El futuro morirá en tus brazos. Perlimplín sabe lo que pasa. Casi prefiere no pensar, solo quiere sentir. Sentir las palabras de Federico García Lorca, sentir los brazos y el amor de Belisa, respirar los jazmines del jardín, “se mueren de amor los ramos”. 

De no querer a nadie a amar profundamente. Ya es imposible imaginar una vida fuera de la suya. Por eso prefiere la muerte. Porque la flecha del arco de Cupido ha penetrado en el corazón, hasta ahora, hermético de don Perlimplín.

En sueños, el personaje de Lorca ve los cinco balcones abiertos por donde entrarán hombres de todos los continentes. Y comprende, y la mira a ella. Y él le promete amor eterno y serle fiel aunque ella no lo sea. Despacio, ha comprendido que sin ella ya nada es. 

Humanidad exacerbada

Amor de don Perlimplín con Belisa en su jardín, del gran García Lorca, es reinterpretado por Triana Lorite, que se sumerge en su esencia, en la poética de su espacio, en la dramaturgia de sus personajes, a los que dota de humanidad exacerbada, de cuerpo y alma, de sangre y latido. 

Fernando Cayo, que nunca defrauda, pone el corazón, y se nota. No le van a la zaga Ana Belén Beas, Marcolfa, temerosa por su señor, casi una madre, delicadeza interpretativa, contrapunto necesario a la conciencia del personaje principal. Y Carmela Martins, Belisa, pasión encendida de calor humano, habitando su propio sentimiento, dejándose llevar por la cadencia del alma de Perlimplín y llenando la escena de sensualidad. 

En ciertos momentos hay una estética japonesa, también un ambiente a incienso, de anda de Semana Santa, una espiritualidad mística, un sentimiento de ofrenda de liturgia. 

Un Lorca adelantado a su tiempo

Tragicomedia, pero poesía. Los duendes de Lorca. El piano de Lorca. La emoción de Lorca. Porque Lorca está y nos habita, y estará este verano y cada día, nadie puede tumbarlo en una cuneta. 

Aunque solo tengamos un único verso de él, aparecerá como por encanto, con sus acordes mágicos, con su texto adelantado a su tiempo (por eso la dictadura de Primo de Rivera lo censuró), con su visión cosmopolita de una sociedad que no debe estrechar sus miras. 

Es un delicado montaje, sensitivo y trabajado, ideal para las noches calurosas de este verano. Por cierto, viendo la representación, (al aire libre del patio del Quique San Francisco), pude observar una estrella fugaz. Creo que era Federico a lomos de una estrella para corroborar la esencia mágica del estreno.

AMOR DE DON PERLIMPLÍN CON BELISA EN SU JARDÍN

Adaptación y dirección: Triana Lorite
Reparto: Fernando Cayo, Ana Belén Beas y Carmela Martins
Coreografía y movimiento escénico: Zoe Sepúlveda
Composición musical: Ignacio Ysasi
Vestuario y espacio escénico: Pier Paolo Álvaro y Roger Portal
Producción ejecutiva - SEDA Producciones

Patio del Teatro Quique San Francisco de Madrid. Hasta el 17 de septiembre