El fuet es uno de los embutidos más consumidos en la gastronomía española. Con su sabor intenso, su aroma característico y su textura inconfundible, este producto típico catalán es un imprescindible en muchas mesas. No obstante surge una duda que existe entre muchos consumidores y es saber si hay que pelar la capa blanca que recubre el fuet antes de comerlo.

¿Qué es realmente lo blanco del fuet?

Esa fina capa blanca que cubre el fuet no responde a un estado de sal, de harina o de moho en mal estado. Lo que hay allí es un hongo llamado Penicillium, el cual aparece de manera controlada a lo largo de la curación. Esta viene a ser su función: proteger el embutido de bacterias indeseadas y favorecer que la maduración sea uniforme. Y no hay que pensar en lo que puede ser una señal de deterioro, sino todo lo contrario, su aparición es una señal de que ha ido bien el proceso de curación del fuet.

Un protector natural del sabor y la calidad

Este característico hongo, aparte de proteger el embutido, aporta matices aromáticos y de sabor que enriquecen el perfil organoléptico del fuet y su eliminación supone perder parte de la esencia del embutido. El Penicillium, que también se da en algunos quesos curados, es el aliado del sabor y no el enemigo. y comerlo no es peligroso.

Beneficios del hongo blanco en el fuet

A lo largo del proceso de curado, el Penicillium de la superficie del fuet genera compuestos que intensifican el sabor de la pieza. Es un elemento clave en el proceso de obtención del resultado final del producto. Su actividad transforma la pieza cárnica en el embutido, aportándole aromas peculiares, ofreciéndole una textura externa algo seca pero sabrosa.

Indicador de calidad en embutidos artesanales

La capa blanca también es una especie de "garantía visual" de calidad. Denota que el fuet ha sido curado de manera tradicional, es decir, no ha sido sometido a un proceso industrial que acelera la curación. En mercadillos y charcuterías, los productos que conservan este hongo suelen ser apreciados por consumidores entendidos, en la búsqueda de autenticidad y de sabor.

¿Cuándo deberías quitar la parte blanca del fuet?

Si bien hay que tener en cuenta que no es necesario eliminar la capa blanca del fuet por razones de seguridad, diversos consumidores prefieren llevar a cabo esta tarea por motivos de textura o de gusto, ya que el gusto del Penicillium puede no ser para nada agradable al paladar. En el caso de que se opte por eliminarlo, el gesto en sí no comprometerá en modo alguno la seguridad del producto, pero sí conviene dar la advertencia de que de esta forma se perderá parte de los matices que caracterizan a un fuet tradicional.

Evitar confusiones con moho en mal estado

Una de las causas que puede originar dudas es el hecho de confundir el moho beneficioso con el moho perjudicial, ya que el Penicillium que presenta el fuet tiene un aspecto uniforme, blanco y ligeramente gris sin signos de manchas verdes, negras ni viscosas. Si el embutido presenta irregularidades de olor extraño o características de pegajosidad, puede verse afectado, y entonces sí se introduce la idea de desecharlo.

Así que ya lo sabes, no sólo podemos garantizar que comer la parte blanca del fuet sea seguro, sino que es una parte fundamental de su autenticidad y también de su sabor. El hongo Penicillium le da protección, riqueza y lo hace distinto a este embutido de calidad. Por eso, la próxima vez que tengas un buen fuet en frente, disfruta de su sabor a fondo, blanco incluido.