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Carlos Vives: “Antes los latinos no nos sentíamos tan orgullosos de nuestras raíces”

Carlos Vives.

Carlos Vives. EP

No es noticia que Carlos Vives es latino. Pues destaco que lo es mucho. Todos los rasgos que definen a ese adjetivo y sustantivo, los ve y los multiplica. Un ser de enorme vitalidad que, al ver pasar 30 años de música, ha decidido volver a sus raíces para encontrar un tesoro: el patrimonio musical de su tierra.

Vuelve a España, un lugar que visitó en no pocas ocasiones. Muy curiosa su aparición en OT en tiempos de Bisbal. Yo recuerdo haberle entrevistado en varias ocasiones, y su sonrisa restaba necesidad de focos. En eso sigue igual.

La cita es en el Hotel Wellington, en pleno barrio de Salamanca de Madrid. Los reporteros de otros medios se mezclan en el hall con turistas de lujo que gastan pequeñas fortunas en regalos de las tiendas de Serrano. Allí conozco a Carlos, un conductor que le llevó durante años. “Me quitó las muletas estando yo convaleciente de un accidente, porque siempre está de broma”. Se abraza con el artista durante varios minutos, en los que se enzarzan en una conversación apasionada. Eso también da datos sobre esa parte vital del artista de la que hablo.

Pocos recuerdan que Vives estuvo retirado de la música por varios años antes de su gran regreso con La gota fría. Durante este tiempo, se dedicó a la actuación y tuvo varios papeles en telenovelas colombianas. Ahora encarna a un profesor de música en El club de los graves de Disney +. Ahí tampoco se notará que lo que le gusta de verdad es el tango, un género que ha influido en su trabajo a lo largo de los años. También detrás de las gafas “eltonianas” que lleva ahora el colombiano, ha habido siempre un ecologista convencido. Para terminar de perfilar al cantante, diremos que también está hecho un futbolero. En 2016 grabó una canción en homenaje al equipo de fútbol colombiano Atlético Nacional, que había sido víctima de una tragedia aérea en ese año. Ahora ha vuelto a las portadas por comentar el divorcio musicado de Shakira. Y lo ha hecho desde un polémico “quiérete un poco”, en el que no voy a entrar. Por aquí comienzo.

Pregunta.- ¿Sabes que voy a ser el único periodista que no te va a preguntar por lo de Shakira?

Respuesta.- (Risas) Lo sospechaba.

P.- Sin entrar en el marketing de su divorcio, sí que recuerdo que juntos cantasteis La bicicleta. Eso me recuerda que una vez te rompiste una costilla yendo en bicicleta. ¿Fue así?

R.- Sí, es cierto. Empecé a romperme las costillas temprano porque fui corredor de ciclocross, de los primeros corredores amateurs que se lo tomaba en serio. Me partí el coxis y después una costilla, y ya no volví a hacer ciclocross.

P.- Carlos, ¿sigue habiendo gota fría?

R.- Más que nunca. Estamos celebrando los 30 años en esto y decidí empezar la celebración grabando música de Escalona, que fue el compositor que estuvo antes de los clásicos. La idea es dar un toque de modernidad diferente. Desembarqué en su momento con ese gran éxito y, desde ahí, fui caminando. Siguiendo ese aprendizaje hicimos canciones nuevas en estos 30 años, pero ahora vuelvo a grabar canciones viejitas. Se siente todo más cuando has tenido tanto recorrido.

P.- Llegaste a España hace tres décadas con sonidos provenientes de Latinoamérica y eran pocos los artistas que conseguían el éxito aquí. Ahora parece que sois los latinos los que estáis conquistando España. ¿Cómo se ve nuestro país ahora desde allá?

R.- Siempre ha sido un referente fundamental. Para mí, España es una maestra.  Yo tuve la suerte de tener un éxito aquí, pero si me pongo a pensar cómo era todo entonces, no nos sentíamos orgullosos de ser latinos, hijos de indígenas. Yo siempre he pensado que tenían tan cerca a los ingleses ahí, respirándoles en la nuca… Me preguntaba ¿por qué miran tanto allá? ¡Si somos latinos! Son locura, son reinos que alguien juntó. Como nosotros, que tenemos enormes diferencias culturales entre unas zonas y otras, aunque seamos de la misma nacionalidad. El costeño es muy distinto al de Bogotá, por ejemplo. Por eso somos tan ricos en música, porque es una resultante. Eso nos une. Y es cierto que este país ha cambiado. Ahora vengo a Madrid, voy a comer unos churros, y los meseros son del Ecuador o de Chile, o de Colombia. Muchas veces, con toda su humildad, me invitan y me cuentan cómo echan de menos su país. El desarraigo es algo difícil de entender para quien no lo vive.

P.- Hablando de raíces, volvemos a ellas cuando vemos cómo has vuelto a la carga con clásicos reinterpretados con sonidos actuales. El disco se llama Escalona, y en su La Historia escuchamos instrumentos clásicos del vallenato con bases comprimidas absolutamente pop. ¿Es complicado tratar de conciliar el pasado con el futuro?

R.- En todos estos años hemos encontrado un camino para hacer nuestra música. Tenía claro que no iba a hacer un disco de folklore, pero aprendí algo en la Escuela Nacional de Arte Dramático, y es que el camino es modernizarse. Nació el tropipop y de pronto hoy vemos triunfar a Camilo y a Yatra. Toda esa música tiene nuestras raíces, pero actualizadas.

P.- Estás planeando celebrar estos 30 años de éxitos con conciertos en directo. ¿Qué podemos esperar de Carlos Vives sobre un escenario, tres décadas después?

R.- Me siento con la misma emoción, y es lo que voy a transmitir. Yo, por ejemplo, estoy feliz ahora de saber que este domingo cantamos en Canarias, después de muchos años. Siempre hemos ido a los carnavales, y ahora vamos al de Las Palmas. Me recuerda a los tiempos en los que empezamos a dar giras por España que no acababan. Sobre todo, recuerdo un concierto que di allá y se me cortó la voz por una afonía. Me perdonaron en el público y corearon las canciones. Aún me emociono al recordarlo.

P.- Hablando de conciertos que no salieron bien, esta mañana la Inteligencia Artificial me ha recordado una anécdota tuya que no sabía. Por lo visto una vez en Argentina olvidaste parte de una letra, pero tuviste un magnífico don para la improvisación cuando te la inventaste sobre la marcha. Debía ser divertido oír al mismo tiempo a la gente cantar la original y a ti la inventada. ¿Eso es cierto?

R.- ¿Qué inteligencia emocional dices que sabe eso? (Risas) Me la tienes que presentar.

P.- Así que lo reconoces. Bueno, eres un maestro de las sorpresas que da la vida, así que seguro que supiste salir airoso con tu energía y vitalidad.

R.- Bueno, mi apellido ya lo dice. Es toda una invitación. Vives. Por cierto, es originario de Sitges.

P.- No, si aún seremos paisanos.

R.- De alguna manera, todos los latinos lo somos.

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