Ejecuciones en ascensores, hachazos que perforan cráneos, cadáveres impregnados en lejía, presuntos suicidios y, en definitiva, diez crímenes inexplicados que ilustran la macabra crónica negra barcelonesa. El asesino anda suelto. Diez casos sin resolver (1940-1958), obra de Paco Villar (Barcelona, 1961) publicada ahora y documentada hace más de 30 años, profundiza en una lista de sucesos que retratan "la Barcelona de posguerra más oscura y truculenta".

El final de la rambla, el pararell y el carrer del hospital forman el triángulo más célebre del Barrio Chino. Considerado históricamente uno de los bajos fondos de la ciudad condal, el arrabal se ha erigido como una fuente de historias de la que ha bebido durante décadas el autor Paco Villar, uno de los mejores cronistas de la urbe catalana. Sumergido en los archivos del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña se topó con El asesino anda suelto. De aquellas estanterías abarrotadas de carpetas clasificadoras surgieron una serie de muertes que, paradójicamente, están vivas, ya que siguen sin resolver.

Los crímenes a los que se hacen referencia encierran todo tipo de atrocidades; sin embargo, Villar ha trasladado a El Independiente cuál es la realidad actual. "En los años 80 vi el cambio del Barrio Chino con la entrada de la heroína y ahora es más peligroso. Con la heroína hubo crímenes muy espectaculares, pero no como ahora. Al ser joven era más imprudente y para conocer me metía en todos lados. Ahora no se me ocurriría dar vueltas por el Chino porque te apuñalan para robarte el móvil", señala el escritor.

Su indagación empujó a Villar al fondo de un registro "dejado de la mano de Dios donde muchos archivadores estaban amontonados en lo que parecía un pozo de moho". "Pude ir allí y mirar sin pedir nada en concreto. Nunca iba nadie más, excepto algún historiador de vez en cuando. Me acabaron dejando acceder a los sumarios judiciales por pesado", apunta Villar.

'El asesino anda suelto. Diez casos sin resolver (1940-1958)'

El germen del trabajo publicado recientemente por la Editorial Comanegra se halla en el fallecimiento agónico de la baronesa alemana Agnes Von Fries, en el que Villar considera que estuvieron involucrados los alemanes. Este caso "excepcional en la crónica negra de Barcelona" despertó el genio del autor; aunque en primera instancia dudó que el resto de sucesos que dan forma al libro estuvieran a la misma altura.

Villar argumenta que la gran mayoría de los casos que descubrió carecían de los componentes que encumbran al de Agnes Von Fries. Pero todos escondían su valor. "Alguno de los crímenes mencionados tienen más atractivo para el lector que otros, pero todos tienen su salsa. Cada caso trata de circunstancias que son un fiel reflejo de la época, como el enjambre de espías de la posguerra, la clandestinidad de la homosexualidad o el éxodo rural en busca de oportunidades en la gran ciudad".

El texto se compone de un esqueleto llamativo: una hilera de diez capítulos independientes sin ningún tipo de nexo entre sí y presentados con una ficha con el contenido esencial del mismo. La estructura, exenta de transiciones, causa un efecto hipnótico en el lector, ya que trata episodios especialmente pomposos. "Lo hice hace así desde el principio porque es como vi la obra en mi cabeza. Estos hechos no necesitan florituras", sentencia Villar, que sí da rienda suelta a su literatura en las descripciones del Barrio Chino -su tema predilecto- o en el fragmento sobre Agnes Von Fries -núcleo del libro-.