La Cenerentola, la Cenicienta de Gioachino Rossini, abre la temporada del Teatro Real con 15 funciones que llenarán el Real al 100% de su aforo, a final de mes, tras retirarse las restricciones del Covid por parte de la Comunidad de Madrid. Se recuperará la normalidad de la ópera de Rossini que ha llenado siempre los teatros. “Es una de las óperas más populares y llevaba 20 años sin representarse en Madrid”, destaca el director artístico del teatro Joan Matabosch.

La puesta en escena, de Stefan Herheim, incluye al propio Rossini dentro de escena quien con una pluma mágica da vida a los personajes metiendo al teatro dentro de la propia representación. Steven Whiting responsable de la reposición ha creado una Cenerentola “moderna y tradicional al mismo tiempo”. La obra arranca con una Cenicienta que a todos los efectos es una limpiadora del teatro que pasa la mopa sobre el escenario antes de que se levante el telón.

Se ofrecerán 15 funciones de la ópera, entre el 20 de septiembre ­Preestreno Joven de la Temporada­ y el 9 de octubre, en una coproducción de la Den Norske Opera de Oslo y la Opéra National de Lyon presentada en ambos teatros en 2017, precisamente dos siglos después de su estreno en el Teatro Valle de Roma, en 1817.

Escena de 'La Cenerentola en la que se rompe al cuarta pared, simulando un espejo gigante dentro del teatro.
Escena de 'La Cenerentola en la que se rompe al cuarta pared, simulando un espejo gigante dentro del teatro.

Un genio con 25 años

La Cenerentola fue compuesta en sólo 24 días entre el libretista Jacopo Ferretti y Gioachino Rossini, que a sus 25 años era ya un compositor consagrado que contaba con 19 óperas en su catálogo, incluyendo títulos tan populares como Otello o El barbero de Sevilla. Para conseguir su objetivo de 24 días reutilizó fragmentos de óperas precedentes. Rossini y Ferretti decidieron montar una versión de La Cenicienta sin los elementos fantásticos. La madrastra fue reemplazada por el padrastro Don Magnífico; el hada madrina desaparece, dejando a Alidoro como ‘padrino’ de la desdichada criada, y el famoso zapato es sustituido por un simple brazalete.

"La obra tiene muchas melodías que varían según el personaje que entra, eso hace que sea una ópera importante", ha señalado Riccardo Frizza, encargado de la dirección musical. Frizza ha agradecido al Teatro Real que tenga la "valentía" de abrir la temporada con un título de Rossini, que "ha marcado la carrera de muchísimas cantantes" algo que, a su juicio, es muy meritorio. En este sentido las 15 representaciones que podrán verse hasta el próximo 9 de octubre están dedicadas a Teresa Berganza que protagonizó con mucho éxito  La Cenerentola, una ópera que lleva 20 años ausente de la oferta madrileña.

Un doble reparto dará vida a los personajes de La Cenerentola, encabezados por las mezzosopranos Karine Deshayes y Aigul Akhmetshina. Esta última reconocía que los paralelismo de su vida con el personaje. “Una chica sencilla de pueblo que persigue un sueño, en mi caso ser cantante de ópera”.