No tiene un pase lo que está haciendo el ministro del Interior en comandita con el ministro de Seguridad Social y Migraciones. En primer lugar porque es de todo punto inadmisible que el Gobierno ande haciendo trampas intentando engañar a distintos alcaldes y presidentes de comunidad a los que les encaloma varios centenares de migrantes con nocturnidad y alevosía. Es evidente que los dos ministros querían eludir su responsabilidad e intentaban —cosa imposible— que este engaño no fuera descubierto.

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