Se te nota, en algo se te nota que algo te pasa. A una madre no se le escapa nada. No intentes convertir los sucesos en filigranas, en excusas, porque te conozco y sé que algo está pasando. No intentes convencerme con Mentiras inteligentes, porque te he parido y sé por dónde respiras y sé que algo ocultas, aunque aparentes normalidad. 

Dime, escucha, oye, no mientas, a una madre no se la engaña. 

El dramaturgo norteamericano Joe DiPietro, ganador del Tony por el musical Memphis y autor de una comedia conocida y muy representada como Te quiero, eres perfecto, ya te cambiaré, escribe esta obra amable de relaciones familiares, sin melodramas ni tragedias, sin poner el grito en el cielo, sin que nadie se ruborice aunque esté viviendo algo parecido o haya pasado por una situación similar. Mentiras inteligentes hace reír, hace reflexionar, hace cuestionarse si merece la pena, o la aventura, vivir en el límite, en otras circunstancias que nos pueden complicar la vida, que nos pueden hacer salir de la llamada zona de confort. 

Una amiga me dijo hace tiempo, “haz lo que quieras, pero no te compres problemas”. Porque los problemas vendrán solos, y ya bastantes tenemos en nuestra vida cotidiana como para arriesgarnos a sufrir sin necesidad. Por el simple hecho de salir de la rutina, quizás. 

El elenco cumple a la perfección con el cometido de sus personajes. La madre, sabia, experimentada, que sabe más por vieja que por diabla, es interpretada por María Luisa Merlo. ¡Qué agradable seguir viendo en los escenarios a un icono de la escena que tan buenos ratos nos ha hecho pasar! El resto están en su justa medida: Juan Jesús Valverde, el padre, se crece en su personaje, lo hace real, actual, moderno, sumiso, condescendiente y avispado. Jesús Cisneros, el hijo, también marcando esa edad ya provecta pero que se niega a reconocer, y que por eso busca el riesgo, la aventura, creer que de esa manera se siente más joven y, lo que es peor, más vivo. Y Ana Escribano, la nuera, con sus dudas, sus pequeñas depresiones, sus inseguridades y, al mismo tiempo, su determinación, solo necesita el respaldo emocional de no sentirse sola ante lo que se le viene encima. 

Saber jugar nuestras cartas

Todo ello dirigido con soltura y cariño y comprensión por Raquel Pérez. Comedia de evasión, pero con tintes sociales al uso, porque pasa más a menudo de lo que nos creemos. 

Las cartas son las que nos tocan; la cuestión es saber jugarlas y conformarse o arriesgarse, hacer trampas o ser honestos, dejar de jugar, no pedir perdón, o arrepentirse, ser conscientes o meter la cabeza debajo del ala para no ver. 

El cuerpo pide en muchas ocasiones salirse de la norma. Pero, a veces, no medimos las consecuencias. Las promesas son aire y la eternidad solo dura un instante. 

Mentiras inteligentes es una comedia, cierto, pero nos hace reflexionar sobre soltarse el pelo, sobre romper ciertas normas, sobre dejarnos llevar, sobre soñar y no perder la razón. Menos mal que ahí están las madres, para reconducirnos por el buen camino, aunque la mayoría de las veces no les hagamos caso. 

MENTIRAS INTELIGENTES
Dirección: Raquel Pérez
Producción: Descalzos Producciones
Reparto: María Luisa Merlo, Jesús Cisneros, Javier Pradera y Ana Escribano

Hasta el 5 de agosto en el Teatro Maravillas