Comenzar el día de la forma correcta puede ser la diferencia para afrontar el día con energía, con claridad mental y aumentar la productividad durante el resto de la jornada. La primera hora tras despertarse son muy importantes a la hora de activar cuerpo y mente porque representa un reinicio que revitaliza la batería interna. Introducir rutinas matutinas simples y manteniéndolas estrictamente nos permitirán gestionar las exigencias de la rutina con mayor claridad y se convertirán en un poderoso efecto positivo sobre la salud a largo plazo.

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Rutinas de activación física y mental

Hidratación estratégica con sal y limón

Tomar un buen vaso de agua grande con un pellizco de sal marina y un chorrito de jugo de limón tras levantarse ayuda a recuperar los minerales que hemos perdido durante la noche. Es una práctica que favorece la rehidratación, activa el metabolismo y además, sirve como una fuente de vitamina C, un refuerzo para el sistema inmunológico.

Exposición a la luz solar en la primera hora

Sal a la calle al menos diez minutos por la mañana para poner en marcha el reloj biológico; la luz típica de las primeras horas del día estimula la serotonina, regula el ciclo de sueño y vigilia, y aumenta la fuerza de la mente. Con este sencillo hábito el cuerpo va mejorando su rendimiento diario y te ayudará también a descansar mejor también en el momento de dormir.

Rutinas de regulación emocional y concentración

Respiración consciente y la gratitud

Hacer tres rondas de respiraciones profundas estimula de forma significativa el sistema nervioso parasimpático y reduce el estrés. A esta práctica se suma la gratitud, que fomenta la liberación de dopamina y genera un estado mental positivo. El resultado de estas actividades es un inicio del día más tranquilo que produce una mayor claridad mental.

Exposición al frío

Una ducha con agua fría o el cuerpo sumergido en agua a baja temperatura favorece la circulación, frena una posible inflamación y fortalece el sistema inmunológico. Además, dicho cambio térmico también activa el funcionamiento metabólico, desencadenando una mayor producción de noradrenalina, cualidad que ejercitará, entre otras cosas, la mejora del estado de ánimo y la capacidad de mantenerse concentrado en diversas actividades a realizar en una jornada.

Hábitos que potencian la energía sostenida

Ejercicios para activar el cuerpo

La práctica de ejercicio como caminar, realizar yoga suave o llevar a cabo estiramientos breves por la mañana aumenta la producción de endorfinas, que a su vez producen bienestar y claridad mental; este tipo de movimiento no demanda intensidad, sino que pide constancia, convirtiendo la práctica de la actividad física en un medio de empuje natural para permanecer en los umbrales de la productividad.

Retrasar la primera taza de café

Posponer el consumo de cafeína entre 60 y 90 minutos después de despertar evita interferir con la producción natural de cortisol. Con ello se logran niveles de energía más estables a lo largo del día y se previenen caídas bruscas que suelen aparecer cuando el café se ingiere demasiado pronto.

La clave de la constancia

Estas prácticas matutinas se sostienen en fundamentos científicos que muestran cómo pequeñas acciones siempre que estén bien ejecutadas, transforman el bienestar general de nuestro cuerpo desde la primera hora de la mañana y que se extiende durante todo el día. Más allá de la complejidad de una agenda diaria, la constancia en cada hábito permite trabajar con el cuerpo en lugar de hacerlo en su contra; el resultado es un aumento sostenido de energía desde primera hora de la mañana que tiene sus efectos durante todo el día y que fomenta un mejor descanso nocturno y un estado mental más enfocado.

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