Jordi Évole, responsable del documental No me llame Ternera producido para Netflix y que se estrenará el próximo día 22 en el Festival de San Sebastián, ha respondido a las críticas y al manifiesto de repulsa con más de 500 firmantes que solicitaban su retirada de la programación del certamen.

Después de insistir en una idea que viene defendiendo estos días en sus redes sociales –"entrevistar no es blanquear ni compartir las ideas del entrevistado, parece mentira que todavía tengamos que aclarar cuestiones tan obvias"–, Évole ha declarado a Europa Press que "una película como esta solo se podía estrenar en un festival como el de San Sebastián. Hemos entrevistado a uno de los líderes de la organización terrorista ETA. Y a una de sus víctimas directas. Y les aseguro que lo hemos hecho con una enorme responsabilidad periodística".

"Absoluto respeto" a las víctimas

El comunicador también ha insistido en que el trabajo se ha hecho con "absoluto respeto" hacia las víctimas del terrorismo y "con la voluntad de que las generaciones más jóvenes conozcan uno de los episodios más negros de la historia reciente" de España.

El mismo día que la Audiencia Nacional rechazaba paralizar el estreno del documental en San Sebastián, uno de los firmantes del manifiesto que solicitaba su retirada, el escritor Andrés Trapiello, ha reiterado su posición. "La libertad de expresión es absoluta para todo el mundo. Ahora, ¿con dinero público? No. En un festival con una relevancia social, pública e internacional como este, tampoco. Estamos hablando de si los espacios públicos están para darle voz a gente que son asesinos, confesos y convictos, que no han pedido perdón a las víctimas", ha explicado en declaraciones a Europa Press.