En la piscina de El Guateque (1968, aunque se estrenó en España en el 27 de enero de 1969) todo lo que puede salir mal sale mal. El punto de partida es un rodaje dentro de un rodaje: mientras se graba una película, el torpe actor Hrundi V. Bakshi (Peter Sellers) detona un explosivo sin querer, acabando con gran parte del atrezzo.

Por error, el intérprete termina en una teatral y elegante fiesta en la que sigue encadenando desastres en línea con lo ocurrido en el rodaje y el guateque acaba pareciendo El gran Gatsby pero mal, con una villa asfixiante llena de espuma, una multitud lavando a un elefante, varias personas desquiciadas y otras tantas en el culmen de la diversión.

Se trata de una película creada por Blake Edwards, director, guionista, productor y actor de cine estadounidense conocido por crear a la mismísima Pantera Rosa. Como lo que más disfrutaba era escribir, hizo lo propio con el escueto guion de El Guateque junto a los hermanos Tom y Frank Waldman.

Guion improvisado y rodaje abierto

El largometraje partió con un guion de tan solo 56 páginas que daba mucho lugar a la improvisación, aunque el diálogo no es esencial en este guateque. La película se filmó en el mismo orden en el que iban a suceder las escenas para dejar espacio a la imaginación, de manera que ninguna escena se cerrase hasta haber terminado la anterior, algo que se dice que ocurrió también con Casablanca (1942) o El Crepúsculo de los dioses (1950).

Con un humor fresco que en su mayoría no ha caducado en lo que puede interpretarse como una cadena de sketches absurdos o una genialidad; surge algo parecido a una historia de amor entre el protagonista y Michele Monet (Claudine Longet), una dulce cantante que encuentra desde el principio un apoyo en la inocencia de Hrundi V. Bakshi como contraposición a su acompañante, que le pide favores carnales a cambio de catapultar su carrera musical.

El hilo conductor de todo es el propio Hrundi V. Bakshi, quien empuja la historia desde que pierde su zapato en la piscina en cuanto empieza la fiesta, se declara fan acérrimo de un actor de western o salva a un elefante que nadie sabe muy bien por qué entra junto a la hija de los anfitriones en la casa.

Sin embargo, es obligatorio mencionar a uno de los secundarios, Steve Franken, un camarero borracho mediador, por ejemplo, en una surrealista escena en la que un pollo sale disparado hasta engancharse en la tiara de una de las invitadas más vip.

La pantera rosa, omnipresente

El Guateque está repleto de guiños a las dos primeras entregas de La pantera rosa. Por ejemplo, mientras el protagonista está en el servicio de la planta superior, se escucha a la banda interpretar la canción It Had Better Be Tonhight, compuesta para la primera entrega de la saga.

Después, cuand el personaje de Sellers llega a la habitación de los niños, se puede ver una pantera rosa de peluche sentada en la cómoda. Henry Mancini firma la banda sonora tanto de El Guateque como de las primeras entregas de La Pantera Rosa y recurre a músicos como el saxofonista Plas Johnson, el pianista Rowles y al batería Shelly Manne.

No es la única referencia a otras películas. El desastre cinematográfico inicial recuerda a Gunga Din (1939) o a El maquinista de la general (1926). Por otro lado, los incómodos problemas con la tecnología de la casa hacen pensar en Jacques Tati. Aunque en esencia busca entretener, en la película se intuye una ácida crítica sobre clases sociales y cómo la élite vive al margen del resto en una burbuja que se verá dinamitada por el propio Seller; además de un reflejo de las hipocresías, mentiras y superficialidades del mundo hollywoodiense.

Un ejemplo es el de las adversidades que enfrenta Michel Monet, un personaje interpretado por Claudine Longet, que parece sentar la primera piedra de lo que luego serían artistas como Jeanette. Pero Longet, que en la actualidad tiene 81 años, fue noticia también por hechos bastante más oscuros que su música.

La otra historia de Claudine Longet

Fue esposa del artista Andy Williams cuando ella trabajaba como bailarina del Folies Bergère, con quien tuvo tres hijos... pero todo se torció y, en 1976, Longet fue acusada de la muerte de su amante, el esquiador Vladimir Sabich en su casa de Aspen, en Colorado.

El deportista recibió un disparo mientras se ponía la ropa después de ducharse y, según se comentaba, tenía problemas con Longet, aunque no terminaba la relación por el cariño que sentía por sus hijos. Por su parte, Longet alegó en el juicio que el arma se le disparó accidentalmente mientras aprendía a usarla.

Aunque la autopsia demostró que Sabich estaba de espaldas a ella y a más de dos metros de distancia, ella mantuvo su versión. La policía de Aspen obtuvo una muestra de sangre de Longet, que contenía cocaína y confiscaron sus diarios, que reflejaron los problemas de la relación, sin una orden de registro, por lo que el fiscal no pudo usarlas.

Finalmente, fue absuelta de la acusación de homicidio, pero la condenó por negligencia criminal y la sentenció a pagar una multa y pasar 30 días en la cárcel. Longet eligió pasar la mayoría de la sentencia en fines de semana. Ya terminado el juicio, se fue de vacaciones con su abogado Ron Austin, quien dejó a su mujer y a sus hijos para acompañarla en una relación que se mantiene en la actualidad.

Sellers, ¿amante de Sophia Loren?

Pero, ¿qué hay del protagonista? Además de tener un globo de oro por su papel en Bienvenido, Mr. Chance (1980) y un Bafta por I'm All Right Jack (1960), como tantos actores, se definió como alguien difícil de llevar por su inestabilidad mental y su tendencia al consumo de sustancias psicotrópicas. El astrólogo Maurice Woodruff tuvo una gran influencia en su vida.

Por si fuera poco, después de un encuentro casual con un guía espiritual indio norteamericano en la década de 1950, el actor se convenció de que el mítico cómico de music hall Dan Leno, muerto en 1904, le guiaba en su carrera.

En su vida sentimental, la cosa también fue bastante turbulenta. Desde 1949, comenzó a salir con la actriz Anne Howe, con quien tuvo varios hijos.
Pero todo se truncó cuando Sellers y Sophia Loren hicieron una estrecha relación durante el rodaje de La millonaria, culminando cuando Sellers declaró que estaba enamorado de ella frente a su mujer, una relación que nunca se llegó a saber si fue real o platónica.

Más tarde, a finales del rodaje de El nuevo caso del inspector Clouseau, Sellers conoció a Britt Ekland, una actriz sueca que acababa de llegar a Londres para rodar Guns at Batasi… y con quien se casó tan solo 10 días después. La relación no fue bien, según se contó, por los celos del actor.

Finalmente, hubo varias peleas físicas entre ellos y se divorciaron poco después de compartir el rodaje de la película The Bobo. Más tarde se casó con la modelo Miranda Quarry, mucho menor que él, pero la relación no duró mucho. Este tampoco fue su último matrimonio, pues el actor se enamoró perdidamente de Liza Minelli y se comprometieron tres días después, pese a que la artista estaba a su vez comprometida con Desi Arnaz Jr y Sellers, casado.

El noviazgo duró solo un mes y, por último, en marzo de 1976, Sellers comenzó a salir con Lynne Frederick, con la que se casó el 18 de febrero de 1977 y tampoco tuvo un romance saludable. Otra relación complicada fue la que tuvo con el director de El Guateque.

Aunque Blake Edwards y Peter Sellers formaron una de las grandes alianzas cómicas de la historia del cine, pues hicieron siete películas juntos; la personalidad de Sellers dificultó su relación con Edwards y evitaron trabajar juntos durante casi siete años, aunque se reconciliaron posteriormente.

Cuando se enfadaron, solo habían realizado las dos primeras entregas del Inspector Clouseau, por lo que si no fuera por las buenas intenciones de ambos, poco más se habría visto de la Pantera Rosa.