El Teatro Real recuperó del olvido a Aquiles en Esciros, una ópera barroca que sólo se representó una vez en España, en 1744, y la convirtió en una producción propia y del Teatro de Viena. Era la gran obra de la temporada 2019-20 pero cuando ya estaba todo listo para su estreno el confinamiento decretado por el Covid acabó con el montaje congelado en el escenario. 

Los tiempos de la programación de la ópera no son fáciles de reubicar, con la apertura de los espectáculos Aquiles en Esciros se reprogramó para tres años después y es ahora cuando la ópera resucita por segunda vez. Habrá cinco funciones del 17 al 25 de febrero.

El Teatro Real recuperó del olvido a Aquiles en Esciros, una ópera barroca que sólo se representó una vez en España, en 1744, y la convirtió en una producción propia y del Teatro de Viena. Era la gran obra de la temporada 2019-20 pero cuando ya estaba todo listo para su estreno el confinamiento decretado por el Covid acabó con el montaje congelado en el escenario. 

Aquiles en Esciros de Francesco Corselli (1705-1775) -uno de los mejores compositores de aquel momento- se estrenó en el desaparecido Coliseo del Buen Retiro de Madrid en 1744 para festejar el enlace de la infanta María Teresa Rafaela de España, hija de Felipe V, con el delfín Luis de Francia, hijo de Luis XV.

“Es una obra completamente desconocida con una partitura extraordinaria”, afirma el director artístico del Real, Joan Matabosch, "una obra maestra del barroco español que representa muy bien la transición del barroco al clasicismo", añade.

"Es una ópera que salvo unas representaciones que hemos descubierto en Dallas nunca se ha realizado para el público, más allá de la corte. Se puede decir que es algo parecido a un estreno", afirma. 

Ópera ‘queer’

La ópera cuenta el capítulo de la vida de Aquiles al que su madre, Tetis, envía a la isla de Esciros para evitar que participe en la guerra de Troya, donde, según el oráculo, perderá la vida. Allí se hace pasar por mujer para ocultarse. La interpretación de papeles femeninos por hombres y viceversa era muy común en el barroco.

“Eso de que el héroe más viril de la guerra de Troya aparezca disfrazado de mujer no podía ser más que un sarcasmo hilarante. Y, encima, otro hombre está atraído sexualmente por este héroe, un hombre que está interpretado por una mujer. Es decir, la subtrama principal se puede resumir de la siguiente manera: una mujer que interpreta a un hombre se siente atraída sexualmente por un hombre disfrazado de mujer, que encima interpreta un contratenor”, explica Mariame Clément directora de escena. “Después de esto, que nos digan si la ópera merece tantas etiquetas de antigua, elitista y rancia, o si resulta que tendremos que reconocer que la ópera es realmente la que ha inventado lo queer”, añade.

Que nos digan si la ópera merece tantas etiquetas de antigua, elitista y rancia, o si resulta que tendremos que reconocer que la ópera es realmente la que ha inventado lo queer

Mariame Clément

Partitura digital

La recuperación de esta rareza se debe al empeño del director musical del Teatro Real, Ivor Bolton, que es un gran experto en óperas barrocas. El musicólogo Álvaro Torrente, del Instituto Complutense de Ciencias Musicales (ICCMU), fue el responsable de su recuperación.

El Teatro Real pondrá en práctica, por primera vez en una ópera, el uso digital de los materiales musicales gestionados a través del proyecto DEePMusic (Digitalización del Ecosistema del Patrimonio Musical). La Orquesta Barroca de Sevilla, bajo la batuta del director musical del Teatro Real, Ivor Bolton, interpretará la partitura de Francesco Corselli utilizando soportes digitales de última generación.