Cuidar la piel desde el interior es uno de los secretos mejor guardados para conservarla luminosa, elástica y joven. Las cremas y los tratamientos tópicos son importantes, pero todo lo que eliges para alimentarte se ve reflejado en la piel. Entre todos los alimentos ingeridos, las frutas se cuentan entre las aliadas naturales, ya que son ricas en nutrientes, que hidratan, regeneran y protegen.

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Las propiedades únicas de la fruta para el cuidado de tu piel

Aquellas frutas que son parte de una dieta equilibrada poseen importantes cantidades de vitamina C, sustancia esencial para la producción de colágeno, cuya función es mantener la firmeza y la elasticidad de la piel, retrasando así la presencia de líneas de expresión. Las naranjas, fresas y kiwis son muy destacables por su contenido en esta vitamina, que protege contra los efectos de los radicales libres y favorece una cara con un color más uniforme.

Los antioxidantes naturales que protegen y rejuvenecen

Frutas como los arándanos, las granadas o las papayas son grandes aliadas en el campo de los antioxidantes, ya que combaten el estrés oxidativo, uno de los principales culpables del envejecimiento prematuro. Los antioxidantes protegen frente a las agresiones externas que aceleran el envejecimiento prematuro de la piel, como la contaminación o las radiaciones UVA y UVB, manteniendo así una piel fresca, tersa y con un tono muy saludable.

Cómo la fruta contribuye a una piel luminosa y saludable

Hidratación natural desde el interior

Una piel radiante necesita estar bien hidratada. Las frutas con elevado contenido de agua, como la sandía y el mango, permiten moderar el contenido hídrico de la piel. Su consumo habitual permite disminuir la sequedad y la descamación, al mismo tiempo que presenta un aspecto jugoso y vital. Igualmente, estas frutas son fáciles de añadir en batidos, ensaladas o como snack refrescante.

Renovación celular y exfoliación suave

Existen ciertas frutas que presentan propiedades exfoliantes naturales que ayudan en la renovación de las células. La papaya, debido a la presencia de la enzima papaína, ayuda en la eliminación de las células muertas, piel después más uniforme y suave. Las fresas, gracias a sus ácidos naturales, actúan como un exfoliante fino que ayudan a mantener el cutis más luminoso sin la necesidad de productos que puedan ser agresivos.

La fruta estrella para una piel radiante: el aguacate

El aguacate no es únicamente un ingrediente polivalente en la cocina; sus altos contenidos de grasas monoinsaturadas proporcionan al aguacate muchas más propiedades, convirtiéndolo por tanto en un excelente aliado para suministrar un correcto nivel de hidratación a la piel. Potenciarás la correcta barrera lipídica natural de la piel si comes aguacate con asiduidad, de manera que estarás evitando su deshidratación y ayudarás a mantener y mejorar la elasticidad de la misma. Por otro lado, sus vitaminas C y E le servirán al aguacate como escudo y protección frente al daño oxidativo al que se podrá ver expuesta la piel.

Cómo integrarlo en tu dieta diaria

Este alimento es excepcional para la preparación de cremas de carácter diverso -ensaladas, acompañamientos- o como complemento de una cuidada merienda, en la que puede presentarse con un poco de sal o con unas gotas de limón, para transformar el aguacate en un alimento ideal. La textura cremosa de esta fruta hace que sea un buen alimento también para nutrir el rostro y el cabello, usándola en mascarillas caseras. Para el tratamiento de la piel, el aguacate se puede mezclar también para un plus de hidratación con miel o con aceite de oliva, lo que proporciona este plus de hidratación que se nota desde la primera aplicación.

La ingesta diaria de frutas constituye una de las formas más simples y eficaces de cuidar la piel desde el interior. Su contenido de vitaminas, antioxidantes y agua permite cambiar la salud de la piel de forma paulatina y natural. Si incorporas en tu dieta la papaya, el aguacate, el kiwi o las fresas, además de estar saboreando unos ricos sabores, estarás invirtiendo en un cutis radiante y lleno de vitalidad.

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