Peines, espejos, fórceps, bisturís, brazaletes, carteles electorales, escenas sexuales en las paredes... En Pompeya se podría hacer vivir a sus antiguos habitantes a través de todos los objetos que se quedaron paralizados en el tiempo tras la erupción del Vesubio. Allí, petrificados, se encontraron a partir del siglo XVIII y hasta ahora todos los utensilios cotidianos que utilizaban y que dieron pistas sobre cómo fue aquella ciudad romana.

Por eso, Rubén Montoya, doctor en Arqueología Romana por la Universidad de Leiceste y que ahora se encuentra desarrollando un proyecto de investigación sobre este lugar, ha querido recopilar en un libro los objetos que mejor narran cómo era la vida y cómo eran ellos, también cómo funcionaba la ciudad. Lo ha hecho en Pompeya. Una ciudad romana en 100 objetos (Crítica), donde nos lleva desde el concepto de belleza hasta las campañas electorales pasando por la prostitución, el comercio o la relación entre clases sociales.

Portada de 'Pompeya. Una ciudad romana en 100 objetos'.

A través de frescos, espejos, cuchillas o estatuas va contándolos a ellos y dando al lector la oportunidad de entrar más en profundidad en una ciudad que sigue despertando un interés feroz en la actualidad. Dice que no podría elegir a un favorito pero sí que al brazalete que ilustra la portada le tiene un cariño especial. "Sabemos que fue un regalo, de un señor a su esclava, eso nos dice mucho de la relación entre ambos. De cómo funcionaban como sociedad", explica.

También que ha intentado cubrir todas las facetas aunque en algunos casos no ha sido muy fácil conseguir el objeto adecuado. "Con el tema de la prostitución, que no del sexo, buscaba algo que representase bien cómo era en aquella época. Pensé en muchas opciones hasta que di con un relieve de una escena sexual en un bar. Seguramente, tal y como estaba en algunos escritos, la mujer que regentaba el local tenía a otras chicas para prostituirse. Esto nos dice que no sólo se hacía en lugares concretos sino que estaba más abierto", asegura. Y en el libro añade la cita que, según el poeta Horacio, le dijo el político conservador Catón el Viejo a un joven tras salir de un burdel: "Bien hecho, señor, porque tan pronto como la lujuria inmunda hincha las venas, es bueno que los jóvenes vengáis aquí y no machaquéis a las esposas de otros hombres".

Así muestra el concepto que tenían de la prostitución aunque asegura que "aquellos que ejercían el negocio, los que lo gestionaban y los que lo promovían solían carecer de ciertos privilegios aunque era una práctica legal que, en algunos momentos, llegó incluso a estar regulada con impuestos".

"En un texto, Ovidio recomienda "aplicar maquillaje si la apariencia es muy pálida y asegura que no es vergonzoso marcar los ojos con un sutil carboncillo con azafrán"

Y del negocio del cuerpo pasa, por ejemplo, a la belleza. Lo hace a través de los peines hechos con hueso o las horquillas que nos indican qué clase social tenía cada mujer. En este capítulo habla de cómo se depilaban, peinaban y vestían y que podías ver de dónde venían si los enganches eran de oro o llevaban un fino velo recogiendo el pelo del mismo material. Porque, cómo cuenta en el libro, la importancia de la apariencia femenina era tal que aparece en varios escritos de autores relevantes. Menciona uno de Ovidio "donde recomienda aplicar maquillaje si la apariencia es muy pálida y asegura que no es vergonzoso marcar los ojos con un sutil carboncillo con azafrán" y otro de Séneca en el que da los pasos para el ritual de la belleza.

Y aunque en este libro los temas se tratan sin diferencia de género hace una excepción porque tanto los utensilios como el concepto eran distintos. De las maquillas para afeitarse a la cera para depilarse de los hombres que fueron protagonistas de un texto de Séneca en el que decía que en Roma los gritos durante ese proceso se oían desde lejos.

Carteles electorales

Y dejamos la vida ociosa para entrar en la política gracias a los carteles electorales que también recoge en su publicación. "En Pompeya encontramos una especie de campaña electoral en toda regla y durante muchos años. Al igual que hoy empapelamos la ciudad, ellos lo hacían de cara a sus elecciones, que eran anuales pero, en vez de con papel, pintaban las fachadas anunciando a un candidato o a otro", explica.

Y cuenta en su libro que "desde los meses previos a la fecha de votación, se respiraría un ambiente de competición, inquietud e incertidumbre, en el que los contrincantes y candidatos de todas las facciones tratarían de ganarse el voto de los pompeyanos a través de todos los medios posibles. Un fresco de la Casa del Panadero muestra a un hombre vestido con toga distribuyendo pan a tres personas, esto ejemplifica muy bien los actos de beneficencia realizados antes, durante y tras las elecciones", asegura y añade que es muy llamativo encontrarse en una propiedad privada un cartel de este tipo y que dice mucho de cómo se vivía entonces la política.

Frescos de la guerra de Troya

Desde El Independiente le entrevistamos tras el descubrimiento de los frescos de escenas de la guerra de Troya dentro de un impactante salón de banquetes que vio la luz el pasado viernes. Nos dice que aunque el hallazgo no es como encontrar la "piedra roseta" si que tiene especial interés. "Tiene una importancia única porque nos da nuevas iconografías de la guerra de Troya y porque si no nos centramos sólo en la pintura podemos ver cómo se ha podido reconstruir el derrumbe de la techumbre y esos datos no los teníamos", asegura. Y explica que esto es posible porque "se ha tomado nota de todo, desde la posición y los puntos donde había material volcánico hasta las zonas donde no había nada y eso, unido al análisis estructural, nos permite llegar a aspectos únicos. Además, al lado de esta estancia se ha encontrado una escalera que subía a la primera planta y en los arcos se han aparecido materiales de construcción apilados y junto a ellos, en carboncillo, parejas de gladiadores".

"El tirón social se debe a cómo fue su destrucción, todos tenemos en la cabeza los últimos minutos de vida de esa gente gracias a las imágenes de los cuerpos"

También que el tirón social de Pompeya sigue intacto, muy similar al de finales del siglo XVIII con los primeros hallazgos, y que la razón se debe a tres factores. "Hay algo fundamental y son las características de la destrucción de la ciudad, todos tenemos en la cabeza los últimos minutos de vida de esa gente gracias a las imágenes de los cuerpos. Otro, es la posibilidad que esta ciudad nos ha dado de encontrarnos cara a cara con la Antigüedad", asegura y añade que el tercero es que "ahora podemos observarla gracias a la tecnología. Ya no necesitamos abrir una guía del visitante del siglo XVIII y XIX sino que en descubrimientos como el del viernes lo vemos casi al instante y podemos apreciar los colores, las temáticas...".

Además, dice, "es una ciudad que habíamos recibido en ruinas" y que gracias a que en 2010 se pusieron manos a la obra con su recuperación y conservación "estableciendo proyectos como el gran proyecto Pompeya para reconducir el turismo y la salvaguarda de las estructura" más de 2.000 años después de quedar enterrada podemos verla en bastante buen estado.

Montoya es uno de los que considera que es necesario aumentar la preservación de las zonas no excavadas de cara al futuro. Cree que hay que salvaguardarla para las futuras generaciones y que al excavar dejamos al aire más de lo que deberíamos. "Ahora lo que se está haciendo forma parte de un sistema de manutención de todos los taludes de las excavaciones pasadas, se están perfilando para que no haya riesgo de derrumbe. Esto ocurre desde hace tiempo aunque en 2018 se decidió excavar una lengua de terreno pero sólo porque era necesario", explica. En Pompeya, de las más de 60 hectáreas dentro de la muralla ya han vuelto a ver la luz 23, pero, ¿cómo es posible que sigan apareciendo descubrimientos si solamente están afianzado el terreno? Montoya explica que al perfilas el diagonal siempre aparece algo nuevo y que muchas veces "tras hacer la labor de manutención ves que tienes que seguir porque hay riesgo de que todo se venga abajo".