La intervención de Cruz Roja en la DANA forma parte de nuestro compromiso de proporcionar una respuesta eficaz y humana ante situaciones de emergencia; en este caso, a una de las emergencias climáticas más devastadoras que ha afectado a España en los últimos años. El primer paso fue la movilización. Así, y aunque ya contábamos con presencia de sedes de Cruz Roja en las poblaciones afectadas, desplegamos equipos de respuesta y recursos logísticos como nunca antes habíamos realizado en nuestro país, con 16.811 movilizaciones de todos los territorios y la implicación de 7.163 personas voluntarias y 1.229 personas trabajadoras de la Organización.

Desde Cruz Roja no solo abarcamos la respuesta inmediata, sino que desde las primeras 72 horas ya se estaba planificando un Plan de Respuesta ante los Efectos de la Dana en tres fases y a tres años, para conseguir la recuperación y el fortalecimiento de las comunidades afectadas.

En la primera fase, los esfuerzos se centraron en proporcionar ayuda esencial a las personas afectadas (entrega de alimentos, materiales de primera necesidad, abrigo, higiene y medicación…), además de apoyo al transporte y atención sanitaria, primeros auxilios psicológicos e intervención psicosocial. Se montaron albergues provisionales  y se realizaron tareas de limpieza y desescombro de espacios públicos y viviendas, acciones de las que se han beneficiado hasta el momento más de 129.000 personas, a través de 355.000 asistencias realizadas.

La segunda fase del Plan, en la que nos encontramos actualmente, está centrada en la recuperación de la normalidad tanto de las personas como de las comunidades afectadas. Para ello, hemos entregado más de 19.000 tarjetas monedero, con un importe superior a los 28 millones de euros, además de realizar apoyo psicosocial y establecer puntos de información para que las personas afectadas reciban acompañamiento y derivación a recursos propios de Cruz Roja o de otras entidades. 

Además, estamos acompañando en gestiones de trámites y ayudas disponibles al desempleo, así como a procesos de nuevas oportunidades laborales. El apoyo a los negocios en su recuperación ha sido fundamental, a través de ayudas específicas de autoempleo complementarias con otras ayudas o créditos, siendo esta una de nuestras prioridades. Hasta el momento, se han identificado más de 2.257 comercios que han sufrido un gran impacto de daños, y entregado 1.482 ayudas para su reactivación, con un presupuesto ejecutado que supera los 7,1 millones de euros.

Otra de las acciones que estamos llevando a cabo son las relacionadas con la rehabilitación de viviendas y entrega de electrodomésticos, así como el apoyo a la movilidad de personas, que de otra manera no podrían salir de casa por encontrarse todavía estropeados muchos ascensores. Las limpiezas de entornos comunitarios forman parte también de la fase de recuperación, poniendo especial énfasis en entornos naturales de gran valor ecológico y medioambiental, como la Albufera.

Los niños, niñas y jóvenes han sido también parte afectada en esta emergencia. Para dar respuesta a sus necesidades, Cruz Roja Juventud (CRJ) desplegó desde el inicio de la emergencia sus equipos ESIE (Equipos de Sensibilización e Información en Emergencias) para acompañar a los niños y niñas afectados, participando también en ludotecas en esos primeros días en los que se suspendió la actividad escolar. El ocio supone una parte fundamental para la recuperación de este colectivo. Por ello, CRJ está desarrollando acciones de ocio comunitario, como el circo social, además de restablecer los proyectos habituales, como Promoción del Éxito Escolar.

Trabajamos para que las comunidades estén mejor preparadas y puedan responder de manera efectiva a los desastres

A medio-largo plazo se pondrá en marcha la tercera fase del Plan centrada en el fortalecimiento y la resiliencia de las comunidades afectadas, poniendo en práctica la propia operativa de la Estrategia de Reducción de Riesgos de Desastres, ya existente en Cruz Roja, para así fortalecer la resiliencia de las comunidades y mejorar su capacidad de respuesta ante desastres. En resumen, trabajamos para que las comunidades estén mejor preparadas y puedan responder de manera efectiva a los desastres, reduciendo así el impacto de estos eventos y promoviendo un desarrollo sostenible y seguro.

La intervención de Cruz Roja en la DANA ha sido un ejemplo de cómo una organización puede adaptarse y responder eficazmente ante una emergencia climática de gran magnitud. La combinación de asistencia inmediata, recuperación y fortalecimiento ha permitido no solo atender las necesidades urgentes de las personas afectadas, sino también construir una base sólida para la resiliencia futura de las comunidades. La implicación de miles de personas voluntarias y la colaboración con otras entidades están siendo la clave para el éxito de esta intervención.

En estos seis meses, se ha demostrado que la solidaridad y el compromiso pueden marcar la diferencia en momentos de crisis. Desde Cruz Roja continuaremos trabajando para asegurar que las comunidades afectadas por la DANA puedan recuperarse completamente y estén mejor preparadas para enfrentar futuras emergencias.