“Jamás había visto ni sentido nada parecido en mi vida. Algo así como un deslumbramiento y una emoción hasta el llanto. A partir de ese momento, emprendes un viaje que no tiene fin”. Así describe Colita (Isabel Steva) lo que supone para ella introducirse en el mundo del flamenco.

Escrito en la introducción de su libro Luces y sombras del flamenco, un ejemplar esencial en su trayectoria como fotógrafa, que supondrá un punto de inflexión para iniciar un recorrido por el mundo del arte andaluz. Capturando con su cámara fotográfica momentos llenos de naturalidad y verdad, cotidianos y familiares, “persiguiendo” a todos esos flamencos y flamencas que se han cruzado en su camino, buscando en todo momento capturas únicas.

Una colección fotográfica que ha ido creciendo hasta llegar a más de 2000 imágenes. Capturas que nos acercan a instantes de artistas irrepetibles del mundo flamenco como Paco de Lucía, Lola Flores o Enrique Morente, entre otros.

Material exclusivo que se podrá disfrutar en la Sala Andrea D’Odorico del Teatro Español de Madrid hasta el próximo 24 de abril de 2022. Una exposición compuesta por 70 fotografías, dónde Colita nos llevará de su mano en un recorrido personal por los escenarios y tablaos flamencos, sumergiéndonos en un mar de sensaciones inexploradas hasta la fecha.

La exposición, compuesta por imágenes pertenecientes al Archivo Colita Fotografía y producida por el Patronato de la Alhambra y Generalife Consejería de Cultura, nos transporta hasta los inicios de la década de los 60, cuando Isabel Steva, Colita, iniciaba este camino por los entresijos de este arte. No lo hacía sola; José Caballero Bonald y Paco Rebés le adentran en el mundo gitano. Cámara en mano, decidida y con una vitalidad que le caracteriza, experimenta momentos traducidos en baile y cante. Aún rodeada de la pobreza característica de los poblados de barracas del Somorrostro y Montjuic, estas vivencias, dotadas de una fuerza y autenticidad bárbara, superan cualquier miseria con la que la autora pudiera toparse.  

Su pasión por el flamenco se vio alterada con el encuentro mantenido con Carmen Amaya. “La Capitana” llegaba desde México para ser partícipe del film Los Tarantos, mientras que la joven Colita realizaba sus primeros trabajos disparando con su cámara. Este hecho marcó el devenir de la afición de Colita por el flamenco que hizo que se trasladara a Madrid donde tuvo la oportunidad de inmortalizar a artistas como Antonio Gades o La Chunga.

Juan Talega. Dos Hermanas, 1969

Archivo Colita Fotografía

Una fotoperiodista con mucha historia

Isabel Steva Hernández, popularmente conocida como Colita, nace en Barcelona en 1940, en pleno corazón del barrio del Eixample. Amante de la fotografía, pegada a una cámara desde que tenía apenas 20 años. Hechos que la han elevado en el sector, llegando a ser considerada de las primeras fotorreporteras de nuestro país. Icono de los movimientos contraculturales de la ciudad condal en la década de los 70 y los 80, tiene en su haber retratos de artistas como Núria Feliu o Joan Manuel Serrat y escritos donde detalla la evolución de Barcelona en aquella época. Con más de 40 libros publicados y un trabajo constante, se gano el prestigio de ser una de las fotógrafas determinantes del movimiento barcelonés Nova Cançó.

Fiesta gitana. Montjuic, Barcelona, 1963

Archivo Colita Fotografía

Además ha colaborado con revistas como Mundo Diario, Tele/eXprés o Fotogramas y ha dedicado parte de su trayectoria a la fotografía cinematográfica, trabajando con directores como Juan Amorós o Fernando Arribas. Uno de sus últimos trabajos, presentado en 2018, coincidió con el 40º aniversario de la Constitución Española. La autora, bajo el nombre El poder del arte, exhibió 40 obras pertenecientes al fondo del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía en el Congreso de los Diputados. Colita aprendió rodeada de auténticos maestros de este arte, expertos del reportaje y del relato humanista como Catalá-Roca o Maspons.

Mikaela Flores Amaya, La Chunga, en el camerino, 1965.

Archivo Colita Fotografía

A lo largo de su extensa carrera profesional, Colita ha recibido numerosos reconocimientos: en 1998, el Ayuntamiento de Barcelona le impone la Medalla de oro al Mérito Artístico y en el 2004, por medio de la Generalitat de Catalunya, obtiene la Creu de Sant Jordi. Pero sin duda, uno de los distintivos que guarda con más afecto es el Premio Bartolomé Ros a la mejor trayectoria española concedido en 2015. El jurado destacó y reconoció “la coherencia de su trayectoria, su independencia profesional y el conjunto de su trabajo, testigo de una época, vivida desde dentro”.

Montados en su seiscientos, recorreremos Andalucía mediante sus fotografías. Experiencias vividas con los artistas retratados; personificando los momentos más cotidianos. Una exposición pura, directa y verdadera de los más grandes del flamenco de nuestro país.