Nueva York desde las alturas, el perfil de la ciudad, la ciudad de noche.. Las fotografías de Berenice Abbott que se exponen hasta el 25 de agosto en la Fundación Mapfre de Madrid las podrías haber hecho tú en un viaje reciente, la diferencia es que ella las hizo hace un siglo. “En las fotos de Abbott se puede ver una especie de descenso desde los grandes rascacielos hasta la gente de la calle. Es todo el juego de una mirada moderna”, explica Estrella de Diego comisaria de la muestra Berenice Abbott. Retratos de la modernidad, que se enmarca dentro de PhotoEspaña 2019.

Berenice Abbott era una chica de Ohio, del medio oeste de Estados Unidos, que “tenía aspiraciones modernas profundas. Se fue vivir al Village de Nueva York que era, por entonces, el epicentro de la bohemia. Allí se encuentra con una serie de personajes, en su mayoría de la comunidad LGTB, que eran escritores, pintores, periodistas...y entre ellos se encuentra cómoda. Era el sitio donde empezaba la modernidad en ese momento”, explica Estrella de Diego.

Vista aérea de Nueva York de noche, 20 de marzo de 1936

Es en ese contexto del Nueva York de los años 20 y 30 del siglo XX es en el que hay que ubicar el trabajo de la genial fotógrafa que acoge la Fundación Mapfre desde el 1 de junio.

Eugène Atget, 1927

La fotógrafa tuvo que ganarse la vida, ella no fue como otras fotógrafas de la época, en su mayoría aficionadas que hacían fotos y no tenían que preocuparse por el dinero. En el contexto bohemio en que se movía había mucha cercanía con el socialismo. “Abbott no tenía una idea idealizada de la clase trabajadora, pero sí que era consciente de ser de clase trabajadora. “Se tuvo que ganar la vida, fue periodista, cobradora del frac, trabajó en una oficina.. Cuando pudo se ganó la vida con la fotografía, lo cual es muy distinto de muchas de las fotógrafas contemporáneas. Eso es algo que la caracteriza como diferente respecto a otras fotógrafas porque tuvo que trabajar y tuvo y pudo ganarse la vida con la fotografía”, añade la comisaria

La muestra de Fundación Mapfre dedica una sección entera a su faceta como retratista. Una sección que sirve también para ilustrar ese mundo bohemio en el que vivió. Entre los retratados están, entre otros, Man Ray y Eugène Atget.

“A Man Ray llega a través de amigos, de manera casual. Conoces a Man Ray la introduce en algo que va a ser determinante para ella ya que la introduce en la fotografía”. Entre sus retratos destacan los de figuras relevantes del momento como Jean Cocteau, Peggy Guggenheim o James Joyce.

De Man Ray aprendió “la importancia de la técnica fotográfica, tanto en la toma de la imagen como en el revelado”. Las imágenes expuestas en Mapfre son todas copias vintage, en la que se aprecia la excelente calidad técnica de sus imágenes.

El fotógrafo francés Eugène Atget fue una gran fuente de inspiración. Para Abbott, el retrato de París que realizó Atget fue un ejemplo a seguir, no tanto por la mirada surreal que, por entonces, le destacaban al fotógrafo, sino por el valor documental de su trabajo. Cuando Murió Atget, Abbott compró todas las fotos que pudo de él. Esa mirada documental de Arget, según De Diego, la puso la fotógrafa al servicio de su trabajo en Nueva York.

Rockefeller Center, ca. 1932

“Ella quería documentar esa modernidad de Nueva York, pero a la vez hizo unas fotografías una gran belleza. Sus fotos de la ciudad son extraordinarias por la modernidad que tienen. Son fotos que si yo digo que las han hecho ayer todos estaríamos de acuerdo”, asegura la comisaria.

La exposición cuenta un testimonio excepcional de la artista, un documental  al comienzo del recorrido, de una hora de duración en el que la fotógrafa, con 90 años, narra en primera persona su vida y carrera.

Berenice Abbot Autorretrato, distorsión, ca. 1930.