las principales portadas de revistas. Es una lástima que mujeres así no tengan la visibilidad que merecen. Una lástima y una vergüenza.

El acto con la Reina hubiese sido un buen momento para haber puesto a mujeres como Guadalupe Sabio o Elena García Armada en el primer plano mediático. Que se hablara de ellas, que se dieran a conocer. Pero no lo consiguieron. Insisto: una lástima.

Letizia visita el primer centro de Protonterapia

El segundo acto de la semana de Letizia le salió mejor, aunque como se acababa de anunciar el día antes que el Rey tenía Coronavirus, a los periodistas congregados solo les parecía interesar si el soberano se encontraba bien. El acto quedó deslucido, pero esta vez no fue culpa de Letizia y su equipo. Además, hay que decir que el acto en sí le salió bien.

El día 11 de febrero, Letizia acudió a Pozuelo de Alarcón para visitar el Centro de Protonterapia QuirónSalud, la primera instalación de terapia de protones de España, un tipo de radioterapia que está siendo altamente efectiva para tratar cánceres que, hasta hace poco, eran de difícil tratamiento, como los tumores cerebrales, los de tumores situados en la columna vertebral y, sobre todo, los tumores pediátricos.

A Letizia se la vio muy interesada en las explicaciones, en el vídeo se escuchaba bien lo que le dijeron los especialistas (¡por fin!) y, al final de la visita, incluso se la vio jugando con un niño que estaba interno en el centro. Letizia gana mucho cuando hay pequeños alrededor. Debería hacer más actos con ellos.

Y música de fondo

Mientras Letizia centraba su semana en la ciencia, Sofía ha reaparecido en escena. Lo hacía en el concierto extraordinario en favor de las Becas Juventudes Musicales de Madrid para la ampliación de estudios en el extranjero. Era la primera vez que veíamos a Sofía desde que parecieron las fotografías de Iñaki Urdangarín con otra y había cierta expectación mediática, aunque como era previsible Sofía no dijo ni mú sobre lo ocurrido y se centró en disfrutar de la música.

Por cierto, el concierto debió ser buenísimo: tocaba Anne-Sophie Mutter, una de las mejores violinistas del mundo.