Hasta hace tres siglos era una comunidad rural conocida por su iglesia parroquial, St Mary's by the Bourne. Hoy, en cambio, es una de las zonas más cotizadas de Londres. Afamado destino de compras a unos minutos de Oxford Street, Marylebone es una pequeña joya que invita a la tranquilidad en Regent's Park y a deslizarse sin reloj por sus callejuelas atestadas de negocios, restaurantes y propuestas culturales.
Perdida en el vecindario, entre las tiendas que forman Marylebone Village, se halla un rincón con probadas raíces españolas que bien vale una visita: la Spanish Place. El nombre de la calle no es baladí. En su perímetro se ubican algunos de los principales emplazamientos de la histórica presencia de los españoles en la capital del Támesis.
The Wallace Collection
La pinacoteca, de entrada gratuita y más que recomendable periplo, hace esquina con la Spanish Place. El inmueble se alza imponente en Manchester Square. El museo actual lleva el nombre de Sir Richard Wallace, el responsable de una extensa colección atesorada hace más de doscientos años que incluye obras de arte y decoración de los siglos XV a XIX, con destacada presencia de pintura francesa.
La Hertford House, el señorial edificio por el que se despliega la colección, fue la residencia de la familia Seymour, marqueses de Hertford. Construida en 1776, fue la embajada de España en Londres entre 1791 y 1795. La presencia diplomática de España en Inglaterra está marcada por las guerras que ambos países libraron para disputar su hegemonía sobre América y por la rivalidad religiosa. La legación española en la capital mudó múltiples veces de lugar e incluso sufrió de cierres totales, pero el lustro que ocupó la hoy Wallace Collection quedó para siempre en el callejero londinense.
St James's church
Y la responsabilidad de que en pleno Marylebone una calle siga reclamando sus esencias españolas no es tanto de la efímera embajada como de la iglesia emplazada en la Spanish Place. “El recuerdo de la Armada de 1588 estaba fresco, y no es de extrañar que la embajada española en particular fuera vista con gran recelo. De vez en cuando, las autoridades intentaban impedir que los católicos ingleses acudieran a las capillas de la embajada, para disgusto del embajador, que alegaba un acoso injusto. La embajada, dirigida por Alvaro de Quadra, tuvo que compartir Durham House con el obispo anglicano de Durham. Los guardianes ingleses vigilaban cuidadosamente todas las idas y venidas”, cuentan en el interior de la iglesia, abierta aún hoy al culto católico.
De la necesidad de contar con un lugar destinado a la “asediada comunidad católica”, nació en 1791 una capilla que fue parte de la embajada española. El inmueble actual, no obstante, fue edificado en 1890 y se cuenta entre las iglesias católicas más bellas de Inglaterra, con una arquitectura típicamente inglesa que recuerda a la catedral de Salisbury y a la abadía de Westminster. Uno de sus días grandes es cada año el Domingo de Ramos, con procesión incluida. Desde el siglo XVII -relata una guía disponible en el templo- se han organizado “procesiones típicamente hispana, con flagelantes encapuchados”.
Es una de las iglesias católicas más bellas de Inglaterra, con una arquitectura típicamente inglesa que recuerda a la catedral de Salisbury y a la abadía de Westminster
En el interior del templo, despuntan ciertos detalles de estilo español: las rejas de hierro que rodean el Baptisterio y la Capilla Conmemorativa de la Guerra, o el motivo recurrente de las conchas de vieira de Santiago. En los registros de la parroquia, presumen que “el bebé más famoso bautizado fue Rafael Merry del Val, hijo de un importante diplomático español”. Llegó a ser cardenal y secretario de estado del Papa San Pío X. A pesar de que el lugar pasó a manos del Vicariato de Londres en 1827, preserva relaciones oficiosas con las autoridades españolas en la ciudad.
El estandarte de Alfonso XIII
La más evidente de las huellas que conectan a este lugar con encanto de Marylebone con España cuelga en una de las paredes junto al altar: el estandarte personal del rey Alfonso XIII. Está situado en un cuadro sobre la puerta de la sacristía. Y su texto reza:
“Por orden de Su Majestad Católica, el Rey Alfonso XIII de España, tengo el honor de entregarle, Reverendo Canónigo William S. Gildea, el Estandarte Real de España, que el Rey, mi Augusto Soberano, ha tenido a bien presentar a esta Iglesia de St James de Londres (Spanish Place) con el derecho de ondearlo siempre que Sus Majestades el Rey y la Reina estén presentes, y de tenerlo siempre depositado en la citada Iglesia. El Rey, mi Augusto Soberano, se complace en conferir tal privilegio a la Iglesia de Santiago, en reconocimiento de su afecto a dicha Iglesia y de las especiales tradiciones que la unen a la Corona española. Doy, por tanto, el infrascrito certificado, en Londres, a diecisiete de mayo del Año de Nuestro Señor Mil Novecientos Ocho, Vigésimo Segundo de Su Reinado”.
Daunt Books
La iglesia está a unos metros de Marylebone High Street, la arteria principal del barrio. En su calle y las anejas se celebra cada junio desde dos décadas el festival de verano, unos festejos que llenan el vecindario de actividades culturales, atracciones para los más pequeños y puestos ambulantes de comida (sin olvidar la que ofrece degustación de paella).
En el número 84 de Marylebone High Street está ubicada la Daunt Books, una de las librerías más pintorescas de Londres. “La librería más hermosa de Londres, diseñada para viajeros que aman leer”, presumen en el establecimiento. Su interior, con sus fotogénicos dos pisos de madera, tiene una cuidada selección de libros de viaje. En las baldas dedicadas a España, destacan los libros de Laurie Lee, un británico enamorado de España. Los dos últimos libros de su trilogía autobiográfica -Cider with Rosie (1959), As I Walked Out One Midsummer Morning (1969) y A Moment of War (1991)- narran su viaje desde Londres hasta España en 1935; su año de andanzas por el país con una manta y un violín; y su regreso a en diciembre de 1937 para enrolarse en las Brigadas Internacionales.
Sherlock Holmes Museum
A un tiro de piedra de la Daunt Books se encuentra una de las calles más preciadas para los forofos de las historias de detectives. En el 221B de Baker Street el bullicio se da cita para adentrarse en el Museo Sherlock Holmes, abierto desde 1990. Los relatos de Sir Arthur Conan Doyle ubican en esa dirección la residencia del detective entre 1881 y 1904. Se trata de una casa adosada de estilo georgiano y cuatro plantas construida en 1815.
La institución ofrece breves visitas guiadas por los aposentos del personaje, repletos de cachivaches y de información sobre su fértil vida en el cine y la pequeña pantalla. En la última planta se guardan decenas de cartas en las que seguidores de Holmes y Watson le sugieren nuevos posibles casos o le piden ayuda relatándole las pesquisas que han reunido. En la planta baja, en cambio, una tienda explota el incansable fenómeno del detective, con sombreros «deerstalker» hechos a mano en Inglaterra, libros, tazas o libros.
Otras escapadas
Un paseo por Spitafields. "Breakfast in Spitalfields, never felt so good,/ I wont solve all the issues in my head,/ Even though I know I should", canta Juan Zelada, un artista español afincado en Londres. El mercado más histórico de Londres, en pleno East End y remozado en 2005 tras dos décadas de obras, es un hervidero de compras y bien merece perderse por sus puestos. Sus alrededores siguen siendo un reclamo para los amantes de la segunda mano y los comercios independientes. Una opción para comer son los puestos de Lamb Street. Para los amantes de la cerveza tradicional, Kill The Cat (14 Market Street) con su degustación de cerveza local y con más de un centenar de alternativas llegadas de todo el mundo.
En las entrañas del Theatre Royal Drury Lane. Apodado cariñosamente como The Lane, reabrió sus puertas en julio de 2021. El teatro se encuentra en el corazón del Covent Garden londinense. Cargado de historia, una visita guiada durante el día permite adentrarse en sus camerinos. También alberga el bar Cecil Beaton, el Grand Saloon para el Afternoon Tea y The Terrace.
La oferta comercial y de ocio de Marylebone Village se concentra en Marylebone High Street y sus alrededores. Incluye Marylebone High Street, Moxon Street, Marylebone Lane, New Cavendish Street, Devonshire Street, Paddington Street y Blandford Street.
Dónde Comer
OKA. 19 New Cavendish Street. Ofrece una versión moderna de la cocina tradicional japonesa y es el restaurante de referencia para degustar deliciosos platos de sushi, sashimi y fideos.
Naroon. 17 New Cavendish Street. Cocina persa hecha po chefs iraníes con toques modernos.
108 Brasserie. 47 Welbeck Street. La Brasserie sirve un menú durante todo el día con influencias globales en un ambiente de gran cafetería, en plena Marylebone Lane.
Fischer's. 50 Marylebone High Street. Uno de los restaurantes clásicos del barrio, que ofrece menú vienés a base de, entre otros platos, escalope vienés o Wiener Schnitzel. Frente al restaurante se alza un olmo que se cuenta entre los árboles más longevos del mundo. Sobrevivió a la Segunda Guerra Mundial y a la enfermedad del olmo, que acabó con muchos de los árboles a mediados de la década de 1970.
28-50 by Night. 76 Jason Ct, Wigmore St Música jazz y blues en directo hasta las 2 de la madrugada junto a selectas cenas nocturnas.
Dónde dormir
The BoTree. Con 199 habitaciones, abrió sus puertas en 2023 y está situado allá donde los distritos de Marylebone, Mayfair y Soho se encuentran. Está a un paso del West End y la famosa Oxford Street.
The Marylebone Hotel. Una referencia en el barrio. Con 257 habitaciones y suites, incluye en sus instalaciones el club Third Space, con una piscina de 18 metros.
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