La llegada del verano y la brusca subida de las temperaturas hacen que los perros lleguen a uno de los momentos más difíciles del año, ya que su escasa capacidad para regular su temperatura corporal los convierte en potenciales víctimas del temido golpe de calor, una de estas cosas que puede tener un desenlace muy serio y, quien sabe, hasta fatal.
Cómo afecta el calor al perro
La regulación térmica canina
A diferencia de los humanos, los perros no sudan por la piel. La principal forma de expulsar el calor del organismo es el jadeo, un proceso por el cual el perro evapora parte del agua de las vías respiratorias. También pierden calor por las almohadillas de las patas, aunque esta vía es insuficiente en condiciones extremas. Cuando la temperatura sobrepasa los 30 grados, su organismo empieza a tener problemas en el equilibrio térmico, fundamentalmente en razas con problemas respiratorios como bulldogs o carlinos.
Por qué el calor representa un riesgo
Una temperatura corporal sobre los 42 grados puede dar lugar a un golpe de calor. Esto ocasiona descoordinación, jadeos en exceso, vómitos, encías rojas, y en su fase extrema, daños de los órganos vitales, y si no se actúa rápido, se puede llegar a la muerte. El problema llega a que todos estos síntomas pueden aparecer de una forma muy rápida, por lo que la mejor herramienta es siempre la prevención.
Cuidados básicos para mantener fresco a tu perro
Hidratación constante y eficaz
Siempre tiene que haber agua a disposición del perro y debe estar en condiciones óptimas; el cambio frecuente del agua, el mantenerla fresca y la existencia de bebederos en diferentes lugares del hogar ayudan a estimular su ingesta. Hay perros muy mayores que pueden tener reparos a la hora de beber agua; en estos casos, es conveniente probar con comida húmeda tal como estofados o patés que aumentan el consumo de líquidos. También puede resultarle útil agregar agua congelada, si hace calor, a la bebida.
Entornos adaptados al verano
En los días más cálidos hay que tener muy en cuenta que el perro debe permanecer en lugares bien ventilados, a la sombra y alejados de superficies calientes como el asfalto. Las camas elevadas y las mantas refrescantes son buenos recursos porque permiten la circulación del aire y ayudarán a reducir la temperatura del cuerpo del perro. Nunca hay que dejar al perro en espacios cerrados, incluidos los coches, aunque las ventanillas estén entreabiertas, en menos de 10 minutos la temperatura interna puede llegar a provocar la muerte.
Paseos y señales de alarma en los perros
Horarios y niveles de actividad
Salir a pasear a nuestro perro durante las horas más calurosas puede llegar a comprometer su salud. Los paseos se deberían realizar por la mañana al levantarse el sol o bien al atardecer, cuando el sol ya no pega tanto. También en estos horarios se recomienda reducir el ritmo y la duración de la actividad física. El pelaje, lejos de ser un enemigo, actúa como un protector térmico, por lo que no recomienda raparlo, sino más bien mantenerlo limpio y bien cepillado.
Cómo identificar un golpe de calor
Saber reconocer verdaderamente los signos que se manifiestan pronto puede resultar fundamental para actuar con rapidez si el animal muestra jadeos de forma excesiva, encías rojas, hay tambaleo, vómitos o convulsiones, el perro necesita atención veterinaria urgente. Mientras se llega a la clínica, puede enfriarse al animal en agua a temperatura ambiente (las patas y el abdomen) sin sumergirlo completo ni utilizar agua helada. También forzarlo a beber agua puede ser contraproducente; lo que hay que hacer es ofrecer agua, sin obligarlo a beber.
El verano puede ser una época de placer y disfrute para todos, incluyendo a nuestros perros siempre y cuando mantengamos la precaución necesaria. La unión de la adecuada hidratación, los medios adaptados al entorno, los horarios acordes, así como la vigilancia activa es la respuesta para que nuestro perro esté bien durante la época del año en la que más calor hace.
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