Escribano, Papperger y Cingolani firman un año histórico para la defensa europea

Los presidentes de Indra, Rheinmetall y Leonardo cerraron el mejor ejercicio de la industria en décadas, impulsados por la reindustrialización militar y el rearme continental. El año 2024 ha sido el más decisivo para la industria europea de defensa desde la Guerra Fría. Y al frente del cambio se sitúan tres nombres propios: Ángel Escribano, presidente ejecutivo de Indra; Armin Papperger, CEO de Rheinmetall; y Roberto Cingolani, consejero delegado de Leonardo.

Cada uno, desde sus respectivos países, ha liderado una transformación sin precedentes que los consolida como los grandes protagonistas del nuevo complejo industrial-militar europeo. En España, Indra ha cerrado el año con un crecimiento del 26% en su división de defensa y una revalorización bursátil cercana al 95%. Bajo el liderazgo de Escribano —que tomó las riendas del grupo en enero— y con el apoyo operativo de José Vicente de los Mozos, la compañía ha adquirido Hispasat, lidera 12 proyectos del Fondo Europeo de Defensa y ha presentado una oferta para transformar la planta de Duro Felguera en una factoría clave de blindados para Europa.

En Alemania, Rheinmetall, dirigida por Papperger, ha duplicado su volumen de pedidos tras convertirse en el principal proveedor europeo de vehículos de combate y munición. La compañía ha anunciado una expansión masiva de su capacidad productiva ante los contratos firmados con Alemania, Lituania, Noruega y Países Bajos.

En Italia, Leonardo, bajo la visión tecnológica y estratégica de Cingolani, ha consolidado su posición como referencia aeroespacial y electrónica de defensa. Sus ingresos superan ya los €17.800 millones y su plan 2025-2029 prevé alcanzar los €30.000 millones, con un fuerte foco en drones, ciberinteligencia y satélites.

Con el impulso del plan ReArm Europe, que movilizará hasta 800.000 millones de euros, y el deterioro del entorno internacional, el protagonismo de Escribano, Papperger y Cingolani marca una nueva era para la seguridad europea: más tecnológica, más autónoma y más industrial.