Por la sede del PP, que parece una fragata en chaflán, rozaban las banderas de olimpiada o de corista o de soldado subiendo desde Colón, aquel día del gran error. Las banderas así, juntas, rozadizas, navegables, encandilan e infantilizan, como las manadas de delfines. Aquel día con borrasca de lienzo en el cielo resultó maldito para la derecha, con una maldición que fue de Sánchez o de un pirata, o quizá sólo fue un mal cálculo. Yo subía por Génova, con mi crónica como un pez en una bolsa de plástico, pero no me di cuenta, como nadie, de que la sede del PP ya navegaba hacia abajo, hacia Colón, con velas negras, crujidos de cuaderna y escora de mal fario, con sus días de balconcillo y gloria yéndose a pique. Supongo que Casado lo ve un poco así ahora. Ya ha desarrollado supersticiones de marino y canta canciones de farero: se va a deshacer del edificio como de un pelirrojo y da discursos de velero de José Luis Perales.
Todas las claves de la actualidad y últimas horas, en el canal de WhatsApp de El Independiente. Únete a nuestro canal de Whatsapp en este enlace.
Te puede interesar
Lo más visto
- 1 La opción de Pedraz para seguir siendo juez investigador: cambiarse al juzgado de 'Tsunami'
- 2 La infanta Sofía e Irene de Grecia, dos caras de la misma moneda
- 3 España, excluida de la alianza de Reino Unido y Francia para exigir una legislación internacional contra los programas espía
- 4 Moratinos confiesa estar “orgulloso” del cambio de posición de España en el Sáhara
- 5 ¿Quieres ser más feliz hoy? Haz este pequeño gesto que propone Harvard
- 6 Conoce el pueblo más bonito de Cantabria y su leyenda sobre el hombre pez
- 7 Óscar Puente sobre la continuidad de Sánchez en el Gobierno: "Es el 'puto amo' pero la cosa no está fácil"
- 8 Argelia defiende su gasoducto desde Nigeria frente a la “utopía” de Marruecos
- 9 Argelia mantiene bloqueado el pago a las exportaciones españolas