Las acelgas se han consolidado en la actualidad como una de las verduras más versátiles y saludables que puedes añadir en el día a día a tu alimentación. Este vegetal mediterráneo destaca por su escaso aporte de calorías, por la cantidad de fibra que aporta y por su gran concentración de vitaminas y minerales esenciales. En vista de estas cualidades, es el acompañante ideal para mantener una dieta equilibrada, cuidar los diferentes aspectos de tu salud, mejorar tu bienestar digestivo, reforzar tu sistema inmune y aportar un extra de energía natural cada día.

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Propiedades de las acelgas

Las acelgas aportan 41 kilocalorías cada 100 gramos, es decir, son muy ligeras y saciantes. Están compuestas en gran parte de agua y son una fuente abundante de fibra, clave para regular el tránsito intestinal. Constituyen, por tanto, una fuente adicional de minerales como el hierro, el magnesio, el potasio y el calcio, y son relevantes para el funcionamiento correcto del cuerpo humano y para mantener un estado interno óptimo.

Vitaminas como base de tu comodidad

Esta hortaliza es especialmente rica en vitamina K, fundamental para el fortalecimiento de los huesos y para favorecer la coagulación sanguínea. Asimismo, proporciona cantidades significativas de vitamina C, un gran antioxidante para inyectar en el sistema inmunitario y, por extensión, para retrasar el envejecimiento. También aporta una adecuada cantidad de vitamina A y folatos, los cuales son primordiales para la salud ocular, para el desarrollo de las células y para la defensa frente a las deficiencias de una dieta habitual menos sana.

Ventajas de las acelgas para la salud

La cantidad de fibra que hay en las acelgas favorece la función intestinal y la absorción de nutrientes, de modo que previene el estreñimiento y mejora la digestión. Por otra parte, contiene ácidos grasos omega 3 y otros compuestos antioxidantes que velan por el estado del corazón y de los vasos sanguíneos, de modo que favorece un sistema cardiovascular más resistente y preparado para afrontar los efectos del desgaste o de una carga de estrés excesiva.

Energía y protección del cansancio

Su contenido en magnesio y potasio hace que las acelgas favorezcan el funcionamiento de los músculos y del sistema nervioso. Estos compuestos minerales favorecen el sostenimiento de los niveles de glucosa en sangre y tienen el efecto de reducir la sensación de cansancio físico. Por ese motivo, por su calidad nutricional se convierte en un soporte natural para todas aquellas personas que requieren de energías sostenidas a lo largo del día. Su ingesta habitual en el día a día puede ser determinante para mejorar el rendimiento físico y mental de la vida cotidiana y mejora la calidad del sueño.

Cómo incluirlas en la dieta

Para aprovechar al máximo sus beneficios, es conveniente cocer las acelgas a una temperatura baja y durante tiempos cortos. Cocidas en agua, al vapor o salteadas durante poco tiempo mantienen una buena parte de sus vitaminas y minerales y se convierte en un complemento ideal para guarniciones y sopas, y platos de cuchara, manteniendo tanto el sabor como el atractivo valor nutricional, al tiempo que se conserva la textura original de las hojas y las pencas.

 Opciones frescas y creativas en la mesa

Consumidas crudas en ensaladas, batidos o zumos, permiten disfrutar del 100% de su valor nutricional. Combinadas con frutas o con otras verduras de hoja verde, aportan frescura y saciedad sin sumas calorías, lo cual hace que esta versatilidad culinaria haga de las acelgas un ingrediente ideal para quienes quieren disfrutar de la variedad en su dieta diaria, quieren mantener hábitos de vida saludables y, además, quieren optar por productos de proximidad llenos de tradición.

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