“Con la creciente demanda internacional de soluciones de defensa innovadoras, las industrias de defensa de Israel han seguido suministrando a sus socios globales sistemas de alto rendimiento probados en el campo de batalla”, presume a golpe de tuit Elbit Systems, el mayor fabricante de armas de Israel, una joya de la corona íntimamente ligada al establishment militar y político israelí que ha convertido las operaciones israelíes en la Cisjordania ocupada y la Franja de Gaza en la zona de pruebas de su nuevo armamento.
2024 -en mitad del fragor de la operación en Gaza que ha asesinado ya a 54.000 palestinos y dejado decenas de miles de heridos, muchos de ellos con mutilaciones y secuelas de por vida- fue un año excelente para la maquinaría de guerra manufacturada en el Estado judío. A tenor de los datos difundidos esta semana por el ministerio de Defensa israelí, el país ha vuelto a batir su récord histórico en exportaciones de defensa.
Un incremento del 13% respecto a 2023
En 2024, las ventas de material militar alcanzaron los 14.700 millones de dólares, un incremento del 13% respecto al año anterior. Más de la mitad de los contratos firmados superaron los 100 millones de dólares, y los países europeos se consolidaron como el principal destino, representando el 54% del volumen total. “Elbit Systems fue uno de los principales impulsores de este éxito, con la firma de múltiples contratos de alto valor en todo el mundo y, especialmente, en Europa, donde se cerró un acuerdo histórico con Alemania para el sistema de artillería de cohetes PULS, un contrato para suministrar el PULS y el Hermes 900 UAV, el EW (Electronic Warfare) y el DIRCM (Directed Infrared Countermeasure) Self-Protection Suites”, se jacta la compañía israelí.
Decenas de sistemas de armas de Elbit Systems han sido empleados por el Ejército israelí en su actual invasión y ataque terrestre en Gaza
Elbit Systems se mimetiza completamente con el establishment político y militar de Israel. Es un auténtico emporio: cuenta con unos 20.000 trabajadores en decenas de países y una facturación que en 2024 superó los 1.700 millones de dólares. Además de la exportación, es el principal proveedor de equipos terrestres y drones al Ejército israelí, en su mayoría empleados en la actual ofensiva bélica en Gaza.
Sus ingenieros presumen de estar en contacto diario con los soldados que usan sus productos. El trasvase es directo: muchos de ellos son reservistas o tienen pasado castrense. "Decenas de sistemas de armas de Elbit Systems han sido empleados por el Ejército israelí en su actual invasión y ataque terrestre en Gaza, algunos por primera vez", precisa el centro de investigación independiente Who Profits, que arroja luz sobre lazos mercantiles de corporaciones israelíes e internacionales.
El Gobierno israelí destaca ese éxito en mitad de lo que han denominado “la guerra en los siete frentes”, el más largo período bélico por el que ha transitado Tel Aviv desde el nacimiento del país en 1948. Con su ejército atacando no solo Gaza y Cisjordania sino también Líbano, Siria, Irán o Yemen. Los fabricantes israelíes sellaron contratos de exportación que superan el récord anterior de 13.000 millones de dólares en 2023. Lo han hecho gracias al rearme que vive la Unión Europa, en plena agresión rusa contra Ucrania.
Algunas de las armas vendidas se entregaron a lo largo de 2024 y otras forman parte de acuerdos armamentísticos a largo plazo. En paralelo, las compañías israelíes han expandido su red comercial en países de la órbita de la OTAN, con tecnologías como torretas inteligentes y centros de control digital de fuego, idénticos a los que son empleados en Cisjordania para proteger los asentamientos ilegales en plena expansión o el control en Gaza. La industria del país, que se presenta como una garantía de sistemas probados en combate, ha sabido explotar la creciente demanda internacional de soluciones tecnológicas avanzadas.
Europa lidera las ventas
En el mapa de destinos de la exportación israelí, a Europa le sigue Asia-Pacífico (23%), países de los Acuerdos de Abraham (12%), América del Norte (9%), América Latina (1%) y África (1%). Las principales categorías de exportación son misiles, cohetes y sistemas de defensa aérea (48%), vehículos blindados (9%), sistemas satelitales y espaciales (8%), radares y guerra electrónica (8%) y aeronaves tripuladas y aviónica (8%). Algunos expertos señalan que los rápidos plazos de entrega de los sistemas de defensa israelíes, a menudo de dos a tres años, los hacen atractivos para los países que buscan mejorar rápidamente sus capacidades militares.
Pero para los críticos, el éxito de la industria armamentística también pone de relieve un modelo que exporta no solo armas, sino también un tipo de experiencia militar forjada en años de conflicto asimétrico
El periodista de investigación Antony Loewenstein en El laboratorio palestino, publicado en España por Capitán Swing, desgrana esa campaña de publicidad comercial que ha seducido en Occidente. “Israel es admirada como una nación independiente y que no se avergüenza de usar la fuerza extrema para seguir siéndolo. Andrew Feinstein es un experto global en la industria armamentística ilegal. Es sudafricano y también es expolítico, periodista y escritor. Me contó que había asistido en 2009 al Paris Air Show, el Salón Internacional del Aire y el Espacio más grande del mundo. En una exposición temporal en un hotel de lujo, vio a Elbit Systems, la empresa de defensa más grande de Israel, anunciando sus equipamientos a una audiencia compuesta por la élite de los compradores globales. Los representantes de Elbit proyectaron un vídeo promocional de drones asesinos que habían sido utilizados en las guerras de Israel contra Gaza y en Cisjordania. Las imágenes habían sido grabadas unos meses antes y mostraban una misión de reconocimiento de palestinos en los territorios ocupados”, narra el reportero.
El Gobierno israelí ha celebrado estos datos como una muestra de confianza estratégica internacional en sus capacidades tecnológicas. Pero para los críticos, el éxito de la industria armamentística también pone de relieve un modelo que exporta no solo armas, sino también un tipo de experiencia militar forjada en años de conflicto asimétrico, con enormes implicaciones éticas.
Aunque parte de su estrategia pasa por una apuesta por la industria local con la que sufragar el coste de la guerra, Israel también ha recibido al menos 17.900 millones de dólares en ayuda militar, incluidas armas, de Estados Unidos durante el año que sucedió al ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, en plena administración Biden. Entre el material enviado, figuran sistemas de defensa aérea, municiones de precisión, proyectiles de artillería, munición para tanques, armas pequeñas, misiles Hellfire utilizados por drones y cohetes desechables lanzados desde el hombro.
Industria local pero dependencia a EEUU
Israel sigue dependiendo de ese arsenal suministrado por Washington. Hasta ahora ha logrado lidiar con las reservas de munición y armamento porque activaron rápidamente las líneas de montaje, pero analistas del Instituto Middlebury de Estudios Internacionales de Monterey deslizan que Israel deó de contar con existencias de interceptores de misiles el pasado mes de octubre, cuando al menos 30 misiles balísticos iraníes aterrizaron sin obstáculos en el sur del país.
Las cifras récord de las exportaciones israelíes coinciden con la creciente presión en Europa para romper lazos con Israel mientras el Gobierno de Benjamin Netanyahu amplia la operación militar, con la ocupación duradera de la Franja de Gaza, y una crisis humanitaria derivada de la guerra y el bloqueo de la ayuda. España anunció el martes la cancelación del contrato para la compra de 168 sistemas de misiles contra carro Spike LR2 destinados a equipar al Ejército de Tierra, por valor de alrededor de 285 millones de euros y que fue adjudicado a la empresa Pap-Tecnos, filial española de la empresa israelí Rafael Advanced Defense System. El plan gubernamental es “una desconexión gradual” de la tecnología israelí.
"Solo puedo decir que no hemos recibido ninguna carta oficial sobre la cancelación de un contrato", señalaron a El Independiente fuentes de la empresa israelí. "Rafael sigue cumpliendo y operando de acuerdo con la política del Ministerio de Defensa israelí y con los contratos vigentes que la empresa ha firmado tanto en Israel como a nivel mundial", subrayaron desde la compañía, que rehusó responder a sí exigirán una compensación al Gobierno español por esta revocación de la licencia. Por su parte, Alemania -que tiene previsto recibir este año las baterías Arrow, con capacidad para interceptar misiles balísticos de largo alcance- se halla en pleno debate sobre su apoyo incondicional a Israel mientras se recrudece la operación militar israelí y la crisis humanitaria de la población gazatí.
“Vamos a invertir más dinero en defensa. Queremos que esto siga siendo una prioridad. Tenemos que ser menos dependientes del exterior. Una parte se producirá en Israel y otra se almacenará en Israel para una futura guerra. ¿Cuál es la proporción? ¿Qué cantidad? Es lo que estamos debatiendo en estos momentos. No hay una solución académica a la cuestión. Pero lo seguro es que tendremos que dar más dinero a la seguridad”, decía hace unos meses en una entrevista con este diario Yaakov Amidror, general del ejército israelí y ex asesor de Seguridad Nacional del primer ministro de Israel.
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hace 4 horas
Israel es el Mal. Ya no quedan más palabras. Es como si la industria alemana hubiera presumido en 1944 de su capacidad para asesinar a millones de personas y hacer desaparecer sus cuerpos en los eficaces hornos crematorios de los campos de exterminio.
Y la derecha española apoyando todo esto, o, al menos, justificándolo.
Felicitaciones a este períodico por ser el único en España que, sin encuadrarse en la izquierda sectaria, denuncia el genocidio palestino.