La Flor de Pascua se convierte cada año en uno de los grandes protagonistas de la decoración navideña. Sus hojas rojas son las que evocan al comienzo de la temporada; llenan de color cualquier rincón. Aun así, para muchos de los hogares descubre que, al cabo de las semanas, el tono se va apagando o no aparece. Con cuidados sencillos y constantes, esta planta da el mejor color rojo posible y hace que su apariencia esté viva.

PUBLICIDAD

Cuidados esenciales de la flor pascua

El riego es clave en la apariencia de la Flor de Pascua, y aunque no necesita grandes cantidades de agua ni necesita mayores riegos, conviene estar atentos. Al contrario, en su estado, optimiza mejor el riego en pequeñas dosis controladas, que se pueden ir repitiendo llueva o no. Para acertar hay que introducir un dedo en el sustrato para comprobar el estado, y cuando esté seco a un centímetro, le toca regar. Con ello conseguirás evitar que el agua abunde y las hojas se desarrollarán generando su rojo característico. Mantener el equilibrio evita que la raíz sufra y favorece que la planta conserve su brillo natural.

Cómo evitar que se reseque

En el invierno, un ambiente seco puede perjudicar la Flor de Pascua, ya que la calefacción provoca que la casa tenga poca humedad. Esto repercute también en sus hojas, las cuales se deslucen por ese motivo. Para contrarrestar la falta de humedad se puede poner un plato con bolitas de arcilla y un poco de agua bajo la maceta, de manera que dicha base reduzca el impacto del aire del interior de la vivienda. Además, la planta se debe situar lejos de radiadores y de los aparatos de calefacción. De este modo, las hojas permanecerán con una consistencia firme listas para adquirir un matiz rojo.

Nutrientes para la flor pascua

La Flor de Pascua recién comprada suele venir acompañada de un sustrato rico en nutrientes. Es un aporte que no suele durar años, de ahí que el año siguiente se le deba realizar un trasplante con el fin de renovar la tierra. Esta modificación permite que la planta siga creciendo en plenitud y generando hojas. Un sustrato fresco da la estabilidad que la planta necesita y da pie a que el color rojo vuelva a aparecer. Mantener la tierra en óptimas condiciones es la forma de asegurar que el aspecto se mantenga pleno y potente.

El abono para la coloración

El abono tiene un efecto inmediato en la planta. Se puede mezclar con el agua de riego, cada mes, o seguir las instrucciones de uso del fertilizante elegido. Este aporte favorece la aparición de nuevos brotes y potencia colores más vivos; la planta en sí reacciona bien y genera floraciones más amplias.

Otros consejos para mantener el color

La luz influye de tal manera en el tono último de las hojas. La Flor de Pascua precisa de claridad, pero no de luz solar directa. Colocarla cerca de una ventana con mucha luz hace que el color se intensifique. Ese equilibrio hace que la planta crezca en armonía para que mantenga el color rojo. Un ambiente estable y sin corrientes de aire ayuda a encontrar las condiciones óptimas.

Rutina diaria que garantiza resultados

Hay que observar la hoja de la planta unos segundos al día, para poder detectar cambios a tiempo, si se ven secas realizar el riego correspondiente, si se caen las hojas revisar la ubicación de la planta... pequeños gestos que refuerzan la salud y que confieren el color intenso de la Flor de Pascua. Si se siguen estas rutina tan sencilla, se logrará que la Flor de Pascua luzca con un color rojo profundo característico de la Navidad.

PUBLICIDAD