Se inspiró en la barra del bar The Elephant House con un café con leche infinito y Jessica en brazos, aunque la idea se le había ocurrido tres años antes, cuando viajaba en tren de Manchester a Londres. Las páginas en blanco eran su único refugio después de las palizas, y la magia, los Dementores, y aquel niño joven aprendiz de gafas redondas en Hogwarts, su terapia. "De repente, la idea de Harry apareció en mi imaginación, simplemente. No puedo decir por qué, o qué la desencadenó, pero vi la idea de Harry y de la escuela de magos muy claramente. De pronto, tuve la idea básica de un niño que no sabía quién era, que no sabía que era mago hasta que recibió una invitación para asistir a una escuela de magia. No he estado nunca tan entusiasmada con una idea".

Joanne Rowling (Reino Unido, 1965), más conocida como J.K Rowling, nació en Yate, en Reino Unido. Ya desde niña escribió historias que solía contarle a su hermana menor, y fue su fascinación por la autobiografía de Jessica Mitford lo que la impulsó a estudiar una doble titulación en filología francesa y clásica en la Universidad de Exeter. Muy pronto se trasladó a Oporto para trabajar como maestra de inglés, donde conoció a Jorge Arantes, un periodista portugués con quien, pese a sus numerosas infidelidad, agresiones y alcoholismo se casó en julio de 1993 y tuvo una hija, Jessica. Su historia de amor fue tan efímera como tormentosa. Tanto, que Rowling sufrió de depresión clínica y llegó a plantearse el suicidio. "Si no lo dije antes no es porque me avergüence, sino porque recordar es traumático. Las cicatrices de la violencia no desaparecen, no importa cuán amada seas, ni cuánto dinero hayas hecho", señaló la británica.

En noviembre de 1993 la escritora huyó a Edimburgo y allí, sin empleo y viviendo de los subsidios que le otorgaba el Estado, Joanne completó su primera novela, Harry Potter y la piedra filosofal, que se publicaría cuatro años más tarde por Bloomsbury, una pequeña editorial británica de Londres, después de ser enviado y rechazado por otras doce. Rowling tuvo que esconder su verdadero nombre antes de publicarla porque la editorial temió que los lectores tuvieran reticencia a comprar libros escritos por una mujer. Así, la escritora y productora de cine empezó a utilizar dos iniciales, y no su nombre de pila. "Mi editor, el que publicó Harry Potter, me dijo 'Creemos que este libro es para chicos y chicas', así que dijeron '¿Podemos usar tus iniciales?' Básicamente, estaban intentando esconder mi género".

Pocos meses después de la publicación del primer libro de la saga que dio vida al Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, la empresa editora de libros estadounidense Scholastic Press, compró los derechos de la novela para Estados Unidos, por una suma superior a los 14,5 millones de pesetas, una cifra muy importante para un libro infantil que reafirmó su éxito y dio lugar a un fenómeno literario que la prensa denominó "pottermanía" y que vino seguido de Harry Potter y la cámara secreta, Harry Potter y el prisionero de Azkaban, Harry Potter y el cáliz de fuego, Harry Potter y la Orden del Fénix, Harry Potter y el misterio del príncipe y Harry Potter y las reliquias de la Muerte, que salió a la venta tal día como hoy en 2007.

La historia de Harry Potter se convirtió en la serie de libros más vendida de todos los tiempos, con 500 millones de copias vendidas y traducida a más de 76 idiomas. Pero además, las últimas cuatro novelas han marcaron un hito como los libros que más rápido se vendieron en la historia; y la última fue el bestseller instantáneo que superó a todos los anteriores: solo en los Estados Unidos, vendió once millones de copias en menos de 24 horas. Asimismo, producidas por el estudio estadounidense Warner Bros, que se asoció con la productora de David Heyman, de todos los libros de la saga se ha hecho una película, a excepción del último libro, cuya adaptación cinematográfica ocupó dos películas distintas; y, no solo con eso, la historia del mago saltó al teatro en 2016 como una "octava historia" que relata la parte que no se ha contado sobre la vida de Harry y la historia de sus padres, Lily y James. "Es muy emocionante explorar el mundo de Harry de una manera nueva, a través del teatro. Las diferentes colaboraciones en esta historia son estimulantes para todos nosotros y estamos ansiosos al estreno", comentó la autora.

En 2008, J.K Rowling se convirtió en la primera mujer en entrar en el club de los milmillonarios de Forbes, donde permaneció hasta 2014, cuando la revista apuntó que la escritora había gastado su fortuna en "actos de filantropía y en pagar rigurosamente los impuestos de su país".

Después de Harry Potter la escritora escribió Una vacante imprevista, una novela de humor negro que tuvo su adaptación en la pequeña pantalla gracias a HBO; El gusano de seda, El oficio del mal y Lethal White, de temática policíaca.

Las redes la acusan de transfóbica

La escritora británica está en el ojo del huracán desde 2019 debido a sus opiniones sobre los derechos de las personas transgénero, y casi ha pasado de ser alabada por los seguidores de la saga del niño mago, a odiada por los mismos.

J.K Rowling dejó en Twitter unas controvertidas declaraciones sobre las personas trans, específicamente sobre las mujeres transgénero, diciendo que, esencialmente, "no eran mujeres" y se posicionó a favor de Maya Forstater, consultora del think tank Centre for Global Development, que había perdido su empleo debido a sus tuits transfóbicos. "Cuando abres las puertas de los lavabos y los vestuarios a cualquier hombre que cree o siente ser una mujer (...) le estás abriendo la puerta a cualquier hombre que quiera entrar", afirmó.

Sus opiniones en los últimos años han sido tan polémicas que han provocado un tsunami de críticas hacia su persona, incluyendo a varias estrellas de la saga cinematográfica de Harry Potter como Daniel Radcliffe o Emma Watson. "Las personas trans son quienes dicen ser y merecen vivir sus vidas sin ser cuestionadas constantemente".