El valenciano Óscar de Alfonso ocupa desde hace 9 años el cargo de Gran Maestro de la Gran Logia de España y desde su puesto lucha contra los mitos que rodean a la masonería y por hacer visible esta institución que, al menos -señala-, ha dejado ser temida: "Ya nadie piensa que nos comemos a los niños".

"Ya no se nos teme y nadie piensa que hacemos rituales satánicos en los que nos comemos a los niños, pero ese temor ha pasado a ser ignorancia y la sociedad desconoce qué es la masonería", explica este abogado de 52 años en una entrevista con Efe al cumplirse 40 años de la legalización de esta institución en España.

Asegura que la persecución sufrida durante el franquismo rompió la tradición masónica en España y eliminó a sus miembros y no es hasta ahora cuando han empezado a crecer tanto en cantidad como en calidad, con el reto de hacerse visibles y recuperar la "gloria" de tiempos pasados, que simbolizaron ilustres masones como el general Prim, Joaquín Soroya y Vicente Blasco Ibáñez, entre otros.

Pregunta: Tras 40 años de legalización los mitos sobre la masonería perduran ¿A qué se debe?

Respuesta: hay varias razones, por lógica después de 40 años de legalización deberíamos estar ya perfectamente normalizados en la sociedad y ser masón debería ser una condición más de la persona al igual que uno es del Madrid, Barcelona o del Valencia, pero la realidad es completamente distinta y tenemos todavía una imagen tergiversada.

P: ¿A qué se debe esta imagen tergiversada?

R: Hay varias razones y en parte la culpa también es de los propios masones que en estos 40 años hemos permanecido encerrados en nosotros mismos y no hemos sabido explicar a la sociedad lo que somos, lo que hacemos ni para qué estamos.

Pero tampoco le podemos echar la culpa a la anterior generación de masones, ya que cuando se legaliza la masonería en España prácticamente no quedan masones. Estuvimos perseguidos, se nos exterminó y cuando en el 79 se nos legaliza, no había masones.

P: ¿Qué papel juega la sociedad en esa visión de la masonería?

R: Otro motivo de la imagen tergiversada es la ignorancia, la sociedad ha pasado de tener temor a la masonería a la desinformación y la ignorancia. Por los menos hemos avanzado y ya no nos temen y nadie piensa que los masones nos comemos niños y hacemos ritos satánicos.

P: ¿Cómo estáis llevando a cabo esa apertura hacia la sociedad?

R: Es una política de lluvia fina, de gota a gota. Hacemos conferencias, jornadas de puertas abiertas, nos mostramos a la sociedad tal y como somos a través de Twitter, Facebook, etc.

P: ¿Cuáles han sido las principales aportaciones de la masonería a la sociedad?

R: La masonería es hija de la Ilustración y la España de los siglos XVIII y XIX no se puede entender sin la presencia de los masones. Estuvieron presentes en la Constitución de 1812, que está hecha por masones y ha habido una relación entre masonería y educación pública, por eso tal vez se pueda entender esa confrontación con la Iglesia, porque la Iglesia siempre ha estado también muy interesada en la educación del pueblo.

P: ¿Puede citar a algún masón ilustre?

R: La masonería está por el progreso científico y moral, pero realmente en la industria y la economía ha habido grandes masones, como el primer astronauta en pisar la luna, el norteamericano Buzz Aldrin; Henry Ford el fundador de la compañía automovilística Ford Motor Company; Winston Churchill, primer ministro inglés, etc.

P: ¿Y en España?

R: Ha habido 13 presidentes y jefes de Gobierno masones en España, uno de ellos fue el general Prim, presidente del Gobierno español (1869-1870). También José Bonaparte y el rey Amadeo de Saboya. Y en el mundo de la cultura Joaquín Soroya, Vicente Blasco Ibáñez, etc.

En la II República también hubo mucho masón y varios jefes de Gobierno se iniciaron en la masonería pero luego no volvieron nunca a la logia, como Manuel Azaña, que lo hizo por curiosidad, pero luego no tuvo interés en practicar la masonería.

P: ¿Qué supone ingresar en la masonería?

R: A la masonería por curiosidad no se debe entrar, debes entrar cuando estás convencido del compromiso. La masonería exige tiempo, pero primero está la familia, luego el trabajo y después la masonería.

La Orden Masónica exige un compromiso, el de actuar como un masón, no solo dentro sino también fuera de la logia y exige participar en reuniones.

P: ¿Cuántos masones conforman la Gran Logia Española?

R: Ahora somos 3.000 hermanos, la misma cantidad que en la II República, pero la edad de oro fue a finales del siglo XIX, principios del siglo XX, donde había una enorme cantidad de hermanos y el Gran Oriente Español tenía presencia en todas las capitales de provincia. Esa es la edad de Oro a la que a mí me gustaría volver.

Queremos volver a recuperar ese protagonismo perdido y por eso en diciembre vamos a realizar un Congreso Nacional Masónico en el que abordaremos determinados temas importantes para la sociedad, sin entrar en política, como las fake news, la sociedad de la información o cómo va a afectar la inteligencia artificial para el futuro de la economía y el empleo.

P: La masonería ortodoxa no admite mujeres. ¿No se ha planteado un debate al respecto?

R: Somos una orden exclusivamente masculina, esto significa que seguimos una corriente milenaria que no ha cambiado desde tiempos inmemoriales y cualquier candidato que entre en la Gran Logia de España sabe que somos una orden exclusivamente masculina y si hay algún candidato que no lo acepta, nadie le obliga a entrar.

Pero también existen obediencias exclusivamente femeninas o algunas otras que son mixtas y cualquier candidato a la masonería tiene que entrar en el sitio que esté más cómodo. Si yo estoy más cómodo en una orden exclusivamente masculina, eso es igual de respetable como que otro esté más cómodo en una orden mixta.