No hace falta que nos lo diga un estudio, pero siempre está bien contrastar con datos lo que es una evidencia cuando caminamos por la calle o viajamos en transporte público. La dependencia de los teléfonos móviles es cada vez más grande. A tal punto ha llegado la situación que casi la mitad de los jóvenes españoles ya se considera adicto a su smartphone.

Según el IV Estudio de Comparación Online hacia el Ahorro Inteligente, elaborado por Rastreator, el 45% de los españoles entre 18 y 24 años tiene una fuerte dependencia de su teléfono. Llega incluso al punto de que el 80% de ellos considera que no podrían vivir sin estos dispositivos. El porcentaje de adictos ha subido en poco más de 14 puntos porcentuales en apenas un año.

Pese a que pueda parecer una adicción inofensiva, lo cierto es que la fuerte atracción que suponen los terminales para los jóvenes puede acabar suponiendo un problema. El estudio refleja también que más del 70% de las personas enmarcadas en este segmento de edad lo primero que hace al levantarse, y lo último que hace antes de dormir, es mirar su teléfono.

Esta adicción se traslada también a los momentos de ocio y no se limita solo a cuando el usuario está a solas. Más de la mitad de los jóvenes también reconoce que está pendiente del smartphone incluso cuando comparte tiempo con sus familiares, sus amigos o su pareja.

Aunque todo esto es un problema, lo cierto es que las estadísticas muestran que los jóvenes españoles se han dado cuenta del problema y han decidido moderar el tiempo que pasan pegados a la pequeña pantalla de sus móviles.

Así, el estudio recoge que la media diaria ante el teléfono ha pasado de las seis horas y 48 minutos de 2016 a las cinco horas y 29 minutos del año actual. Es una cifra muy similar a las cinco horas y 25 minutos que se registraron en 2015.