Este martes, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha inaugurado una placa conmemorativa junto a la llamada fuente de Machado en los jardines del Palacio de la Moncloa. El acto, en el que han participado familiares de Antonio Machado y Pilar Valderrama –la Guiomar que inspiró al poeta–, así como el hispanista Ian Gibson, ha despertado la curiosidad de muchos: ¿qué hacía el poeta sevillano en los jardines de la Moncloa? ¿Y quién era Guiomar?

La conocida como fuente de Machado es una pequeña construcción de granito de estilo neoclásico escondida entre los jardines históricos del Palacio de la Moncloa, que antes de la Guerra Civil eran de libre acceso para los madrileños. A principios del siglo XX, este entorno era un lugar de paseo y encuentro habitual para vecinos de los barrios cercanos, como Argüelles, donde residía Pilar de Valderrama. Allí se habrían citado, según diversas fuentes, Antonio Machado y su amada secreta, bajo la sombra de los tilos y entre los setos de boj.

Un amor secreto entre versos

Pilar de Valderrama, escritora y dramaturga, estaba casada y era madre de tres hijos cuando conoció a Machado en 1928. Él la bautizó como Guiomar y convirtió su amor platónico en uno de los ejes de su poesía más madura. Durante años mantuvieron una relación intensa y en gran parte epistolar, marcada por las convenciones sociales de la época, el silencio y la distancia emocional.

Aquella fuente se convirtió, según el testimonio de Valderrama en sus memorias y las investigaciones posteriores de Ian Gibson, en uno de los escenarios discretos de sus encuentros. El lugar ha permanecido medio olvidado durante décadas, pese a su valor simbólico y literario.

Antes de convertirse en sede del poder ejecutivo, el Palacio de la Moncloa y sus jardines eran parte del patrimonio accesible para los ciudadanos. Fue una finca aristocrática en el siglo XIX y, desde 1929, propiedad del Estado. Hasta la guerra, muchos madrileños paseaban por sus jardines o acudían a merendar en sus zonas arboladas. Esa cotidianidad se rompió con la contienda –durante la cual la fuente fue utilizada como lavadero por las tropas franquistas que asediaban la ciudad en el frente de Ciudad Universitaria– y el cierre definitivo del recinto al público.

Cita con Quim Torra

No es la primera vez que la fuente de Machado asoma a la actualidad desde que Sánchez ocupa La Moncloa. En julio de 2018, pocas semanas después de acceder al cargo, Pedro Sánchez se la mostró al entonces presidente de la Generalitat de Cataluña, Quim Torra, durante una visita institucional. Aquella imagen –Sánchez enseñando al president secesionista el rincón romántico donde el poeta republicano se encontraba con su amada secreta– fue leída en clave simbólica y dio lugar a numerosos titulares. Desde entonces, el pequeño rincón monclovita ha ido ganando peso como espacio de memoria literaria dentro del recinto presidencial.

La recuperación de este espacio como lugar de memoria –aunque no visitable por razones de seguridad– supone un gesto cargado de simbolismo: devolver a la figura de Machado, exiliado y muerto en Collioure en 1939, una presencia física en el corazón político de España. El gesto coincide con las conmemoraciones organizadas por el Gobierno con motivo del 50 aniversario de Franco, que celebran las libertades recuperadas tras la muerte del dictador y reivindican, de paso, el legado republicano que truncó la Guerra Civil.

En 1930, Pilar de Valderrama publicó en su libro Esencias un poema probablemente inspirado por el lugar de Moncloa donde se encontraba con Machado y titulado, precisamente, "La fuente del amor":

El mismo banco de piedra
donde los dos una tarde...
Se enrosca a el alma la hiedra
del recuerdo... ¡El pecho arde!

Pero estoy sola –es invierno–
sentada en la piedra fría.
Siento un escalofrío interno.
No está su mano en la mía.

Dime, Fuente del Amor,
¿dónde el que mi pecho añora
se oculta?
…Del surtidor
el agua, saltando, llora...

Mis labios están helados.
Mis ojos miran sin ver,
¡tan cansados!,
este frío atardecer

en el Jardín de la Fuente.
¡Cómo suena su canción
–canción del amado ausente–
dentro de mi corazón!