"Setenta años. Casado desde hace casi cuarenta. Casi treinta libros escritos. Me retiro. Es mi última novela y es lo mejor que he entregado a mis lectores en décadas". Con su prosa habitual, sucinta y cortante, anima Don Winslow desde su cuenta de Twitter/X a la lectura de su última obra, Ciudad en ruinas, el cierre de la trilogía protagonizada por el honesto estibador e implacable cabecilla del crimen organizado Danny Ryan. Después de Ciudad en llamas (2021) y Ciudad de los sueños (2023), hoy se publica en nuestro país Ciudad en ruinas. Y es la última no solo por ser la más reciente, sino porque asegura su autor que no volverá a escribir un libro de ficción nunca más.

Después de profundizar en el mundo del narcotráfico con su Trilogía del Cártel –formada por El poder del perro, El cártel y La frontera– Winslow, uno de los autores negrocriminales más conocidos y leídos del mundo, decidió regresar al mundo de su infancia y juventud para crear una gran saga basada en los chicos malos de Providence, la ciudad de Rhode Island donde creció. Los mismos a los que conoció de chaval, con los que vio en el cine El padrino y que se morían por parecerse a aquellos gánsteres elegantes creados por Francis Ford Coppola.

Bajo el signo de Virgilio

Su trilogía es, además, un confesado tributo a la Eneida. Si en la primera entrega dos clanes se enfrentan por una mujer que hace las veces de una moderna Helena de Troya, la segunda se inspiraba en el naufragio de Eneas ante Cartago. En la epopeya virgiliana, el héroe descubre en la ciudad africana el amor y unos murales que describen sus proezas de juventud. Y en la novela de Winslow su antihéroe acaba en Los Ángeles envuelto en el rodaje de una película inspirada en sus guerras de juventud... y enamorado de una problemática estrella de cine recién salida de rehabilitación.

"Los clásicos son clásicos por alguna razón. Han sobrevivido miles de años porque tratan temas universales", explicaba Winslow el año pasado durante la promoción de Ciudad de los sueños. "En mi género, el de los crímenes, cualquier tema que queramos tratar ya lo resolvieron antes los griegos o los romanos. Todo ha sido escrito en griego y en latín. Para mí son un referente y animo a todo el mundo a leerlos. Con frecuencia cometemos el error de pensar que son pesados por el hecho de ser clásicos, pero también fueron creados para entretener, y desde luego que lo hacen. Son historias emocionantes".

En la despedida de la trilogía encontramos a un Danny Ryan asentado y respetable, que parece disfrutar de la última de sus siete vidas en Las Vegas y que quiere dejar atrás la vida criminal. Posee varios casinos, le va muy bien y sale con una mujer sexy, inteligente y equilibrada llamada Eden Landau, doctora en Psicología. Inevitable pensar en Los Soprano y el idilio imposible de Tony con su psiquiatra, la doctora Melfi. Cualquier parecido con su novela es pura coincidencia si creemos a Winslow, que asegura haberse saltado "las escenas de diván" la última vez que revisitó la extraordinaria serie protagonizada por James Gandolfini.

Irlandés, duro y sentimental

Más que a Tony Soprano, Danny Ryan recuerda a Ray Donovan, quizá menos atlético y sofisticado que el personal fixer de las estrellas al que encarna Liev Schreiber en la serie del mismo nombre, pero también irlandés y con la misma mezcla de dureza y sentimentalidad. Será Austin Butler, el actor nominado al Oscar por Elvis, quien pondrá rostro y cuerpo a Ryan en la adaptación de la primera novela del ciclo. "Me encantó Ray Donovan, es una serie estupenda, y mucho de lo que cuenta respecto a Hollywood, sobre todo en la primera temporada, se aproxima mucho a la realidad", reconoce Winslow, "pero soy bastante terco en cuanto a contar mi propia historia, y esta, de nuevo, está muy vinculada a una necesidad muy personal y concreta".

Así, del mismo modo que el mítico Eneas dejó Cartago para llegar al Lacio y acabar engendrando los orígenes del imperio romano, Ryan encuentra en Las Vegas el lugar donde prosperar, aunque no será ni mucho menos un camino de rosas.

Stephen King dijo de Ciudad de los sueños que era "un clásico" y el mejor libro de Winslow hasta la fecha. Ahora, el genio de la literatura fantástica tampoco ha escatimado elogios hacia Ciudad en ruinas. "La última y estremecedora entrega de esta trilogía del hampa está a la altura de El padrino. Si te gustan Scarface y Uno de los nuestros, aquí lo tienes todo", ha asegurado en un tuit.

Militante anti Trump

Pese a su buen momento creativo y a que no le faltan ni los lectores ni las buenas críticas –incluso de sus colegas–, Winslow ha decidido dejar de escribir. Y no es por agotamiento o falta de inspiración. "Atravesamos un momento existencial para la democracia estadounidense, y creo que todas las energías o talentos que uno pueda conservar están mejor empleados en ello", explica. El novelista se ha consagrado al activismo para evitar a toda costa que Trump llegue de nuevo a la Casa Blanca. Lo reitera en todas sus entrevistas, allá donde quieran escucharle. En su cuenta de Instagram y en YouTube, bajo el nombre de Don Winslow Films, ofrece vídeos para refutar las mentiras del trumpismo y de la derecha alternativa norteamericana.

La mayoría de estas piezas audiovisuales de combate no han tenido demasiada difusión, sobre todo en comparación con la que tienen sus libros, pero Winslow no se resigna. Quiere contribuir a la causa y ayudar a evitar lo que ahora, según la mayoría de las encuestas, casi parece inevitable. Lo paga todo de su bolsillo. Solo pide a sus seguidores que le ayuden a difundir sus mensajes. "Es en lo que estoy concentrado ahora mismo. Es mi trabajo", afirma. Quizá si Biden es reelegido vuelva a escribir. De hecho es más que probable. Ojalá lo de dejar la literatura sea una mentira, como las de Trump.