La planta que todos tenemos en casa y casi nadie sabe que es tóxica

Un gran número de los hogares incorpora especies de plantas de interior que contribuyen a la creación de ambientes agradables, cómodos, naturales y visualmente equilibrados. No obstante, no todas ellas son inofensivas. Algunas pueden constituir un peligro latente en una vivienda.

La Dieffenbachia, planta que también es conocida con los nombres de “amor del hogar” o “cana de mudo”, combina la funcionalidad de la belleza con toxicidad, y se encuentra en miles de decoraciones de hogar sin que sus dueños se hayan dado cuenta.

La planta tóxica que decora miles de salones

La Dieffenbachia suele causar sorpresa por su tamaño y su belleza, lo que le confiere un aire muy decorativo. Por ello, se elige con frecuencia para salones, comedores y espacios de trabajo. Sin embargo, aunque son estilizadas y exóticas, es importante tener en cuenta que esta planta contiene cristales de oxalato de calcio que provocan una intensa irritación en el contacto con la boca, la lengua o la piel.

La ingestión de esta planta puede presentar síntomas tales como ardor inmediato, inflamación de los labios y de la garganta, con dificultad para tragar e irritación ocular. Las reacciones son mucho más pronunciadas en los niños y las mascotas, que normalmente suelen manipular esta planta sin supervisión.

Una presencia frecuente

Al ser una especia tan resistente ayuda a su expansión en los interiores, ya que crece con poca luz y no necesita muchos cuidados, y su atractivo perdura a lo largo del año. Por ello no es extraño que muchas personas la coloquen en lugares accesibles y visibles. La mayoría de la gente no sabe que es tóxica y la tratan como otra especie más.

Esta falta de comunicación sobre la toxicidad genera un riesgo diario en el que es fácil caer, pero que se podría evitar mediante algunas pautas mínimas y con una elección más rigurosa de las especies con las que compartimos el hogar.

Cómo actuar ante esta planta

Es aconsejable que la Dieffenbachia permanezca en lugares elevados o en zonas donde no estén jugando los niños o no intervengan las mascotas, de forma que la probabilidad de contacto con las hojas o la savia sea menor. Igualmente se puede evitar que la Dieffenbachia sea el elemento decorativo más importante en los lugares muy transitados porque el roce puede ser mayor y dar lugar a irritaciones inesperadas.

Manipulación responsable

Los trasplantes, las podas, las manipulaciones, o cualquier operación que se haga debe llevarse a cabo con el uso de guantes, siguiendo un protocolo cuidadoso. La savia puede ocasionar irritación y produce la sensación de quemazón (incluso en los adultos), por lo que se debe evitar el contacto con la piel. Tras la manipulación conviene lavarse bien las manos y limpiar los utensilios. Con estas dos prácticas se disminuyen las posibilidades de trasladar restos irritantes a otras superficies del hogar y se logra mantener un entorno doméstico óptimo.

Alternativas a esta planta

Las personas que pretenden mantener su casa verde sin correr ningún tipo de riesgo, pueden recurrir a especies no tóxicas. Plantas como la calatea, helecho de Boston o diferentes tipos de cactus, dan frescura, personalidad y un toque natural sin peligro. Estas alternativas pueden prosperar igualmente bien en entornos interiores y requieren cuidados fáciles y simples que cualquiera puede llevar a cabo.

Informarse antes de decorar

Cuando se desea integrar a la decoración una especie nueva, es importante conocer sus características. El conocimiento de su toxicidad nos permitirá seleccionar de forma responsable determinada planta para poder garantizar un espacio sin riesgos. La estética no es sinónimo de riesgo, y una elección bien informada nos evitará múltiples sorpresas.

La Dieffenbachia seguirá siendo una de las plantas más solicitadas, pero al ser conscientes de su toxicidad, podremos tratar de convivir con ella sin riesgo para las personas que habitan esa casa, aplicando las medidas de precaución.