Antonia con 80 años llamó al 900 102 112 de la Consejería de Sanidad tan pronto se habilitó para atender dudas de la vacunación. Su barrio había sido confinado varias veces y nunca recibió un SMS para hacer pruebas de antígenos, como sí le había pasado a otras personas del barrio. La única explicación posible era que por su pertenencia a MUFACE, como funcionaria del Estado jubilada, el centro de salud no tendría sus datos. Llamó al teléfono 900 y dio sus datos: DNI, nombre y apellidos y código postal. Pero no recibió el esperado SMS.

A una vecina suya, también mutualista de MUFACE, con 88 años, tampoco la habían llamado, así que un día se presentó en el Hospital Zendal y la vacunaron. Ya estaban vacunando a gente más joven. Cuando Antonia vio que en el Hospital vacunaban a mutualistas de 78 años, hizo lo mismo que su vecina. "Estaban vacunando a gente más joven y me presenté allí". Y le vacunaron.

Me dijeron que recibiría otro SMS en unas semanas, pero yo no recibí nada la primera vez"

Antonia es un nombre falso, pero todo lo demás es la experiencia real de una jubilada que estaba en tierra de nadie en los listado de Sanidad. "No pongas mi nombre", nos pide Antonia, tampoco el nombre de su marido, quien con 77 la acompañó el fin de semana pasado al hospital de pandemias y también recibió el esperado pinchazo sin contar con cita previa.

"Estuvimos una hora y media en la cola, por suerte empezó a llover cuando estábamos en la cola pero dentro del hospital", narra esta jubilada de 80 años. Con la dosis ya en su cuerpo le tomaron los datos. "Me dijeron que recibiría otro SMS en unas semanas, pero yo no recibí nada la primera vez", explica.

Problemas con los listados de los mutualistas

Fuentes de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid aseguran que con MUFACE ha habido problemas porque han trasladado listados con datos incompletos y, en algunos casos, ha sido complicado localizar a los mutualistas.

Por su parte MUFACE asegura que remitió los datos a las comunidades autónomas en el formato requerido por ellas. "Una vez en su poder los datos de los mutualistas, es cada comunidad quien define los criterios y procedimientos para llevar a cabo la citación y consecuente vacunación", afirman desde MUFACE.

A Antonia y a su pareja en ningún momento les pidieron nada antes de vacunarse, probablemente por la gran afluencia de personas en el hospital esos días: entraron, les vacunaron, les dieron el número de lote de la vacuna y se fueron. "Sólo nos preguntaron la edad". El lunes en la entrada del Hospital Zendal un sanitario y dos guardias de seguridad pedían a los asistentes, hasta en dos ocasiones, que les mostraran los SMS recibidos en sus terminales antes de entrar.

En el teléfono 900 de la Consejería no son ajenos a esa realidad. "Hay gente que se acerca y les dicen que sí y gente a la que dicen que no la vacunan sin SMS. Nosotros tramitamos las demandas de vacunas, pero no las asignamos". Los teleoperadores aseguran que se han dado casos de matrimonios a los que han vacunado a uno de los dos y al ir acompañado de su pareja, aún no habiendo sido avisado por SMS, también se les ha vacunado. A Antonia el viaje hasta el Zendal le salió bien, si no le llega el SMS para la segunda dosis, lo tiene claro: "Me presento allí otra vez con el papelito que me han dado".