Hay un "plan a" y un "plan b". El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, baraja una terna para cubrir la vacante que le deja Luis de Guindos en el Ministerio de Economía y Competitividad. El "plan a" es Fernando Bécker, el nombre con más posibilidades de entrar en el Consejo de Ministros tanto por su trayectoria política como por sus buenas relaciones con el jefe del Ejecutivo.

Es el favorito, pero, en caso de que esta opción falle, emerge con fuerza un "tapado": el actual presidente del Instituto de Crédito Oficial (ICO), Pablo Zalba. Frente a la veteranía de Bécker, Zalba representa a una nueva generación de políticos del PP a los que el partido quiere proyectar. Este navarro de 43 años, durante 7 diputado en el Parlamento Europeo, fue vicepresidente primero de la Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios en sustitución de José Manuel García Margallo.

Zalba tiene, a diferencia de Bécker, experiencia de partido

También ha sido miembro suplente de la Comisión de Comercio Internacional y de la Comisión Especial sobre la Crisis financiera. Su papel en la aprobación del Acuerdo de libre Comercio entre la Unión y Corea del Sur le valió en 2012 el premio "Eurodiputado del año", el "Mep Awards". Este galardón lo volvió a recibir en 2015, precisamente, en la categoría de Economía tras haber sido ponente para el Reglamento de las Tasas Multilaterales de Intercambio además de haber elaborado el Informe al Banco Central Europeo que realiza la Comisión de Asuntos Económicos anualmente. Conocimientos no le faltan, tampoco dominio de idiomas aunque una cosa es moverse en el Parlamento Europeo y otra muy distinta formar parte del Ecofin o del Eurogrupo.

Además tiene, a diferencia de Bécker, experiencia de partido pues le tocó asumir, en 2014 y durante tres años, la presidencia del Partido Popular de Navarra, aunque desde 2009 fue miembro de su gestora tras la ruptura de la unidad de acción que los populares vascos tenían con con Unión del Pueblo Navarro (UPN). Pero su auténtico espaldarazo le vino en noviembre de 2016 cuando, ya bajo el radar de Rajoy y el propio Luis de Guindos, fue nombrado presidente del ICO en sustitución de Enma Navarro.

Tiene, en cambio, un nubarrón en su currículo. Y es que Zalba se vio implicado en un reportaje que, con cámara oculta, hizo The Sunday Times en 2011 para denunciar a una serie de diputados que, presuntamente, cedían a las presiones de los lobbys a cambio de comisiones. Zalba fue uno de los grabados por los periodistas. Él negó haber aceptado cambiar una directiva comunitaria a cambio de dinero, sino que lo hizo "porque mejoraba sustancialmente" la misma. Finalmente, el caso quedó en nada.

Se da ya por descartado que Rajoy eche mano de otro ministro para suplir a Guindos

Descartado ya de plano que Rajoy eche mano de otro ministro para sustituir al futuro vicepresidente del Banco Central Europeo, al objeto de limitar los cambios a Economía, surge un tercer nombre, que también pasó por el ICO y fue director de relaciones institucionales del BBVA, Román Escolano, en sus tiempos asesor económico de Jose María Aznar y actual vicepresidente del Banco Europeo de Inversiones (BEI).

Escolano sustituyó en el BEI a la controvertida socialista Magdalena Álvarez , que tuvo que dimitir en junio de 2014 por su imputación en el "caso de los ERE" de Andalucía. Más técnico más que político, su perfil satisface a Rajoy para que no atribuyan al nuevo titular de la cartera económica inclinaciones por uno u otro bando en que se divide el Consejo de Ministros, esto es, los nucleados en torno a la vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, o a la ministra de Defensa y secretaria general del PP, María Dolores de Cospedal.

Energía, de vuelta a los dominios de Nadal

Asimismo, para no alterar los equilibrios de poder internos, queda descartada la vicepresidencia económica. A lo sumo, lo más arriesgado que haga Rajoy sea devolver Industria a los dominios del Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital, bajo la dirección de Álvaro Nadal.

Guindos bromeaba en la mañana de este miércoles con el nombre de su sustituto e invitaba a los periodistas que le rodeaban en los pasillos del Congreso a que le dieran alguna pista. A diferencia de Rajoy, que se niega a hablar de plazos para abordar el nuevo nombramiento, aseguró que "los días están contados" y que "antes del lunes se anunciará cuándo dejo esas responsabilidades como ministro".

Dos cosas parecen claras, la de ayer fue su última comparecencia parlamentaria y este viernes será también su último Consejo de Ministros, donde tendrá ocasión de despedirse de sus compañeros de Gobierno antes de encaminarse hacia la localidad alemana de Frankfurt para un mandato de ocho años improrrogable, salvo que aspirara, en algún momento, a la presidencia del Banco Central Europeo, con lo que podría permanecer otros ocho años allí.