El Instituto Anatómico Forense ha confirmado mediante autopsia que el cadáver hallado el 13 de mayo de 2025 en un solar de Cartaya (Huelva) corresponde al presunto autor del asesinato de Rocío, una mujer de 54 años víctima de violencia machista el 23 de abril.

Según informa Europa Press, el hombre, que convivía con la víctima en el momento del crimen, presentaba lesiones compatibles con un suicidio por ahorcamiento, según el informe remitido al Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 1 de Ayamonte. Este desenlace cierra la búsqueda policial iniciada tras el hallazgo del cuerpo de la mujer, golpeada mortalmente con un martillo en su domicilio de la barriada del Almendral.

Confirmación forense y detalles del crimen

La autopsia determinó que el cadáver en avanzado estado de descomposición —localizado en una zona boscosa cercana a la comisaría local— pertenecía al individuo requisitoriado tras el crimen. Las pesquisas habían vinculado al sujeto con la agresión tras descartar la implicación de una expareja anterior de Rocío, quien descubrió el cuerpo mientras realizaba obras en la vivienda. La víctima, empleada de la Delegación de Economía y Hacienda de la Junta de Andalucía, formaba parte del sistema Viogen por amenazas recibidas de una relación pasada, no del hombre con quien convivía al morir.

El informe forense reveló que la mujer sufrió traumatismos craneoencefálicos múltiples provocados por un objeto contundente, coincidiendo con el martillo hallado en la escena. Las autoridades investigan si el presunto agresor actuó en un contexto de violencia de género, aunque aún se desconocen detalles precisos sobre la naturaleza de su relación con Rocío.

Operativo de búsqueda y hallazgo del cuerpo

La Guardia Civil inició la búsqueda del sospechoso inmediatamente después del crimen, revisando cámaras de seguridad y registros de movilidad. El cadáver fue localizado por agentes de la Policía Local de Cartaya en un terreno con densa vegetación, donde el fuerte olor a descomposición alertó de su presencia. El cuerpo, colgado de una higuera, presentaba signos de llevar varias semanas sin vida, lo que complicó su identificación inicial.

La pesquisa incluyó análisis de ADN y cotejo con registros policiales, confirmando la identidad del individuo, quien carecía de antecedentes por violencia de género pero sí por otros delitos menores. Su muerte, según las primeras hipótesis, habría ocurrido horas después del asesinato, en un posible acto de suicidio por culpabilidad.

Contexto institucional y reacciones

El caso ha reabierto el debate sobre la eficacia del sistema Viogen, ya que la víctima no estaba protegida por su conviviente, sino por una relación anterior. La Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género ha anunciado una revisión de protocolos para incluir a todas las parejas sentimentales activas en los registros, sin limitarse a exparejas.

Organizaciones como la Fundación Ana Bella han subrayado la necesidad de formación específica para cuerpos policiales en la detección precoz de riesgos, especialmente en entornos rurales como Cartaya, donde el 38% de los casos de violencia machista no se denuncian por miedo al estigma.

Estadísticas y perspectiva anual

Rocío se convirtió en la tercera víctima mortal de violencia de género en Andalucía en 2025, según el registro del Ministerio de Igualdad. Hasta mayo, España contabilizaba 11 feminicidios, un 18% menos que en el mismo periodo de 2024, aunque organizaciones sociales advierten del subregistro en zonas con menor densidad poblacional.

Fallos en la protección de mujeres

La confirmación de la autopsia cierra el círculo de investigción, pero plantea preguntas sobre fallos sistémicos en la protección de mujeres que inician nuevas relaciones. Expertos insisten en la importancia de:

  • Actualizar automáticamente las valoraciones de riesgo en Viogen ante cambios en la situación sentimental.
  • Fortalecer la coordinación entre servicios sociales y fuerzas de seguridad en municipios menores de 20.000 habitantes.
  • Implementar programas de seguimiento para agresores con historiales de conductas violentas no denunciadas.

Este caso, ocurrido a escasos metros de una comisaría, evidencia que la proximidad geográfica a recursos policiales no siempre garantiza seguridad. La memoria de Rocío impulsa ahora un plan piloto en Huelva para instalar dispositivos de alerta silenciosa en teléfonos de víctimas potenciales, conectados directamente al 016.