Echar una cucharada de aceite en el café con el que empiezas el día se ha convertido en una práctica en auge en las personas que buscan ayudar cuidar su aparato digestivo desde muy temprano. No es una simple moda, sigue la lógica de la dieta mediterránea, que hace uso de una grasa saludable en un momento significativo, con el fin de activar toda la maquinaria del organismo y por tanto, potenciar sus funciones naturales. La mezcla no complica el ritual matinal de tomar café, es algo accesible y sirve para cualquier tipo de café y para infusiones
Beneficios de añadir aceite al café
El aceite con una bebida caliente (café con leche, infusiones, etc.) actúa rápidamente sobre el aparato digestivo del organismo. Se introduce como grasa con carácter saludable, estimulando cada uno de los segmentos funcionales que conforman el duodeno y propicia que la vesícula biliar se comporte con eficacia. El modo con la combinación café con leche produce un vaciamiento temprano, de esta forma se reduce la posibilidad de acumulaciones y posterior aparición de molestias. La combinación es también adecuada para los diferentes gustos y funciona bien en café con leche igual que con la bebida caliente infusión matinal.
Refuerzo del metabolismo diario
El café contiene cafeína que activa el sistema nervioso central y acelera el metabolismo y al sumar el aceite, se incorpora a la taza un contenido adicional interesante de ácidos grasos insaturados y de compuestos antioxidantes como complemento del efecto energético del café. Esta unión está perfectamente adecuada en el marco de una dieta equilibrada y puede ser incorporada sin previo aviso en la vida cotidiana. De este modo el producto final trata de una elaboración popular que conjuga el efecto estimulante del café con el buen criterio nutricional del aceite.
Cómo integrar el aceite en tu café
Esta combinación, conocida popularmente como "oleato", consiste en añadir a la taza una cucharada de aceite virgen extra. El café con leche emulsiona más eficazmente el aceite que el expreso solo. Al añadir la cucharada de aceite, se obtiene una mezcla más uniforme. Si se prefiere una taza con el sabor del café intenso, se remueve muy bien para evitar que el aceite forme una capa separada, algo que se puede realizar en unos segundos y, además, no requiere más utensilio que la cuchara.
Ajuste a las necesidades de cada persona
Dado que el aceite de oliva también añade calorías a la bebida es importante no olvidar este aspecto si se tiene en cuenta cuántas calorías se consumen al día. De todas formas, este aporte calórico proviene de una grasa de calidad y encaja perfectamente con una alimentación equilibrada, por lo que cada persona puede adaptarlo a su gusto personal dejando caer un chorrito u optando por la cucharada entera. El objetivo aquí es sumar beneficios a la taza sin alterarla en exceso.
Un hábito de la dieta mediterránea
El aceite de oliva virgen extra en el café es sólo un elemento que maximiza sus propiedades. El aceite se puede consumir también con fruta, frutos secos o ir incluso en un yogur, potenciando el carácter antioxidante o antiinflamatorio de la alimentación. Hay pequeños gestos cotidianos que multiplican su consumo sin caer en lo monótono, y su secreto está en incorporarlo en el momento perfecto.
Cuidar la salud
El uso continuado del aceite desde primeras horas del día favorece que la vesícula mejore su eficacia, hace que se forme menos cálculos, que son muy abundantes y muy molestos. La mezcla de café y aceite se convierte en un útil recurso en las decisiones de personas que quieren mejorar su salud digestiva porque no hay que modificar su dieta habitual. Un simple gesto se puede convertir en la forma de prevención sostenible, fácil y de discreta práctica para cualquier persona.
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