Por mucho que se hayan pasado al mundillo fácil de Hollywood, Ariana Grande y Lady Gaga pertenecen a la música. Las dos divas del pop han dominado los Premios MTV a los Vídeos Musicales (VMA por su siglas en inglés) celebrados esta madrugada en el UBS Arena de Nueva York: la primera se ha llevado a casa tres galardones, entre los que se incluye el grand award, el premio a Vídeo del Año; mientras que la de Born this Way puede fardar de haber sido la más premiada de la noche, con cuatro galardones bajo su brazo (Artista del Año incluido).

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Pero Gaga no lo tenía fácil esta noche. A las 20:00 horas (las 02:00 en España) tenía que estar en el UBS para los premios y, apenas una hora después, habría de estar en el Madison Square Garden (a 28 kilómetros) actuando en un concierto de su Mayhem Ball Tour. ¿Lo consiguió? Contra todo pronóstico, sí. La ceremonia abrió con el Premio a Artista del Año, Gaga subió al escenario, le dedicó el galardón a su prometido, Michael Polansky (quien le ayudó a escribir su último álbum, Mayhem), y a sus fans y, seguidamente, se puso a cantar un popurrí de Abracadabra y The Dead Dance, que forma parte de la segunda temporada de la serie de Netflix Miércoles y cuyo videoclip ha sido dirigido por Tim Burton.

"Preparándome para el espectáculo, he estado pensando en lo mucho que significaría para mí ganar este premio esta noche", dijo Gaga en su discurso de agradecimiento. "He estado pensando en lo que significa ser recompensado por ser artista, algo que ya de por sí es muy gratificante. Ser artista es un intento de conectar con las almas de las personas de todo el mundo, es una disciplina, un oficio para llegar al corazón de alguien. Ser artista es la responsabilidad de hacer sonreír, bailar, llorar. (...) Ojalá pudiera quedarme a ver todas estas increíbles actuaciones, pero tengo que volver al Madison Square Garden". Debió de salir por la puerta de atrás, porque no se la volvió a ver el pelo.

Los derechos LGBT, presentes en los VMA

Por su parte, Grande subió al escenario para recoger, entre otros, el Premio a Vídeo del Año, por su cortometraje Brighter Days Ahead, que lanzó a comienzos de año para promocionar la versión deluxe de su álbum Eternal Sunshine (y que también se llevó el Premio a Mejor Vídeo en Formato Largo). Para la ocasión, la actriz de Wicked dedicó el premio a su padre, "quien ha actuado por primera vez para este videoclip", y a sus fans: "Sois los mejores del mundo". Sin embargo, estos agradecimientos han pasado desapercibidos frente a los finales que ha dado Grande: "Gracias a mis terapeutas y a las personas gays".

Precisamente, con las políticas conservadoras del mandato de Trump como telón de fondo, en esta gala de los VMA se ha hecho mucho hincapié en los derechos LGBT. Sabrina Carpenter, la tercera en discordia de los premios (llevándose con ella tres de estos, empatando con Grande), cantó su último sencillo, Tears, y, recreando el videoclip del mismo (un bizarro homenaje a The Rocky Horror Picture Show con Colman Domingo vestido de drag), se contoneó por el escenario rodeada de drag queens, que alzaban carteles que rezaban "¡Proteged los derechos de las personas trans!" ante unos bailarines vestidos de policía.

El homenaje a Ozzy Osbourne

Los VMA tampoco han olvidado a los que ya no están. El recientemente fallecido Ozzy Osbourne ha sido recordado cuando algunos de los nombres más grandes del rock se subieron al escenario en su honor. Fueron Steven Tyler y Joe Perry de Aerosmith, el guitarrista de Extreme, Nuno Bettencourt, y el británico Yungblud los encargados de rendir un homenaje al miembro de Black Sabbath, con un popurrí de sus mayores éxitos, incluyendo Crazy Train, Changes y Mama, I'm coming home.

Precisamente, para Yungblud, quien reveló que interpretaría la canción Changes de Black Sabbath en cada concierto suyo, afrontar la muerte del artista ha sido "increíblemente difícil". "Conocer a un héroe de tu infancia y que fallezca justo cuando estabais empezando a conoceros como personas es muy duro. Voy a tocar Changes todas las noches durante el resto de mi vida para mantener el legado de Osbourne", aseguró el joven de 28 años en la alfombra roja del evento. Precisamente, a los VMA acudió sin camiseta, con tan sólo una chaqueta y pantalones de cuero negro y un collar de cruz —un accesorio que Osbourne lució a lo largo de sus seis décadas sobre los escenarios— para honrar al fallecido cantante.

Así paso la noche, entre reivindicaciones, homenajes y alguna que otra pullita. Mariah Carey subió al escenario en bata para recoger su Premio a Mejor R&B. "No me puedo creer que esté recibiendo mi primer VMA esta noche, ¿a qué estabais esperando?", denunciaba la cantante de We Belong Together, previa a su actuación de la misma. Fue (otro) popurrí de sus grandes éxitos. Eso sí, sin ningún All I Want For Christmas a la vista. Otro momento memorable ha sido la entrega del primer premio Latin Icon, otorgado a Ricky Martin. "Esto es para todos ustedes", afirmó Martin al recoger el histórico premio. "Muchas gracias por sus aplausos. Soy adicto a sus aplausos. Por eso sigo volviendo. Son ustedes, no solo aquí en Estados Unidos, sino en todo el mundo", aseguró.

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