El poeta José Manuel Caballero Bonald ha fallecido a los 94 años en Madrid. Miembro de la generación del 50, barroco y cuidadoso hasta el extremo, fue uno de los grandes poetas contemporáneos, premio Cervantes 2012. Tal y como informa El País, ha sido su mujer la que ha informado sobre su fallecimiento. "Se acabó", han sido las palabras de Pepa Ramis.

Nació en 1926 en Jerez de la Frontera, aunque estudió Filosofía y Letras en en Sevilla y náutica en Cádiz. Su primer poemario, Poesía lo publicó con 22 años, en 1948. Cuatro años más tarde le siguieron Las adivinaciones y en 1954, Memorias de poco tiempo. A partir de ese año publicó con mucha asiduidad y en el 2002 la editorial Visor recogió toda su poesía en un antología que incluía un CD con varios poemas recitados por Bonald.

También publicó varias novelas, aunque con menos asiduidad que los poemarios. Sus tres obras más conocidas son Dos días de septiembre, con la que ganó en 1961 el premio Biblioteca Breve, Ágata ojo de gato, premio Barral y Examen de ingenios.

Además, fue presidente de la sesión española del PEN Club Internacional, cargo del que dimitió en 1981, y en 1998 creó la Fundación que lleva su nombre. En su honor, se instituyó en 2004 el Premio Internacional de Ensayo Caballero Bonald.

No sólo se interesó por la literatura, sino que el flamenco fue uno de los grandes pilares de su vida llegando a estudiarlo hasta la saciedad.

Poder y modales

Perteneció a esa generación de los niños de la guerra, por lo que llevó la critica política en la sangre. Se opuso al poder abusivo y consideró la poesía como "una defensa contra las ofensas".

En 2017, en una entrevista a la agencia de noticias Colpisa, aseguró que era un "español sin ganas" y un rebelde a sus 90 años. "Se puede seguir siéndolo a esta edad. Los motivos para serlo se acumulan a medida que uno se hace viejo. Es, al menos, lo que a mí me pasa", afirmó.

Los motivos para ser rebelde se acumulan a medida que uno se hace viejo"

CABALLERO BONALD

También habló de su decepción con Podemos, partido que en un primer momento había llamado su atención. "Ahí tengo mis contradicciones. Aunque parezca pueril, no comparto los modales, las formas educativas, el tono general de Podemos. Una cuestión de estilo, pero considero muy oportuna su presencia en la vida parlamentaria".

En 2018 aseguró que ya no pensaba volver a escribir. "¿Ni su epitafio?", le preguntaron. "No, qué va. El epitafio tiene algo de vanidad póstuma", aseguró.