La OMS atribuye un 30% de la mortalidad adicional del invierno a las condiciones inadecuadas en las viviendas, un porcentaje que la organización WWF traduce en España a 800 muertes. Una cifra que, según denuncian, irá en aumento en los próximos años a medida que aumenta el cambio climático y envejece la población.

De las 18 millones de viviendas de primera ocupación que hay en España, el 75% no cumple con los estándares de confort necesarios. Según los datos de WWF, 4,5 millones de hogares no pueden mantener la temperatura adecuada en verano y 3,3 en invierno.

WWF ha puesto sobre la mesa esta situación en la presentación de un informe sobre Rehabilitación energética de viviendas. Cómo mejorar la calidad de vida y combatir el cambio climático. Un informe con el que quiere llamar la atención del Gobierno a través del impacto que tiene en términos de salud. La ONG ha realizado una estimación, basada en las estrategia del Gobierno en materia de rehabilitación energética, según la cuál el Gobierno podría ahorrar hasta 210 millones en gasto sanitario si se rehabilitan 160.000 viviendas, lo que supondría un tercio de lo invertido en la rehabilitación.

El informe recoge la mortalidad atribuible al frío en distintas provincias y lo relaciona con la antigüedad de las viviendas, la edad de la población y la tasa de riesgo de pobreza. De los datos destacan las provincias andaluzas, con 57 muertes atribuibles en Málaga y 59 en Sevilla entre 2000 y 2009, lo que se relaciona con un elevado riesgo de pobreza.

Datos de mortalidad por ola de calor y frio, tasa de riego de pobreza, porcentaje de viviendas anteriores a 1980 y % de población más de 65 años, en 10 provincias con mayor número de población más de 65 años. WWF

Además, la ONG ha hecho una estimación de las posibles muertes relacionadas con las olas de calor y frío en las 10 provincias con mayor población de más de 65 años.

Aproximación de la evolución de la mortalidad por calor y frío en las provincias con más población mayor de 65 años. WWF

Georgios Tragopoulos, técnico de eficiencia energética de WWF, ha asegurado que “la rehabilitación es un vehículo para mejorar la salud y la calidad de vida de las personas y proteger también nuestro Planeta, pero necesita ir de la mano de políticas sociales que pongan en el foco de atención las franjas de la sociedad más vulnerables. De hecho, la rehabilitación energética debe ser una política social, más que una operación meramente económica”.

Esa es una de las reivindicaciones que la ONG ha hecho al Gobierno en el informe, que se incorporen los enfoques de salud a las políticas de vivienda y especialmente las de rehabilitación. También ha reivindicado la realización de campañas de concienciación sobre este asunto, así como la inclusión de la adaptación de las viviendas al cambio climático en el Código Técnico de Edificiación. WWF también pide implicar a las Administraciones económicas, universidades y centros de investigación y empresas a elaborar estudios e investigaciones sobre el impacto del cambio climático en las viviendas.

Puedes ver el informe completo.