El estoicismo se define como el arte de dominar el discurso interior. A esta situación podemos llegar separando lo que está bajo control y lo que no y a partir de ahí, podemos alcanzar la felicidad que tanto busca el ser humano, hasta el punto de ser su principal objetivo.

El método estoico seguramente no funcione para todo el mundo, pero aquellos que lo siguen, lo aconsejan, así como los tres pasos clave para poder ser feliz de manera plena, siguiendo estas directrices.

El control de las cosas es clave en el método estoico para ser feliz, y es que hay que separar lo que está a nuestro alcance y lo que no depende de la persona, para establecer objetivos y así no entrar en frustraciones innecesarias que nos alejen de la felicidad.

Los expertos estoicos destacan tanto el dominio del discurso, mencionado con anterioridad, como esta separación de las cosas que están en control.

Una vez separado esto, actuar en consecuencia será absolutamente clave, ya que el estoicismo exige, para alcanzar el objetivo de ser feliz, centrarse en lo que se puede controlar y aceptar con la mayor serenidad posible todo aquello que no se puede controlar. Dicho en otras palabras, su principal lema es 'hacer lo mejor que puedes, con lo que tienes y allá donde estés'. Así, es difícil que te vaya mal y que no se alcance la felicidad.

Los tres mandatos para ser feliz

Para ser feliz, primero debes ser libre

La libertad es condición sine qua non para alcanzar la felicidad. La frase "la felicidad no consiste en desear cosas, si no en ser libre", de Epicteto, el filósofo griego que vivió esclavo en Roma, habla de llegar a la libertad reduciendo los deseos al máximo.

El apego a las cosas, en mayoría, es algo que no casa con la idea de ser feliz de aquel que practica el estoicismo, ya que vincularse demasiado puede generar un estado que aleja de la felicidad y, también importante, del equilibrio a la hora de gestionar las emociones.

La insatisfacción permanente nos impide encontrar la felicidad, y las cosas materiales, concretamente el apego a muchas de ellas, deriva en que creemos en nuestro interior un clima que nos hace inconformistas e impide que disfrutemos hasta el objetivo de ser felices. 

Di adiós a las preocupaciones

Si por algo se distinguía Epicteto dentro de la filosofía era por sus ideas alejadas de la preocupación. La búsqueda de la felicidad le llevó a ello, y por ello, el estoicismo habla de alejar también lo material de los pensamientos, ya que esto es lo que suele derivar en preocupación. "El único camino a la felicidad es dejar de preocuparnos por las cosas que escapan de nuestro control y voluntad", decía.

La ansiedad, un término muy utilizado hoy en día y, por desgracia, de moda, está creada, según esta corriente, por la imaginación que crea los problemas, ya que el hombre no se perturbaría por las propias cosas, si no por la opinión que tiene de ellas. Muy relevante, por tanto, decir adiós a las preocupaciones, de manera definitiva, con el fin de ser feliz. 

Aceptar lo que viene y no luchar contra ello 

En la filosofía estoica, en la búsqueda de ser felices de manera plena, es importante la aceptación, llevada hasta el radicalismo si hiciera falta. Aceptar lo que viene y no luchar contra ello nos llevará a un aprendizaje con nosotros mismos, que nos acercará al sentimiento de felicidad

Para ello, habrá que ser capaces, aprendiendo, de percibir los errores, en pos de mejorar nuestra actitud y saber responder la próxima vez de manera positiva. "No pretendas que las cosas ocurran como tu quieres. Desea, más bien, que se produzcan tal como se producen, y serás feliz", decía Epicteto, en su intento de ser feliz y acercar a los demás a serlo.