Las mujeres se pasan 2.400 días de su vida con la regla, lo que equivale a unos seis años. Seis años sangrando, y aun así, la menstruación está envuelta en un halo de secretismo. Durante años las mujeres han ido al baño ocultando los tampones como si estuvieran traficando con droga. A muchas les da vergüenza hablar del tema, reconocer en el trabajo que si ese día están más cansadas es porque están con la regla o incluso no ser capaces de nombrarla por su propio nombre en consulta, una demostración de lo tabú que puede llegar a ser la salud femenina.

No solo afecta a la menstruación, las infecciones, las anticonceptivas o las ETS también están llenas de mitos y leyendas. Es frecuente escuchar en consulta nombres como candidiasis, endometriosis o papiloma humano, pero al no tener conocimiento sobre ellos, la respuesta siempre es la misma: asustarse y ponerse en lo peor. Precisamente es lo que quiere evitar Lorena Serrano, médico especialista en Ginecología y Obstetricia, con el libro que acaba de publicar Conócete bien, cuídate mejor. La guía definitiva para que toda mujer descubra su cuerpo (Planeta, 2023).

Actualmente trabaja en el Institut Català de la Salut, pero desde hace varios años se dedica a divulgar en redes a través de su cuenta @hello.gyn en la que acumula más de 50 mil seguidores para informar a mujeres, despejar las dudas e intentar responder cuestiones que siempre han tenido sobre su cuerpo.

Pregunta. Durante consulta has visto innumerables veces mujeres cargadas de dudas y mitos, sobre todo con mucho desconocimiento sobre sus vulvas, sus vaginas y su salud ginecológica en general. ¿Por qué crees que hay tanta desinformación?

Respuesta. Históricamente a la salud ginecológica y la sexualidad de la mujer nunca se le ha dado la suficiente importancia, ha sido un tema tabú, no se hablaba de ello. Tampoco se ha investigado, ha costado mucho que se incluyeran estudios con patologías ginecológicas. Arrastramos muchos mitos del boca a boca, y aunque las mujeres cada vez conocen más porque se habla más del tema, no saben qué fuente mirar, encuentran opiniones o respuestas contradictorias. Incluso cuando vienen a consulta les cuesta preguntar esas dudas que siempre se quedan, parece que les da vergüenza hablar del tema. Eso hace que no nos conozcamos tanto como pensamos. 

P. ¿Cuáles son los mitos más "raros" que hayas escuchado en consulta?

R. Cuando escuché por primera vez lo de que la regla desintoxica me llevé las manos a la cabeza porque no entendía de dónde salía la idea. Los mitos con la regla no tienen ni pies ni cabeza, como el de que no puedes hacer mayonesa porque se corta. En casa de mi abuela se ha dicho de toda la vida que no te puedes lavar el pelo cuando tienes la regla porque es peligroso. También dicen que cuando no te baja durante meses se acumula dentro. En pleno 2023 y tener que escuchar esto…

P. Dices en el libro que cuando utilizamos metáforas para referirnos a procesos naturales como la menstruación, lo único que hacemos es perpetuar el tabú y el sentimiento de vergüenza. ¿Tenemos miedo a decir que tenemos la regla?

Igual que vamos al médico porque es probable que tengamos una infección en el oído o la garganta, las mujeres tenemos muchas patologías ginecológicas

R. Deseo que las generaciones más jóvenes estén empezando a perder esa vergüenza y ese pudor. Pero sí, muchas veces me encuentro con pacientes que para referirse a la regla no la mencionan por su nombre, y piensas, ¿cómo se puede entender la menstruación como una enfermedad si es algo que pasamos cada mes? No se habla con la naturalidad con la que deberíamos hacerlo. Si estamos en el trabajo, igual te encuentras más cansada y te cuesta verbalizar que estás con la regla dependiendo en el ámbito en el que te encuentres, sobre todo si es masculino. Es algo normal que todos sabemos que existe.

P. ¿Normalizamos los dolores de regla? Esta misma semana hablando con una amiga me contó que al ir al ginecólogo por primera vez con 24 años le detectaron endometriosis y un quiste en el ovario, y de repente entendió por qué había sufrido tanto dolor estos años cuando tenía la menstruación e incluso cuando mantenía relaciones sexuales.

R. Como no hablamos de la regla, no hablamos de si duele o no duele, y asumimos que es normal que moleste. Si habláramos más de la regla, incluso con nuestras amigas, nos daríamos cuenta de que lo que nos pasa no es normal. El problema de no hablar del tema es que con casos como la endometriosis, que está alterando mucho la calidad de vida de las pacientes, se puede retrasar el diagnóstico. Algunas tardan unos 7 años en saber lo que les pasa. Son mujeres que están sufriendo dolores invalidantes sin que nadie les pueda explicar lo que les está pasando.

P. ¿No hablamos del tema entre nosotras?

El virus del papiloma es una infección súper frecuente, no hay que alarmarse, pero hay que saber que existe para poder prevenirlo

R. Depende del tipo de amistades que tengas. En consulta me he dado cuenta de que no lo hablamos tanto. Me encuentro con pacientes que tienen síntomas de la menopausia que no había comentado nada a sus amigas, y cuando lo reconoce, de repente las demás reconocen estar pasando por lo mismo que ella. Pasa lo mismo con el virus del papiloma humano. Eran amigas desde hacía tiempo y no sabían nada. Si no se habla abiertamente en nuestros círculos más cercanos es que nos da vergüenza hablar del tema.

P. Lo primero que solemos utilizar cuando somos pequeñas son las compresas, pero a medida que vamos creciendo pasamos al tampón. Aunque los últimos años se ha puesto muy de moda la copa menstrual, o incluso las bragas menstruales. ¿Cuál recomiendas? También hay muchos mitos en torno a ellos.

R. Hacemos estos cambios porque buscamos lo que mejor se adapta a nosotras en cada momento. Es ensayo error. La primera vez que utilizas un tampón te lo pones mal pero luego le acabas cogiendo el truco. Al final no hay una opción mejor que otra. Lo más importante es que cada una encuentre con la que se sienta más cómoda y le funcione mejor. 

R. Las probabilidades de que alguna vez cojamos hongos vaginales son del 75% y de infectarnos del virus del papiloma humano, del 80. ¿Somos conscientes de todas las papeletas que tenemos para que suceda esto?

R. No, y de ahí la lucha por visibilizar la ginecología. Igual que vamos al médico porque es probable que tengamos una infección en el oído o la garganta o una gastroenteritis, las mujeres tenemos muchas patologías ginecológicas. A lo largo de nuestra vida todas vamos a tener candidiasis o dolores de regla en algún momento. Es importante que seamos las primeras en preocuparnos por conocernos, por que nos expliquen qué nos pasa y por prevenir. Deberíamos cuidarnos mejor.

El virus del papiloma es una infección súper frecuente, no hay que alarmarse, pero hay que saber que existe para poder prevenirlo. Se ha calculado que las posibilidades de tenerlo a lo largo de nuestra vida es del 80%. O sea que en algún momento o en alguna relación es muy probable que nos contagiemos, pero eso no quiere decir que vayamos a desarrollar una reacción. No hay un tratamiento específico, se puede prevenir con el preservativo o la vacuna, e ir revisando con controles con la citología. Dejar de fumar también ayuda.

P. A pesar de ser muy frecuente, muchas personas que tienen el virus del papiloma lo ocultan porque les da vergüenza. Es algo de lo que no se habla.

R. Si lo hablara con otras personas se encontraría con muchísimas personas que también están pasando por lo mismo. Este estigma que nosotras mismas nos ponemos no juega a nuestro favor porque eso hace fomentar ese miedo y tabú. Hay muchas pacientes que tienen infecciones por el virus que se van a curar, pero psicológicamente lo lleva muy mal. El hecho de no tratarlo con naturalidad, que es como deberíamos hacerlo, les genera vergüenza y culpa que acaba afectándoles a su vida de pareja.

P. Hay muchas mujeres que tienen miedo de tomar anticonceptivas, ya sea la píldora, el anillo o el DIU. Tienen miedo de los efectos secundarios, que si engordas o entras en depresión... ¿Cuánto de mito hay ahí?

R. Creemos que los anticonceptivos engordan, pero hay estudios que dicen que no es así. Se han demonizado mucho las pastillas anticonceptivas, cuando te tomas un ibuprofeno no te lo piensas tanto, si te pones a mirar el prospecto también te asustas. Hay unos 17 métodos diferentes, tienes que probar cuál te va bien a ti.

En ginecología lamentablemente no tenemos muchas opciones para tratar ciertas cosas. Las anticonceptivas sirven de tratamiento para pacientes con endometriosis, por ejemplo. Luego te encuentras con pacientes que lo sufren, pero están muy asustadas porque no quieren tomar la píldora por todo lo que han escuchado, aunque tengan tan mala calidad de vida y eso les vaya a ayudar. Te apena ver que este mito y esta desinformación esté afectando a una paciente porque si tiene que tomar algo por otra cosa no le da tantas vueltas. 

P. Otro de los temas que tratas en el libro es la menopausia. ¿Es la gran olvidada?

R. Es una de las grandes olvidadas de la ginecología. Si no interesa en grupos de gente joven imagínate los problemas ginecológicos de la gente mayor. Aunque ahora creo que las mujeres están más concienciadas, solo el 20% de las mujeres con sofocos consultan el médico. Lo asumen como algo normal, es algo que suele pasar, pero no por ello te tienes que aguantar.