A finales de 2010 o principios de 2011, García Márquez tiró por tierra el trabajo al que había dedicado años. "Este libro no sirve. Hay que destruirlo", aseguró a su agente Carmen Balcells, tal y como reconocen sus hijos. Mañana, justo cuando el escritor colombiano cumplirá 97 años, esas páginas que él desechó verán la luz. Bajo el título de En agosto nos vemos (Literatura Random House) se publica está novela inédita y de manera póstuma a la vez en 40 idiomas distintos.

Se trata de un libro de 110 páginas que se encontraba, junto con el resto de sus archivos personales, en el Centro Harry Ransom en Austin (Estados Unidos), al que había sido vendido por su familia tras su muerte. Allí están muchos documentos del escritor colombiano que incluyen manuscritos originales, predominantemente en español, diez libros suyos, más de 2.000 piezas de correspondencia y borradores de su discurso de agradecimiento para el Premio Nobel de 1982 y también esta historia, la de Ana Magdalena Bach, que ahora ve la luz.

Portada de 'En agosto nos vemos', de Gabriel García Márquez.

Se trata de un conjunto de relatos sobre una mujer de la alta sociedad que va a visitar cada agosto una ciudad balneario en la costa de Colombia, una historia inicialmente concebida por García Márquez como cuentos y que finalmente la entendió como novela aunque al final acabara por desechar la idea. Se trataría de la número once del Nobel de Literatura colombiano y sale a la venta justo 20 años después de la última, Memoria de mis putas tristes.

Hoy se ha presentado a los medios de comunicación en una rueda de prensa multitudinaria e internacional en la que Pilar Reyes, directora editorial de la División Literaria de Penguin, ha acompañado a los hijos de García Márquez, Gonzalo García Barcha y Rodrigo García Barcha.

"Cerca de 200 periodistas estáis siguiendo esta rueda. Sin duda García Márquez sigue llamando la atención en el mundo entero. La inmensa expectativa de esta novela solo ratifica esta dimensión de figura de primer orden", ha asegurado Reyes y ha añadido que era un libro muy esperado porque él ya lo había anunciado, quitando así peso a esas declaraciones del autor. "El 18 de marzo de 1999, en Casa de América, anunció que estaba escribiendo una novela compuesta por cinco relatos autónomos y leyó el primer capítulo. Hizo varias versiones y trabajó en ellas hasta que sus fuerzas se lo permitieron. Si ahora tenemos la suerte de leerla es gracias a sus herederos. En agosto nos vemos es un texto absolutamente consistente con el mundo narrativo de García Márquez".

"Cualquier libro que no le gustaba lo destruía y el hecho de que no lo destruyese y que a nosotros nos gustase, nos llevó a publicarlo"

RODRIGO GARCÍA BARCHA

Los hijos aseguran que tras leer las versiones se dieron cuenta de que el libro estaba mucho mejor de lo que recordaban. "Pensamos que igual que había perdido la capacidad de su memoria cuando dijo que el libro no servía había perdido también la capacidad para valorarlo. Cualquier libro que no le gustaba lo destruía y el hecho de que no lo destruyese y que a nosotros nos gustase, nos llevó a publicarlo", ha asegurado Rodrigo García Barcha y ha añadido que aunque "no está tan pulido como sus grandes libros tiene muchas de las características sobresalientes de Gabo: una prosa preciosa, la creación del personaje..." "Además, él siempre dijo: 'Cuando yo esté muerto, hagan lo que quieran'. Eso nos ayuda a dormir mejor'", ha sentenciado.

Su hermano Gonzalo ha matizado que desde que se abrieron los archivos de la institución americana ya había gente leyéndolo así que no estaba oculto a los lectores. "Lo que hemos hecho es tratar de no dejar cabos sueltos, hay una tendencia vinculada al duelo de tratar de cerrar cabos que dejaron sueltos los padres y que este libro salga en las circunstancias en la que ha salido me deja tranquilo", ha añadido.

Por su parte, Pilar Reyes ha comentado que el editor de En agosto nos vemos, Cristóbal Pera, es el mismo que el de sus dos últimas novelas. "Ha trabajado con los documentos que Mónica Alonso, fiel secretaria de García Márquez, guardó con cuidado y tenía las correcciones que se hizo hasta el año 2008 con los que están en el Harry Ransom Center. Esta obra está completa aunque su autor no la diera por terminada. La falta de facultades que no le permitieron cerrar este libro fueron las mismas que no le dejaron ver lo bello que era", ha concluido.

Algo en lo que también han hecho hincapié sus hijos asegurando que Pera ya había trabajado mucho con García Márquez y que les había confesado que habían hablado de este libro con su padre cuando él vivía. "No se ha hecho un trabajo de edición hasta el punto de tener que agregarle frases a la novela, estaba si acaso un poco dispersa en un número determinado de originales pero estaba completa y eso ha sido muy importante, no hemos agregado nada. Lo que ha hecho Cristóbal es un trabajo de arqueología, de recolectar entre todos los manuscritos el original. Él mismo ha dicho que su trabajo se ha limitado a la corroboración de datos, el típico trabajo que hace cualquier editor con cualquier escritor", han asegurado.

También han recordado cómo empezó su enfermedad, una descripción que define muy bien al escritor. "Uno de los síntomas era que no recordaba los sueños que había tenido la noche anterior y eso fue una de las señales que tuvo él de que iba a tener muchas limitaciones para seguir escribiendo. De alguna manera los sueños que tenía le ayudan a resolver asuntos literarios en sus libros", ha contado su hijo Rodrigo.

García Márquez como padre

A la respuesta de una periodista que les ha preguntado cómo era ser hijos del Nobel, ellos han contestado que fue un padre muy presente. "Trabajaba en casa, estaba con nosotros. Nos dio mucha atención en la infancia y mucha libertad después. Crecimos en un mundo privilegiado y tenía una gran preocupación de que su fama y su éxito no nos hundieran. Muchas veces la gente nos pregunta si es difícil ser hijo de una persona exitosa y les contestamos que es más fácil que ser hijo de un mal padre".

También han añadido que su padre se consideraba "feminista". "Mi madre fue fuerte, en su personalidad, en su forma de ser que jamás fue aplastada por la sombra de Gabo. Admiraba a muchas escritoras mujeres, no hubo indicaciones pero sí que había un ejemplo".