Encontrarse con una garrapata dentro del domicilio puede producir además de la sorpresa el asco más profundo, sin embargo, dejarse sorprender por el momento puede llegar a ser en extremo peligroso. En este sentido, la OCU, en una advertencia explicita, da la voz de alarma: si te encuentras con una garrapata, ¡no la aplastes! Y es que a pesar de que pueda parecer una solución rápida, en realidad puede liberar fácilmente sus agentes infecciosos y, por lo tanto, multiplicar el riesgo de que lleguen un día a infectarnos con enfermedades de alto riesgo.

PUBLICIDAD

Por qué nunca debes aplastar una garrapata

Aplastar una garrapata puede parecer algo inofensivo, puede ser una práctica peligrosa, ya que estos parásitos pueden albergar bacterias, virus y otros patógenos peligrosos. Al aplastarlas, existe la posibilidad de liberar los mismos al medio ambiente o, en el caso de la garrapata adherida a una persona o mascota, también es posible que el contenido se vierta sobre la piel.

La OCU pone de manifiesto que, en lugar de exterminarlas enérgicamente, lo más conveniente es llevar a cabo la extracción de una manera correcta utilizando las herramientas que van a permitirlo, o tal como bien puede darse el caso de que se encuentren sueltas, recogerlas para el análisis que les corresponde. Además, tal como enfatiza la OCU, aplastarlas puede dificultar el diagnóstico si, posteriormente, se presentan síntomas que pudiesen estar relacionados con la enfermedad transmitida por estos parásitos.

Las enfermedades que pueden transmitir

Las garrapatas son, además de un auténtico incordio, portadoras de graves enfermedades. En España la presencia de garrapatas que portan el virus de la fiebre hemorrágica de Crimea-Congo, ha sido identificada en las comunidades autónomas de Extremadura, Madrid, Castilla-La Mancha y Castilla y León, y si bien no se ha confirmado la presencia de este tipo de garrapatas en las mascotas domésticas, el riesgo está presente.

Otra patología frecuente asociada a las garrapatas es la enfermedad de Lyme (o borrelia), cuyos síntomas pueden llegar a ser neurológicos, articulares, musculares, entre otros, si no se trata adecuadamente. Para esquivar las consecuencias para la salud que pueden derivar de la exposición al contacto directo con estos organismos es muy importante.

Cómo prevenir una picadura de garrapata

La prevención se inicia con una protección adecuada en el momento de salir al campo o al bosque. La OCU también recomienda usar ropa que cubra la mayor parte del cuerpo: pantalones largos, camisetas de manga larga y calzado cerrado. Introducir los pantalones dentro de los calcetines también ayuda a crear una barrera física.

La utilización de repelentes que contengan permetrina, preferentemente sobre las prendas de vestir, disminuye drásticamente la posibilidad de sufrir picaduras, debiendo en todo caso seguir las indicaciones del producto, evitando el contacto directo con la piel con el objetivo de prevenir reacciones indeseadas.

Cómo actuar si tienes una garrapata en la piel

Si una garrapata está adherida a la piel, sigue este protocolo para retirarla de forma segura:

  • Usa pinzas finas o un extractor específico.
  • Agarra la garrapata por la cabeza, lo más cerca posible de la piel.
  • Tira con firmeza y suavidad hacia arriba, sin girar ni aplastar.
  • Limpia la zona con agua y desinfectante.
  • Guarda la garrapata en un recipiente con papel húmedo por si necesitas análisis médicos posteriores.

Cuándo acudir al médico

Después de una picadura, debemos estar atentos a los síntomas. Si en los días posteriores a la picadura aparecen fiebre, dolor muscular o inflamación de ganglios, especialmente si se presenta una erupción o malestar general, hay que visitar al personal de salud lo antes posible. Llevar la garrapata extraída puede ayudar al diagnóstico.

La OCU y otras instituciones sanitarias hacen hincapié en la importancia de actuar con prontitud y precaución, y ante la duda, lo más seguro es consultar con un especialista y nunca tratar de aplastar una garrapata: tu salud puede estar en juego.