El periodista e historiador marroquí Maati Monjib es un viejo conocido de la intelectualidad marroquí más castigada por su ejercicio de libertad de expresión. El activista ha iniciado su enésima huelga de hambre para protestar contra su prohibición de viajar fuera de Marruecos, un castigo habitual contra la oposición al régimen de Mohamed VI.

“Inicio una huelga de hambre después de que se me impidiera ilegalmente viajar. Me invitó la Universidad de la Sorbona para dar una conferencia sobre 'La primavera en Túnez 2011-2021'”, explicó Monjib, de 63 años, en su página de Facebook. La prohibición de abandonar el país fue emitida por un juez de instrucción en el marco de una investigación por supuesto “blanqueo de capitales” en su contra. En declaraciones a El Independiente, Monjib asegura: "Estoy en huelga de hambre desde ayer. Hoy y mañana participaré en una sentada en el Consejo Nacional de Derechos Humanos en Rabat para protestar contra la violación de mis derechos ciudadanos".

Cargos fabricados

Monjib está acusado de malversación en la gestión de un centro que había creado para promover el periodismo de investigación, un cargo que rechaza y que considera fabricado para perseguirlo por sus declaraciones. El caso, iniciado en 2019, ya le llevó a cumplir tres meses de prisión preventiva antes de ser puesto en libertad provisional el 23 de marzo de 2021, después de 20 días de huelga de hambre. “Recuerdo al público que tengo prohibido viajar desde 2020 y que mi coche, mi casa y mi cuenta bancaria están bloqueados desde hace más de cuatro años”, señaló Monjib en su publicación.

Emprendió otra huelga de hambre en octubre de 2022 tras prohibirle salir de Marruecos. A finales de julio de 2024, fue indultado tras ser condenado en primera instancia, a principios de 2021, a un año de prisión firme en otro caso por “fraude” y “atentado contra la seguridad del Estado” al término de un juicio iniciado en 2015. Monjib también afirmó en Facebook que su suspensión de su puesto universitario, que data de 2023, aún no ha sido levantada “a pesar de (sus) repetidas solicitudes”.

Precisamente Monjib denuncia que la prohibición de viajar fuera de Marruecos se extiende por cuatro años “sin base legal”, a pesar del indulto real. Afirma, además, que todavía se le impide volver a su puesto de profesor universitario, que se han embargado sus bienes y que vive lejos de su familia, que se ha instalado en Francia. Monjib considera, al igual que muchas organizaciones de defensa de los derechos humanos, que “su caso es una persecución política por sus opiniones”.

"El artículo 160 del Código de Procedimiento Penal (CPP) y los artículos siguientes estipulan que el juez puede decidir la prohibición de salir del territorio por un máximo de un año. Sin embargo, se me ha prohibido salir del territorio desde principios de octubre de 2020", detalla Monjib. "Del mismo modo, la congelación de bienes no puede exceder de un mes, renovable una sola vez con el acuerdo del presidente del tribunal. Asimismo, no se ha respetado la gracia real del 29 de julio pasado. Entre otras cosas, debía ser reintegrado en mi puesto de profesor de la Universidad Mohammed V de Rabat. Pero sigo siendo despedido de mi trabajo".

Indultado por Mohamed VI

Monjib es una de las voces más críticas con la deriva de Marruecos y de un Estado que ha ahogado la libertad de cátedra y expresión en las universidades, el último reducto de oposición. En 2015 el periodista fue acusado de “amenazar la seguridad nacional” junto a otros seis periodistas y activistas. A finales de diciembre de 2020 fue arrestado por “lavado de dinero y fraude”, en base a la supuesta malversación de los fondos aportados por ONGs internacionales que las organizaciones nunca denunciaron.

Entonces otra huelga de hambre y el deterioro de su salud acabaron en marzo de 2021 en libertad condicional. Organizaciones como Reporteros Sin Fronteras, el Comité para la Protección de Periodistas, Amnistía Internacional y el Parlamento Europeo han exigido el cese del hostigamiento y el fin de los cargos fabricados que han servido para incrementar su acoso.

En octubre de 2019 precisamente una investigación de Amnistía Internacional reveló que Monjib había sido víctima de vigilancia digital ilegítima con software espía de Pegasus, del israelí NSO Group, desde al menos 2017. Estos ataques incluían mensajes SMS con enlaces maliciosos que, de ser abiertos, tratarían de instalar software espía en el teléfono de la víctima. Antes de su detención en 2020, Monjib denunció ante Amnistía Internacional que había estado bajo vigilancia permanente, que la policía vigilaba su casa y que cada vez que salía lo seguían agentes vestidos de civil.

Monjib figura entre el grupo de víctimas marroquíes de Pegasus que se constituyó a principios de 2023 como colectivo y que se ha personado como acusación particular en el proceso judicial abierto en Bélgica contra los responsables del bautizado como Qatargate, la trama de corrupción protagonizada por miembros del Parlamento Europeo y en el que Marruecos desempeñó un destacado papel. También se han sumado a la demanda presentada por Meta, la matriz de Facebook y WhatsApp, contra la empresa fabricante de Pegasus, el software espía que Rabat ha empleado vorazmente para vigilar desde la disidencia local hasta los mandatarios extranjeros.