El ataque azerí sobre posiciones militares armenias puede evidenciar las costuras del fin de la influencia rusa más allá de sus fronteras. El hecho que Azerbaiyán se haya atrevido a bombardear posiciones armenias, cuando el país tiene acuerdos de asistencia de defensa mutua con Moscú, demuestra que la credibilidad rusa está por los suelos. Nadie espera, después de la ofensiva ucraniana en el norte, que ha liberado una superficie similar a la que tiene Chipre, unos 10.000 km2, que Rusia tenga capacidad para asistir incluso a sus aliados. Pero podemos ver otros casos que confirman esta falta de influencia antes y durante la ofensiva. 

Osetia del Sur, territorio ocupado / republica autoproclamada

A pesar de que el territorio georgiano de Osetia del Sur está de facto supeditado a Moscú, pues es territorio georgiano bajo ocupación militar rusa, su autoproclamado gobierno echó para atrás el referéndum de anexión con el cambio de gobierno. Un referéndum de anexión que prometieron mil veces que harían, pero que finalmente, debido a la situación en la que se encontraba Rusia, decidieron no hacer. El nuevo gobierno, quien en un principio dijo que seguiría como el anterior, apostando por el mismo, finalmente descartó la idea. 

Kazajistán​​​

En 2019 el presidente Kassym-Jomart Tokayev subió al poder, sustituyendo a Nursultan Nazarbayev, firme aliado de Moscú. A pesar de su línea continuista, quien incluso en enero de 2022 pidió ayuda a Rusia para reprimir las protestas, con la invasión rusa de Ucrania su estrategia diplomática cambió. Cada vez se ha ido distanciando de las políticas de Rusia, incluso hasta el punto de que se han organizado ejercicios militares en caso de una posible invasión rusa. 

También se ha reformado la Constitución kazaja, incrementando el rol del kazajo sobre el ruso, entre otras cosas. A nivel económico han tomado medidas para no verse afectados por las sanciones a Rusia, e incluso han restringido la exportación de recursos naturales al país vecino. Se está hablando de establecer un corredor energético entre Azerbaiyán y Kazajistán a través del mar Caspio para que no se dependa de Rusia en ningún momento. Como también de acuerdos comerciales con China

Asia Central

Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán son cuatro repúblicas que históricamente, junto con Kazajistán, se encontraban dentro de la esfera de influencia soviética, y después de la caída de la URSS entraron a formar parte de la esfera rusa. Pero la invasión rusa de Ucrania ha hecho que poco a poco se vayan desvinculando de ella. En algunos casos, los movimientos empezaron en 2014 con la invasión de Crimea. La dependencia económica de estos países ha ido virando de Rusia a China, y también ha crecido la influencia de Turquía. 

La dependencia económica de estos países ha ido virando de Rusia a China y Turquía

La desaparición económica de Rusia como consecuencia de las sanciones ha provocado que bajo la reivindicación de la unidad túrquica, agenda promovida por Erdogan, se hayan estrechado los vínculos entre estos países y Ankara. Como también China, a través de la Franja y la Ruta, haya incrementado su presencia, mientras que la rusa va disminuyendo. 

Cáucaso

Desde el inicio de la invasión rusa de Ucrania, únicamente Armenia ha mantenido las mismas relaciones cordiales con Rusia. Tanto Azerbaiyán, como Georgia por su parte, están colaborando con Turquía para desarrollar una infraestructura energética desde el Caspio hasta la Unión Europea que no pase por Rusia, como tampoco por ninguna área de influencia rusa. En el caso azerí, el peso de la diplomacia británica a través de la empresa British Petroleum (BP), quien tiene multitud de pozos petrolíferos y gasísticos en Azerbaiyán, ha situado el país cada vez más próximo a Europa. Incluso Ursula Von der Leyen situó a Bakú como un aliado preferencial. La mejora de relaciones entre la OTAN y Georgia también demuestran que Rusia está perdiendo mucha influencia en el Cáucaso.  

Moldavia

En Moldavia existe la República Moldava Pridnestroviana, o República de Transnistria. Una autoproclamada república bajo el amparo de Moscú que surgió en 1990 declarándose independiente de Moldavia. A pesar de que muchos la consideran una especie de “Gibraltar ruso” en medio del sur de Europa, siempre ha tenido especial relevancia para su política doméstica porque no se podía acercar a la Unión Europea o a la OTAN. Como consecuencia de la invasión rusa de Ucrania, y el temor a ser los siguientes en ser ocupados, Moldavia ha roto su histórica neutralidad hacia la Unión Europea. 

Estamos frente al fin de una era. Se ha acabado el oso atemorizador ruso

Así pues, Rusia no solamente está perdiendo su influencia en Europa, sino también en Azerbaiyán, Georgia, Moldavia, Kazajistán, Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán y Uzbekistán. Es decir, estamos frente al fin de una era, donde se ha acabado el oso atemorizador ruso para los países de su alrededor, incluso en sus exrepúblicas soviéticas. Tendremos que estar atentos también a Mongolia, que se encuentra en constante equilibrio debido a su situación geográfica. A pesar de ello, Mongolia está siendo refugio para jóvenes que huyen de las regiones rusas colindantes mientras el gobierno de Ulán Bator pacta con Rusia y China. 


Guillem Pursals es politólogo, máster en Seguridad, especialista en conflictos, seguridad pública y Teoría del Estado.