La batalla durará 1.000 días. Se librará en distintos frentes y con un solo objetivo: derrotar a los excesos de azúcar y sal que marcan el tipo de alimentación actual. La prioridad son los niños y los jóvenes pero sin perder de vista a la población adulta. El reto se ha fijado en Euskadi y las autoridades sanitarias han puesto el listón bien alto, rebajar en este tiempo en un 20% la ingesta diaria de azucares libres entre la población y en otro 20% la de sal. Pero no sólo eso, sino que también se quiere lograr que antes de que concluyan esos mil días en el País Vasco el consumo de frutas y verduras diaria también se haya incrementado en un 20%.

Las cifras obligan a ello. Según el departamento de Salud del Gobierno vasco actualmente el consumo de azúcar diario es de nada menos que de 100 gramos, casi cuatro veces más de lo recomendable. El plan de los 1.000 días anunciado hoy aspira a reducir esa cantidad a al menos 80 gramos la ingesta diaria media en la población. En cuanto a la sal, la reducción en una quinta parte permitiría bajar de los 9,6 gramos de consumo medio actual –cerca del doble de lo recomendado por la OMS- a 7,5 gramos diarios.

La ingesta de azúcar se quiere reducir de los 100 gramos diarios actuales a 80 y la de sal de 9,5 gramos a 7,5 cada día

La dificultad radica en cómo lograrlo. Las autoridades sanitarias quieren que todos los sectores implicados con la alimentación de la población se impliquen en el programa; desde los comedores escolares hasta la hostelería, la industria alimentaria o incluso los comerciantes de máquinas expendedoras de alimentos (vending). Se quiere que cerca de la mitad de los agentes implicados en la alimentación en Euskadi puedan formar parte de una ‘red saludable’ que fomente y facilite otro tipo de consumo.

Innovar en la elaboración y presentación

En el programa se cuenta con la colaboración de algunos nombres destacados como el del cocinero Eneko Atxa. El Ejecutivo vasco va a intervenir directamente en los centros escolares, en los que cada día comen cerca de la mitad de los niños y jóvenes vascos y sobre los que se aplicará una “puesta al día” en favor de otro tipo de menús. En ellos se reforzará la presencia de frutas y verduras pero a través de la innovación en la elaboración y presentación de los alimentos, haciendo los platos y productos “más atractivos”.

Otro de los ejes de actuación en la lucha contra el exceso de azúcar y sal en la alimentación se plantea en las máquinas expendedoras, habituales en los centros de trabajo y estudio. En ellas se quiere promover un vending “inteligente y saludable” para que al menos la mitad de los productos que se oferten cumplan los requisitos de la estrategia para la nutrición, la actividad física y la prevención de la obesidad (NAOS). Esta acción se completa con un programa de orientación a empresas no solo para mejorar qué se come en ellas sino también los horarios y ritmos de ingesta que se promueven, así como el modo en el que se ofertan los espacios para almorzar en los lugares de trabajo.

Euskadi quiere que la mitad de los productos que se comercializan en máquinas de vending sean saludables

Un tercer gran pilar del programa se librará en las redes sociales con la difusión de prácticas saludables dirigidas al público más joven. Se pretende “agitar las redes” con una labor pedagógica y de impulso a los alimentos saludables.

Con todas estas acciones se confía en poder reducir la incidencia que estos excesos de azúcar y sal tienen sobre la salud y que en muchos casos están en el origen o desarrollo de enfermedades como el cáncer, la diabetes, la hipertensión o diversas enfermedades cardiacas.