Reino Unido, la potencia colonial que administró el protectorado de Palestina antes de la creación de Israel en 1948, dice basta. El ministro de Asuntos Exteriores británico, David Lammy, ha anunciado este martes la suspensión oficial de las negociaciones del acuerdo de libre comercio con Israel y ha amenazado con tomar medidas adicionales si el Gobierno de Benjamin Netanyahu no detiene la nueva ofensiva en la Franja de Gaza y pone fin a 20 meses de guerra en el enclave palestino.
"Hay que detener la conducta de Israel y le decimos que se tomarán más medidas si no detiene la guerra en Gaza", ha explica Lammy. "Aunque el Gobierno británico sigue comprometido con el acuerdo comercial vigente, no es posible avanzar en las conversaciones sobre un nuevo acuerdo de libre comercio mejorado con un Gobierno de Netanyahu que está aplicando políticas atroces en Cisjordania y Gaza", reza un comunicado de prensa del Gobierno británico. Londres suspende también la venta de armas a Israel que puedan utilizarse en la Franja de Gaza.
La suspensión se produce después de que Lammy anunciara sanciones contra organizaciones y activistas de colonos ilegales, un día después de que el primer ministro Keir Starmer, junto con sus homólogos francés y canadiense, amenazara con sanciones a Israel por sus acciones en Gaza. El jefe de la diplomacia británica insiste en que Londres "no abandonará la solución de dos Estados, que sigue siendo el único marco para una paz justa y duradera".
Respuesta desafiante de Israel
Asimismo, el ministro británico para Oriente Medio, Hamish Falconer, ha convocado a la embajadora de Israel, Tzipi Hotovely, por la ampliación de las operaciones militares en Gaza.
La reacción de Israel ha sido desafiante. Asegura que las negociaciones comerciales no contaban con el apoyo de todo el Gobierno británico y añadió que un nuevo acuerdo beneficiaría a ambos países. "Si, debido a la obsesión antiisraelí y a consideraciones políticas internas, el Gobierno británico está dispuesto a perjudicar la economía británica, es su prerrogativa", ha indicado el comunicado del Ministerio de Asuntos Exteriores israelí. "Las sanciones contra los residentes de Judea y Samaria [el término que emplean los sionistas para referirse a la Cisjordania ocupada] son injustificadas".
"El Mandato Británico finalizó hace exactamente 77 años. La presión externa no desviará a Israel de su camino en la defensa de su existencia y seguridad contra los enemigos que buscan su destrucción", concluye el comunicado de la diplomacia israelí.
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