Nunca antes había sido tan delgada la frontera entre la alta cultura y la conocida como cultura popular. De hecho, la relación entre ambas concepciones cada vez encuentra más puntos en común y las definiciones se confunden. De repente, un cartel propagandístico puede colgar de un museo y una obra de arte funciona perfectamente como reclamo publicitario. La palabra artista puede servir igual tanto para hablar de Picasso como de Madonna.

La culpa de esta indistinción la tiene la invasión de lo 'popular' en un terreno que considerábamos prácticamente intocable. ¿Pero qué es realmente lo 'popular'? Podemos pensar que tiene que ver con todo aquello que concierne a la cultura de masas, pero nos quedaríamos prácticamente como al principio. Se podría decir que es sinónimo de folclore, tradición y celebridad, pero seguiría siendo incompleto.

Keep smiling, 1932. George Grosz. Colección del IVAM Institut Valencià d’Art Modern, Generalitat

Esto es lo que trata de esclarecer la exposición del IVAM de Valencia, popular. Una muestra que, en palabras de su comisario Pedro G. Romero, es una relectura en clave de investigación sobre los rastros de este concepto a través de la colección del museo. "La exposición parte de los lugares comunes: lo famoso, la cultura pop, la tradición, la cultura del pueblo, el folclore. Por todo ello anda corriendo esta idea de lo popular, pero no es eso", explica Romero en una conversación con El Independiente.

Quizá una de las reflexiones más interesantes de esta tesis es precisamente el origen de un concepto que asociamos a la creación de las grandes naciones, pero su germen se encuentra siempre en la ausencia de representación política. "Lo simbólico, el imaginario de la nación, se sitúa siempre de forma paradójica en aquellos grupos que no tienen o que no tenían representación política. A menor representación política, mayor imaginación simbólica. Por ejemplo, con la Revolución Francesa se empieza a entender qué significa el pueblo francés. Y para ello no buscan en el lugar más representativo, que es el París de los ciudadanos, sino en los sitios recónditos de la nación, en el campo, en la montaña, las aldeas perdidas. Allí se buscan los signos de una supuesta imaginación popular".

El Pueblo. Republicanos. Anti-fascistas. 1937. Autor desconocido a partir de Joaquín Sorolla, Impreso por E. Machi. Colección Ricardo Borja

Siguiendo esta regla, la tesis que defiende popular observa cómo los tópicos nacionales, la música, la forma de vestir, los lugares comunes, pertenecen a grupos marginales y estigmatizados. En los países americanos la mayoría de estas nociones proviene de la población esclavizada y los afrodescendientes. En España, los "siempre extranjeros", los gitanos, son los máximos exponentes de la cultura del flamenco, los toros y lo popular español. "Esta regla valora tanto la raza, el género o la clase social, sobre esa base empezamos a leer la colección".

La exposición

popular es un recorrido a través de 1.500 piezas del IVAM, junto con préstamos de museos como el MACA de Alicante, el Reina Sofía o el MNAC de Barcelona, además de colecciones particulares. De la permanente aprovechan su archivo de obras del dadá, el constructivismo y la Bauhaus de los años 30. También recurren a la cultura antifranquista de los años 60 y 70.

La colección Jenkins & Romero del MACA expresa muy bien el imaginario dominante en la era post Guerra Fría gracias al arte norteamericano de los 90 y principios de los 2000. "Un imaginario dominante del triunfo del capitalismo después de la caída del muro donde están muy presentes sus disidencias de género, de raza y de clase", matiza Romero.

Pedro Almodovar, 1985. Christopher Makos. Colección del IVAM Institut Valencià d’Art Modern, Generalitat

"En la colección aparecen muy pocas cosas que pueden ser puramente popular, pero sirven muy bien para la reelaboración de esas ideas de lo popular que han atravesado a los artistas presentes en la colección". En estos términos podemos encontrar una variopinta selección que va desde una colección de juguetes satíricos del valenciano Josep Gorrís o un retrato de Pedro Almodóvar vestido de torero mientras se fuma un puro, hasta la famosa pieza de Valie Export señalándose el tatuaje que imitó Rosalía o una versión antifascista de un cartel de Sorolla para el periódico El Pueblo, dirigido por su amigo Blasco Ibáñez, con una fallera republicana.

Además, el recorrido visual incluye un acompañamiento musical de la mano de las composiciones de Niño de Elche, Xisco Rojo y František Zelenka. Una banda sonora que incluye ritmos del flamenco, la electrónica o la diáspora latinoamericana.

Arqueología del presente

"La exposición es una especie de arqueología del presente, porque en realidad lo popular es el gran tema de hoy día. En el presente la cultura predominante parte de cómo el capitalismo ha convertido lo popular en la lengua global, tomando la música, el cine, las plataformas, todo esto mercantiliza una cierta idea de lo popular y eso se palpa en la exposición", insiste Romero.

Y en este juego referencial entre el arte, lo popular y el presente, se forman dicotomías muy sugerentes. Como la influencia árabe en España, por un lado el imaginario de la presencia de los árabes en el pasado confronta con los nuevos migrantes que traspasan hoy en día nuestras fronteras. También queda plasmada la diferencia entre el doble estatus entre los afrodescendientes americanos, que han contribuido a la formación de grandes imaginarios como el de la cultura funky o rock and roll, y a la vez las aspiraciones de los nuevos migrantes afrodescendientes que llegan a nuestras ciudades.

Romero incide especialmente en el caso del colectivo LGTBI, "ellos de alguna forma crean un imaginario potentísimo, en muchos casos hegemónico, pues son los que han construido la imaginación ritual de fiestas como la Semana Santa o las Fallas, son los famosos solteros a los que, sin embargo, ahora que empiezan a reconocerse sus plenos derechos, rearticulan de otra manera su imaginario y atiende a otras cosas más complejas. Pero en un momento dado han sido los constructores de toda una iconografía de lo que significa lo español, que está muy presente".