Un Madrid en el que todo sale mal es el escenario de la primera película dirigida por Eva Hache. La segoviana se pone al mando de Un mal día cualquiera, cinta escrita por Jelen Morales (Los hombres de Paco, Aída), producida por Álex de la Iglesia y Carolina Bang y protagonizada por Ana Polvorosa que llega a los cines este viernes 26 de enero.

"Siento más expectación que con un espectáculo o cuando hago algo en televisión. No voy a decir que estoy preocupada, pero sí que tengo muchísima curiosidad por por saber qué piensa la gente y sobre todo si va a salir del cine con la sensación de 'qué bien me lo he pasado y además he aprendido algo'. Estoy más emocionada que nunca", cuenta a El Independiente Eva Hache desde el hotel Urso de Madrid.

Pero, ¿de qué va Un mal día lo tiene cualquiera? Se trata de la historia de Sonia (Ana Polvorosa) una mujer responsable, ordenada y con el sentido de la norma muy integrado. Sin embargo, en una sola noche, esta controladora de manual se verá obligada a hacer todo aquello a lo que no se ha atrevido en 36 años.

La protagonista, con la que se podrán sentir identificadas muchas jóvenes, se acaba de mudar con su gato a un nuevo estudio en el centro interior, con gotelé, sin calefacción, y bastante ruidoso porque se halla junto a los contenedores de basura.

Lleva cinco años prácticamente aislada del mundo, pero no a causa de la pandemia, sino debido a algo mucho peor: su tesis doctoral. Tras realizar varios másteres, trabajos de investigación y cientos de artículos, por fin ha llegado el día de defender su tesis.

Convertirse en doctora significaría dejar de ser profesora ayudante, optar a una plaza de titular con sueldo fijo, y además, quién sabe, si decir adiós a su triste y precaria vida.

Eva Hache y Ana Polvorosa, en el rodaje de 'Un mal día lo tiene cualquiera' | Warner Bros. Entertainment

La noche antes del gran día, su mejor amiga, Luci, insiste en que le acompañe a un concierto de electrónica para despejar la mente, y que le dé el aire. Sonia prefiere quedarse en casa tal y como tenía planeado. A las 08:00 AM del día siguiente, un tribunal, su familia entera y media Segovia serán testigos del día más importante de su vida.

Unos minutos más tarde, mientras baja la basura orgullosa de sí misma, se encuentra en la calle con María, una amiga que le propone tomar cañas en un bar cercano. Sonia trata de excusarse como puede, pero cuando María rompe a llorar porque acaba de cortar con su novio, se ve obligada a consolarla. Sonia baja sin cartera y sin móvil, pero María insiste en que se despreocupe, invita ella. Lo que iba a ser una corta velada aguantando el drama de su amiga, se convertirá en una noche inolvidable en el peor de los sentidos.

"Nunca había contestado tantas preguntas como al dirigir 'Un mal día lo tiene cualquiera'"

eva hache

En la película sale todo mal, pero hay algo de luz al final del túnel y las últimas escenas son de las más luminosas del largometraje. "Me hubiera gustado que acabara con mi personaje haciendo un Thelma y Louise, eso sí que sería completamente ácido", comenta Polvorosa, en alusión a la road movie de Ridley Scott. La actriz encabeza un reparto en el que también figuran Agustín Jiménez, Barbara Mestanza, Juriji Der Klee, Aníbal Gómez, Goize Blanco y Ariana Martínez. "Estoy muy orgullosa, hemos sido dos mujeres muy valientes que nos hemos lanzado a la piscina y hemos corrido ciertos riesgos con este proyecto, porque esta historia no era nada fácil de contar. El arco dramático del personaje era una de las cosas más complicadas y creo que está súper bien explicado y desde un lugar muy real, no queríamos hacerlo disparatado o estereotipado", apunta la intérprete.

Una de las escenas de 'Un mal día tiene cualquiera' tiene lugar en una iglesia | Warner Bros. Entertainment

El sello de Pokeepsie Films, productora de la película, se ve en algunas escenas algo grotescas, así como en acelerado el ritmo de la misma. Hache explica que, desde el principio, Álex de la Iglesia tenía claro que fuese ella la directora del largometraje, aunque esto responde también a una pulsión de la propia cómica, que presenta una opera prima que cuestiona para qué sirve la previsión, pero también se ríe de la cultura woke en alguna escena.

"Había pensado dirigir teatro, por ejemplo. Me pasaba que al ver otras obras pensaba que las haría de otra manera. Pensé que sería una buena remendadora de espectáculos, pero ponerme al frente de un proyecto desde el principio hasta el final me parecía demasiado complicado", afirma la directora.

Pese al vértigo del principio, Hache ha disfrutado tanto la experiencia que repetiría sin pensarlo dos veces. Eso sí, con una advertencia: el poder es peligroso. "Nunca había contestado tantísimas preguntas cada día y sobre todo nunca me habían hecho tanto caso. Como directora, tú puedes pedir lo que sea y aunque no se pueda conseguir, al final hay un montón de gente que lo va a intentar a muerte. Eso te puede convertir en una persona horrible, imagina que te acostumbras a que cualquiera de tus caprichos se pueda convertir en realidad… todos tenemos el mismo guion, pero cada uno lo imagina de una manera y finalmente lo que se ve es lo que he imaginado yo. Esto te puede llevar a ser alguien un tanto narcisista", concluye.