Más del 25% de la consultas dermatológicas están relacionadas con el cáncer de piel. “El sol tiene efectos secundarios muy beneficiosos para nuestra salud como lo son la producción de vitamina D en la piel, un papel antiinflamatorio y su efecto antidepresivo”, expone Alejandro Sánchez Herrero del servicio de Dermatología del Hospital Universitario Gregorio Marañón. Pero es necesario tomarlo adecuadamente y con precaución para que no aparezcan las enfermedades que tanto miedo nos dan. Así, el dermatólogo expone 10 recomendaciones y consejos.

  1. En la latitud que se encuentra España, exponerse al sol sin protección durante 20 o 30 minutos al día, sólo manos y cara, y en las horas no centrales del día, es suficiente para sintetizar toda la vitamina D que necesitamos y con poco riesgo de quemadura.
  2. Utilizar un fotoprotector que tenga acción frente a la radiación UVA y UVB de factor (FPS) no menor a 30. Aplicarlo entre 10 y 30 minutos antes de exponernos al sol y renovarlo cada dos horas o antes en caso de que permanezcamos mucho tiempo en el agua o sudemos en exceso.
  3. Ciertas zonas del cuerpo están expuestas al sol durante todo el año como son la cara (incluidas orejas y cuero cabelludo en personas con calvicie) y las manos; aplicar un protector solar a diario durante el año también previene la aparición de cáncer de piel.
  4. En verano y en las horas centrales del día (desde las 11 hasta las 16 horas), la radiación ultravioleta es máxima,  así que estar expuesto al sol puede ser peligroso para nuestra salud.
  5. La radiación ultravioleta penetra casi un metro en el agua, por lo que personas las que realicen buceo podrían prescindir del fotoprotector, mientras que al practicar snorkel o en niños que vayan a permanecer más de 30 minutos en el agua, podemos plantear el uso de prendas que protejan de la radiación UV para poder disfrutar del agua sin riesgo de quemaduras.
  6. La sombrilla, y resto de maneras de dar sombra en la playa, protegen menos del sol que un buen fotoprotector,  dado que en la playa los rayos rebotan y entran por todas las direcciones. Por supuesto, la combinación de fotoprotector y sombra es más efectiva que solo una de ellas.
  7. Aunque el día esté nublado, la radiación UV llega a la superficie terrestre por lo que las medidas para evitar las quemaduras se mantienen.
  8. Adaptar el fotoprotector a la zona del cuerpo a tratar: en la cara se prefieren fórmulas que no sean comedogénicas (que no obstruyan el poro) para evitar que aparezcan brotes de acné. En el resto del cuerpo hay múltiples formulaciones diferentes y encontrar una que guste es cuestión de ir probando, las hay en crema, en spray, en loción.
  9. En todos los cosméticos se incluye la fecha de caducidad una vez abierto el envase, que suele ser 12 meses, por lo que lo normal es tener que cambiar los protectores solares de año en año.
  10. La exposición solar en niños menores de un año, no es recomendable ya que son muy susceptibles a las quemaduras. Las partes expuestas como cara y manos hay que protegerlas con protectores solares de filtros físicos y el resto del cuerpo con ropa y sombra.

Algunos estudios dicen que el 80% de la exposición solar se produce antes de los 18 años. Por este motivo, “es fundamental que los adultos estemos pendientes de enseñar a protegerse a los más pequeños para evitar problemas en el futuro”, aconseja. Además, si un niño aprende, desde bien pequeño, a protegerse bien del sol, es muy probable que de adulto siga tomando las mismas precauciones.